*Narra Zayn*
-No se como no me dí cuenta antes del cerdo a quien me estaba acercando, ¿lo puedes creer? ¡Me acosté con un cerdo sucio y frió como Zayn Malik! - si, me sorprendía un poco verla así, solo un poco.
Sangre correría, y la muerte abundaría. Mi lema.
-Ya me lo han dicho- dije sin cuidado alguno.
-¿Es enserio? pues ¿por que no tratas de cambiarlo? apestas- siempre como una niña pequeña, cambie bonita, cambia. Pero mi boca no se lo diría, no mas de lo que he dicho - Ahora como me escuchaste, te puedes retirar de mi humilde morada - su sonrisa sarcástica, me gustaba la hacia ver como una chica mala, muy mi tipo.
-¿Sabes? te acenta muy bien el papel de chica mala - solo hacia falta ignorar su petición para que salga de quicio.
-Se lo que estas tratando de hacer Zayn, y no, no te va a resultar - 'claro que si' - dijo mi mente.
-Si hubieras tenido ese papel de chica mala, lo nuestro hubiera sido algo mas que un juego - si era cierto, algo mucho mas grande... Su boca se abrió un par de centímetros, avance unos cuantos pasos y a la vez ella los dio en sentido contrario.
-No te alejes, no querrás terminar con un moretón en tu cara
-¿Que quieres? - pregunto cansada. Sus manos apoyadas en el respaldo del sillón como soporte a su cuerpo y cabeza. Sus ojos estaban cerrados - ¿Que es lo que realmente quieres?
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*Narrador Omnisciente*
-Tienes que sacarla de allí- su cuerpo graso descansaba en la silla recién sacada de una tienda, una de las mas caras de la ciudad, solo para que un gordo con un poco de sentimientos la ocupara.
-Lo haría, si no estuviera el ahí- se excuso el muchacho de estatura media, cabellos castaño y ojos verdes, un hombre que a cualquier mujer la deja deseando mas de lo normal.
-¿Le tienes miedo Styles?- pregunto irónicamente, su respuesta la tenia en la mano.
-No, claro que no, es un pedazo de imbécil- respondió el chico de gran cabellera apoyado en una de las paredes de la habitación - El entro en esto por venganza, yo, yo estoy aquí por que se me da la gana, no por una perra de cuarta- sonrió
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*Narra Zayn*
-¿Que es lo que quiero?- pregunte, pero el sonido de un movil abundo la habitacion que hasta hace poco estaba en silencio. ____ cogio su movil, un mensaje. Leia y leia, por cada palabra de aquel mesaje sus ojos se habria mas, sus manos temblaban, la habian advertido.
-Dame eso- dije. Camine lo mas rápido que pude hasta ella, pero de nuevo el sofá estaba entre medio de todo - Dije que me des eso- volví a repetir, mi mandíbula se estaba tensando, las manos de ____ estaban temblorosas, sus ojos fijos en mi, lo sabia.
-Vete, no tienes nada que hacer aquí- su voz era suave, mas de lo que mi imaginación creyó.
-Dame ese teléfono ____ - me acerque un poco mas, rodeando el sofá, ella no se movió. Mis pasos mas rápidos la alcanzaron antes de que pudiera salir por la puerta, mis manos rodeaban su cintura, mis nariz se deleitaba con ese olor tan peculiar, su cuerpo estaba tenso en contacto con el mio, igual que la primera vez.
-Solo dime lo que quieres y vete- repitió en petición de que me fuera de ese lugar, pero aun no era hora.
El sonido de su móvil interrumpió nuevamente el ambiente. Estire mi brazo para quitar el teléfono de sus manos, pero ella las estiro mas, hasta que llego un punto en que su espalda baja tocaba mi sexo, no era hora de pensar en eso, no Zayn. El mensaje era claro, se tenia que alejar de mi, pero no lo permitiría, no aun.
-Yo decido cuando mis presas se alejan de mi - mi voz retumbaba en el ambiente, con tan solo un susurro, se podía escuchar en todo el apartamento. Su respiración era cada vez mas agitada, su pecho subía y bajaba, pero mis tentaciones cada vez eran mas altas - No hagas eso ____, no quiero terminar en una cama contigo, no quiero tener noches tan malas, ¿bueno cariño?
No respondió. Su cabello estaba por encima de sus hombros, mis manos aun sujetaban su cintura sin dejarle escapatoria, pero era astuta, mas de lo que creía. Su codo en mis costillas, un pie enterrado con fuerza en mis zapatos y ya estaba libre. La oí salir, la caja metálica no había echo su sonido particular cuando las puertas se abrían o alguien llegaba al piso, había tomado las escaleras, y yo ya estaba tras ella. Dos escalones de distancia. Tercer piso, ella ya estaba en el primero y yo aun no ponía un pie en el primero.
La puerta giraba mas rápido de lo común, había dado un par de vueltas a la puerta para yo no poder salir. Que astuta. La habitación estaba vacía, a excepto por una caja de madera que estaba en el mesón de la antesala. No podía seguir mirando y mirando como la puerta giraba, me llevaba mas de 100 metros de distancia, la caja sirvió para detener la puerta, pero también para alertar al conserje que algo estaba mal.
Las calles vacías, parecían calles abandonadas por el gobierno, pero una figura que la reconocería entre multitudes apareció a la vista, corría entre el parque que recorría casi toda la calle central. Mis piernas hacían un buen trabajo.
-No podrás escapar para siempre bonita- alce mi voz para que ella escuchara, algunos niños que jugaban con balones estaban en prescencia de lo que iba a pasar.
Ahí estaba mi trofeo, mi venganza, entre mis manos, tratando de salir de mi agarre, pero estaba vez no lo haría. Sus ojos llenos de decepción me miraban fijamente.
-No gritaras, no querrás que esos niños corran a sus casas, ¿sierto? - asintió y poco a poco mi mano dejaba a la vista de los dioses esos labios color rubí al natural.
-No soy culpable de lo que hizo, ¿por que yo? - pregunto, una lágrima corría por su mejilla - ¿por que tenia que ser yo?
