Amaia se acababa de ir, era muy pronto, había cogido el vuelo a esa hora para poder llegar con tiempo y pasar por casa antes de la reunión que le había contado que tenía, le había dicho que quería ver a Aitana, él también quería volver a verla, y a Roi, a Cepeda, a Miriam, pero sobre todo a Ana, quería poder pedirles perdón en persona.
Llevaba puesta la ropa de la noche anterior, ya se había secado, cuando llegaron al hotel no les duró mucho puesta, pero estaba llena de arena, una sonrisa tonta se estampó en sus labios durante todo el camino hasta casa, estar con Amaia había sido exactamente lo que Geo había predicho, necesitaban hablar y sentirse, ver que juntos estaban bien, que, a pesar de todo, lo que sentían el uno por el otro estaba intacto, y por su parte era así, vio a Amaia un poco reticente, un poco más con los pies en la tierra, pero notó que el vínculo seguía allí, intacto.
Cuando entró en casa fue a la habitación y se desnudó, dejó la ropa tirada, tenía demasiado sueño, se puso unos calzoncillos limpios y se metió en la cama junto a Geo que dormía profundamente.
Pero pasaron los minutos y no podía dejar que el sueño le venciera, daba vueltas intentando relajarse sin despertar a Geo, y los minutos se convirtieron en horas, una idea en su cabeza, una simple idea que le estaba inundando todo el cuerpo.—Geo...
Llevaba un rato sintiendo los movimientos de Alfred a su espalda, pero estaba en ese estado tan profundo de sueño en el que tu mente lo asocia con algo que estás soñando.
—Geo...
—Mmmmm...
—Geo, despierta...Cuando le tocó el hombro consiguió despertarla, al girarse para mirarle no pudo evitar que se le escapara un bostezo, Alfred sonreía, sonreía demasiado, tenía un brillo de seguridad que sólo había visto en él cuando estaba componiendo y sentía que lo estaba haciendo bien.
—¿Qué te pasa, pesado? Tengo sueño, es muy pronto...
—Nos vamos.
—¿Cómo?
—Que nos vamos.
—¿Qué nos vamos dónde?
—A España, ahora.
—No sé que te has fumado anoche con Amaia, pero tienes que pasarme un poco.
—Hablo completamente en serio, nos vamos a España.Geo le miró a los ojos durante varios segundos, la determinación que vio le abrumó.
—¿Recuerdas por qué tuve que volverme? Yo no pertenezco a ese mundo, mi mundo es más tranquilo...
—¿Confías en mí?Alfred se había incorporado y estaba sentado en la cama, su mirada era hipnótica, ella tuvo que incorporarse para que sus ojos quedarán a la misma altura.
—Alfred... Yo no...
—¿Confías en mí o no, Geo?
—Voy a matarte, cuando menos te lo esperes, en mitad de la noche.Alfred se echó a reír y la rodeó con los brazos, se fundieron en un cálido abrazo, se levantaron y reinó el caos, en menos de dos horas, con una sola maleta para los dos, estaban comprando los billetes, bastante más caros de lo que Geo esperaba por ser a última hora, y embarcaron.
Se quedaron dormidos casi al segundo de despegar, ella apoyada en el hombro de él y con las manos entrelazadas, ajenos a todo.Pero en ese momento llevaba siendo viral la llegada de Amaia en redes sociales ya unas horas, la prensa se movilizó, todos especulaban, todos imaginaban, y una chica que estaba en el aeropuerto con sus padres porque volvían de una visita a unos familiares en el extranjero, nerviosa por saber que le había pasado a su amada Amaia, hablando con sus amigas de la posibilidad de que hubiera estado con Alfred, les vio, iban de la mano, Alfred tiraba de la maleta, llevaba sus gafas de sol, pero era imposible no reconocerle, y ella, que no sabía quién era, le miraba con un cariño que llegaba hasta allí, no lo pensó dos veces, ni pensó en las consecuencias que ello traería, empezó a hacer fotos, ellos de la mano, ellos sentados esperando, ellos jugando con un batido mientras llegaba su vuelo...
No entendía por qué Alfred hacía eso después de lo que todo el mundo había visto todo el mundo en la semana que volvieron a la academia, ¿Quién era aquella morena de ojos azules? ¿Por qué tonteaba con el amor de la vida de su ídolo? Amaia era mucho más guapa, y estaba delgada, era perfecta, no como esa chica guapa pero gorda, y lo hizo, abrió la aplicación de Twitter, adjuntó las fotos y pensando que hacía bien puso: "QUE ALGUIEN ME EXPLIQUE QUIÉN ES ESA GORDA Y QUÉ ESTÁ HACIENDO CON ALFRED. #LaGorda #AlfredGarcía #AlmaiaNoSeRompe"
Y Twitter explotó, la chica no tenía tampoco muchos seguidores, pero su tweet se hizo viral, todo el mundo analizando cada detalle de las fotos, todo el mundo intentando descubrir en que aeropuerto estaban y que vuelo iban a coger, la prensa se hizo eco de la noticia sacada de las redes sociales, los programas de corazón pararon sus tertulias para informar, reporteros y periodistas salieron hacia el aeropuerto en el que todo el mundo intuía que iban a desembarcar.La primera en enterarse fue Ana, que llamó a los padres de Alfred para que lo más pronto posible se pusieran en contacto con él y cambiaran el vuelo, o por lo menos pudieran avisar al aeropuerto de que llegaba y los de seguridad se encargaran de protegerles.
—Dios, mío, Dios mío...
Aitana llamó a Miriam, a Roi y a Cepeda.
—¿Qué hacemos?
—Tenemos que ir a buscarles, se les van a comer vivos.
—Acabo de poner la televisión y han conectado con un reportero, si no hay mil personas no hay ninguna.
—Joder... ¿Amaia sabe algo?
—No, está en una reunión.
—Tienes que llamarla.
—¿Y qué se presente en el aeropuerto? La conocemos, lo mejor es que se venga a casa y nos espere.
—Vale, espero que te haga caso.
—Yo también lo espero.Geo y Alfred viajaban ajenos a todo, felices pensando en llegar a su destino, ver a los padres de él, ver a sus amigos, ver a Amaia, no hace falta decir que ni sus padres, ni Ana, ni nadie consiguió ponerse en contacto con ellos, y que cuando el aeropuerto quiso hacerse cargo de la situación ya era muy tarde, la cantidad ingente de personas que había allí no era normal, muchos pasajeros no entendían nada de lo que estaba pasando y empezaron a quejarse, la prensa preparaba las cámaras y los micros para las conexiones, los fotógrafos hacían lo mismo para vender las mejores fotografías a las revistas, fans esperando a su cantante favorito, desaparecido después de meses, y locas que solo iban a meter bulla.
Eso es lo que se encontraron Alfred y Geo al bajar del avión, gente persiguiéndoles, gente a gritos de "GORDA, ALMAIA NO SE ROMPE", "ALFRED TRAIDOR, A AMAIA NO SE LE HACE ESO", y miles de preguntas "¿Cómo ha ido la desintoxicación?" "¿Sois pareja?" "¿Amaia sabe que tienes una nueva novia?" "¿Dónde has estado todo este tiempo?" "¿Espera un hijo tuyo o es que simplemente está gorda?"...
Barbaridades y más barbaridades.Alfred no soltó la mano de Geo en ningún momento, pero notó que estaba a punto de derrumbarse, él estaba acostumbrado, no contestaron a ninguna pregunta e intentaron no hacer caso a los gritos con insultos, no esperaba que fuera así su llegada, no entendía que había pasado para que todo el mundo supiera que estaban allí.
Los de seguridad consiguieron llegar hasta ellos y llevárselos hasta una de las salas de máxima seguridad, les explicaron que su familia y amigos estaban llegando y que desde allí podrían ir directos al parking, les dejaron solos.—Alfred...
—No imaginaba esto, no sabía que iba a pasar, si lo llego a saber...
—Alfred...
—Perdóname, deberíamos habernos quedado en casa, en la isla.Las lágrimas acudieron a los ojos de Alfred y no las reprimió.
—Alfred, me estoy mareando.
Y para Geo, todo se fundió en negro.
ESTÁS LEYENDO
Un punto sin fin.
FanfictionEl concurso terminó, cada uno de los concursantes empezaron sus respectivas nuevas vidas, cosas terminaron, cosas empezaron, cosas... ¿Venís conmigo en este nuevo viaje? Fanfic inspirado en los concursantes de Operación Triunfo 2017. (La historia pr...