Capitulo 24 - Te tengo aquí en casa

450 20 0
                                    

-Tu mismo dijiste que eran mis decisiones, ella no va a intervenir en algo que tengo mas que claro

Tener esta 'discapacidad' hacia que las cosas que podía hacer en este momento fueran un plan B, o quizás un plan Z. Estaban muy lejanas a ser mi primera opción, por que no quería sufrir más por mi estomago, y tampoco quería preocupar y/o hacer enojar a Zayn por mis estupideces. Entonces... ¿que se supone que hago en estos casos donde no puedo mover mi cuerpo y donde solo tengo que dignarme a estar postrada en una cama?. 

-¿Puedes escucharme? -pregunté y Zayn cruzó sus piernas, tomando una posición más cómoda para él. Sus músculos estaban tensos, lo podía ver, se notaba o lo notaba a millas de aquí -¿Tan solo harás el intento de ponerme atención? -volví a preguntar, pero no respondió. Sabía que lo estaba hartando, pero este no era el momento de ponerse a discutir. Teníamos que arreglar las cosas como dos personas civilizadas - Ella no interfirá en lo que yo haga y lo que no haga. Tú eres a quién quiero, a quien amo... A quién quiero el resto de mi vida... -alzé mi cabeza un poco para poder ver lo que hacia, pero seguía en la misma posición que segundos atrás. Dejé caer mi cabeza en la almohada. No podía creer que sea tan cerrado de mente, que no confíe en mi. 

Bueno tenía bastantes razones para no hacerlo, pero este no era el caso. Estábamos hablando de lo que yo sentía por él, y lo que siento es todo verdadero. No había necesidad de dudar de aquello. 

Los minutos estaban pasando y no había señal de que Zayn se haya movido de la cama o simplemente ya no estaba ahí y yo no me había dado cuenta de cuando se retiró. Palpé la cama con una mano, no queriendo subir mi cabeza, por que sabía que no era buena idea hacerlo. Mi mano tocó la suave tela del endredón y otra mano tapó la mia. Sonreí sabiendo que no estaba sola, que no me había dejado sin respuesta. Él seguía aquí.

Sentí como la cama se hundió a un lado mio y su brazó pasó por arriba de las vendas de mi operación. Con todas las ganas que tenía de abrazarlo y nunca más soltarlo, mi cuerpo se dio vuelta quedando cara a cara. 

-No debiste hacer eso -dijo apunto de alejar su brazo que abrazaba mi cintura. Pasé mis brazos por su cuello y me acerqué aun más a él. Respiré su exquisito olor y acurruqué mi cara en su cuello. Bien, ahora podía decir que estaba feliz. 

Su brazo me apretó más a él y no pudé evitar que un suspiro de satisfacción saliera de mis labios. Él me estaba abrazando, me quería y era lo mejor de este mundo.

-Nunca nadie me hará dudar de ti, nunca -dije en su oído. Volví a poner mi cabeza en su cuello y este se tensó.

-Lo siento... lo siento por todo esto, por ser un idiota, por ser un imbécil, un estúpido, un enojón, un viejo verde, un niño... Pero es inevitable ser así cuando tú estas de por medio.

-Lo siento por ser una niña, por ser inmadura, por ser pendeja, por ser una tonta, por se desobediente...

-No, lo de desobediente no tanto... -me alejó de él y no pudé entender por que dijo eso. Fruncí el ceño y lo miré -Por que si no hubieras sido así... Tú y yo nunca nos hubiéramos conocido -dijo con una sonrisa en su cara. Sonreí de vuelta y lo abrazé aun más fuerte. 

Ya no me arrepentía de nada. Ni de desobedecer, ni de atentar contra mi vida... de nada. 

*~*

Habían pasado cinco días en los cuales dependía de Zayn y de Zayn. Todo lo hacia con la ayuda de Zayn. Ayer cuando ya no podía aguantar más, tuve que pedirle con las mejillas encendidas que me ayudara a llegar al baño. Fue terriblemente vergonzoso, aunque el me hubiera dicho miles de veces que las parejas que se aman hacen esto el uno por el otro y que era normal, no podía dejar que el me viera en algo tan intimo como hacer de mis necesidades. 

Aún recordaba lo nerviosa que estaba cuando oí llegar a mi abuela. Su voz de preocupación era notoría. Había casi insultado cortésmente a Zayn para saber en donde me encontraba. Ella entró a donde estaba yo y abrió su boca, como si de verdad estuviera tan mal. Su voz estaba decaída, sus manos acariciaban mi cara y me decía lo mucho que lamentaba no haber estado conmigo el día que ocurrió el accidente. Zayn estaba con nosotras, Nona; mi abuela lo miró y le sonrió, aun no se como hizo Zayn para convencer a Nona de que todo esto había sido un accidente. Ella no hizo más preguntas y pasó un largo día con nosotros. Me había comentado en susurros lo bueno que estaba mi novio y yo me sonroje y me incomodé al mismo tiempo. No todos los días tu abuela dice que tu novio esta bueno. Nona era una viejita que daría todo por mi. Lo dio cuando estaba Papá y Mamá y lo hacía ahora cuando tengo a Zayn.

El desayuno, almuerzo, once y cena... Eran perfectas. No había quién cocinara mejor que Zayn, no había quién se le igualara. Definitivamente era maravilloso.

El dolor de mi estomago ya estaba desapareciendo, hasta un punto en que me podía parar de la cama, hacer cosas sin depender de Zayn. Lo único que aun no podíamos hacer... Era lo que más esperaba. Jhon, el amigo, conocido... bueno él, le había dicho directamente que nada de actividad sexual por un mes, para lo cuál faltaban mas de veinticinco días sin contar el resto de hoy. ¿Como sería capaz de resistirme a tan gran tentación?. Era imposible, era imposible no ver a Zayn sin remera por la casa, era imposible contener el deseo de tenerlo en la cama, esto iba a ser un infierno.

Abrí la puerta del cuarto de Zayn y salí rumbo a la cocina, antes de entrar a ella me topé con Zayn que comía una manzana como si se acabara el mundo.

-Jhon dijo no sexo -le repetí las malditas palabras que retumbaban en mi cabeza cada vez que quería sentirlo.

-¿Si, por que?

-Entonces, ¿que haces sin remera? -caminé hasta el sofá y prendí el televisor para distraerme aunque sea un momento de esto.

Sentí como Zayn me abrazaba por detrás y dejaba un cálido beso en mi mejilla. El jugo de la manzana corría por toda mi cara y no me importaba, me gustaba. Sentía como las gotas iban a caer entre medio de mis senos y cayó, pero antes de poder sacarla, Zayn se dio la vuelta y beso el valle donde comenzaban una de las zonas prohibidas. Beso donde la gota había caído y subió lamiendo mi cuerpo hasta llegar a mis labios. Relamió los suyos y sonrío coquetamente.

-Entonces, ¿por que dejas que haga esto? -dijo repitiendo el mismo acto una vez más. No podía responder. Lo que estaba haciendo Zayn con mi cuerpo era placentero, y no era quién para negarme a que me diera un poco de eso tan agradable. Dejo de hacerlo y lo maldecí mil veces por parar. Lo miré y se sentó a un lado mio pescando el control entre sus dedos con una sonrisa de satisfacción en el rostro. Fruncí el ceño... ¡No podía ser cierto! ¡él me había calentado!... Esto no se iba a quedar así. En un par de segundos estaba en su regazo y pesqué su rostro con mis manos atrayéndolo a mis labios. Besé sus labios, luego baje mis besos hasta sus hombros donde deje un par de marcas rojas, para que recordara que él era mio, que ya tenía quién se ocupara de él y sus necesidades por completo.

Bajé mi mano hasta el limite, donde empezaba su zona prohibida. Sonreí y miré a Zayn. Sus ojos estaban cerrados, apretando y desviando cualquier imagen de mi haciendo de su cuerpo una obra digna de admirar. Acerqué mis labios hasta los suyos y los rocé. Sentí como apretaba su piernas, sus manos y su cuerpo completo al sentir mi tacto. Besé salvajemente sus labios y me apresuré a desabotonar el jeans y bajar su cremallera. Levanté un poco mi cuerpo y logré bajar sus pantalones. Sguía besándolo agarrando su rostro con una de mis manos y con la otra masajeaba su erección ya creciente.

Apreté su mandíbula y mordí su labio inferior, para luego seguir besándolo. Estaba excitada, si lo admito. Miré por un segundo a Zayn, no me arrepentiría, no ahora que llegue bastante lejos. Empecé a mover mis caderas contra la erección de Zayn, tomé sus manos que estaban a cada lado del sillón aferrandosé a el, las entrelacé y las lleve hacia arriba, teniendo a Zayn completamente a mi disposición. Saqué mis dedos de sus manos y comencé a recorrer sus brazos hasta llegar a sus hombros. Zayn tomó mi trasero y lo presionó contra sus caderas, solté un gemido y atrapé de nuevo sus labios. Sus manos estaban moviendo mi trsero más rápido. 

Lo estaba disfrutando, amaba cuando me hacia sentir deseada y sexy. Sus manos tocaban, apretaban y empujaban mis caderas. La excitación estaba siendo mayor, haciendo que mis movimientos fueran más rápidos y calientes. Los gemidos salían de mi boca como si estuviera hablando de cualquier cosa.

-Mierda -gimió Zayn apretando los ojos. Sentí como sus caderas comenzaban a moverse igual que las mías. Mordí fuerte su labio cuando no quise gemir otra vez -Joder, me voy a venir -dijo dificultosamente mientras sus movimientos aumentaban su velocidad.

Mis caderas contra las suyas, chocando y provocando un placer inexplicable. Me estaba apunto de venir cuando Zayn agarró mi cabeza y besó con fuerza. Su beso estaba lleno de placer, lujuría y amor. Dios, lo amaba, pero no podía decir palabra, sus labios no dejaban que lo hiciera y una ola de placer atacó mi cuerpo, sentí como mis músculos se contrían y mis movimientos se volvieron más poderosos. A los segundos sentí como llegó mi topé y el de Zayn.

Solté un gemido de placer, pusé mis manos a cada lado de los hombros de Zayn para descansar. Esto, esto había sido glorioso, lo necesitaba, necesitaba sentir aunque sea contra ropa a Zayn.

-Si seguimos así, no dudes en que te haré mía de verdad -lo miré, sonreí y apoyé mi cabeza en su pecho. Snetía su corazón latir a mil por hora y satisfacía a mi ego saber que eso lo había causado yo.

-Veinticinco días más...-susurre contra su pecho.

-Te aseguro que no serán veinticinco... Y si no aguantó a esta hermosura, tendré que ir a buscar a otra -dijo con indiferencia. ¡¿Que dijo qué?!, saqué mi cabeza de su pecho y lo miré con el ceño fruncido, ¿había escuchado bien?

-¿Que dijiste? -pregunté

-Lo que escuchaste -se encogió de hombros como si yo fuera cualquiera, como si de verdad lo fuera.

Salí de su regazo y rodeé el sillón. ¡Que le pasa! ¡no podía decir eso!. Cuando estaba apunto de entrar a la habitación sentí sus brazos acorralar mi cintura y su cabeza mi cuello. Traté de sacar sus manos de mi cintura, pero era inútil, él era más fuerte que yo.

-¡Sueltame! 

-¿Enserio creíste que buscaría a otra teniendo a mi mujer en casa?

Heartless♥ - Zayn MalikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora