Aquellos días en Sorauren hicieron que Amaia pensara mucho en sí misma y en todo lo que estaba por venir, la presencia constante de Aitana a su lado también le ayudó a apreciar a la gente que vale la pena tener al lado, esa gente que a pesar de todo están contigo, no sólo en los momentos bonitos.—Gracias por estar aquí.
Aitana miró a su mejor amiga, estaban tiradas en el sofá bajo una manta viendo una película romántica, ni demasiado comedia para parecer absurda ni demasiado drama para gastar diez cajas de pañuelos del tirón.
—Siempre voy a estar aquí.
Se acurrucó a su lado, se cogieron de la mano y siguieron viendo la película.
Llegó el día de volver a su piso, esa misma tarde saldría a la luz el single, tenía miedo, no paraba de pensar que por culpa de todo lo que había pasado en los últimos tres meses la gente dejara de apreciar su música, música que le salía de tan adentro que muchas veces se sentía completamente desnuda.
Tras unas largas y agobiantes horas en coche, consiguieron llegar a casa, Aitana no paraba de mirar su móvil, pero Amaia no le dio importancia, sabía que seguía ultimando los acuerdos con su representante y la discográfica internacional. Bajó las maletas del coche y al subir cada una la dejó en su habitación, Aitana se puso a deshacer la suya, pero Amaia no tenía ganas.—Aiti, voy a darme una ducha, estoy cansada.
—Vale, ¿qué vas a querer cenar? ¿Pedimos algo a domicilio?
—Vale.Sonriendo, se metió en el cuarto de baño y empezó a desnudarse, dejó la ropa en el cesto para lavar y antes de meterse bajo el agua se miró en el espejo de cuerpo entero que se habían comprado a los pocos días de empezar a vivi juntas.
Repasó su figura con ojos críticos, seguía siendo ella, se miró de lado apreciando su culo, adoraba su culo, pero siendo sinceros, había adelgazado más de la cuenta, los disgustos por culpa de David, la constante preocupación por saber dónde se había metido Alfred, le habían afectado, los huesos de las caderas y las costillas se marcaban más de lo normal en ella, al igual que las clavículas, suspiró, no podía seguir así o al final se iba a consumir.
Con la idea de que su vida volviera a encauzarse y que todo volviera a una relativa normalidad, se metió en la ducha, el agua caliente mojó su piel y su pelo, arrastrando todo lo malo que pudiera tener, tanto por fuera como por dentro, el nudo de su garganta se fue disolviendo, y su corazón se limpió de tristeza.
Al salir se puso su albornoz y una toalla en forma de turbante para que se le secaran mejor los rizos, se extrañó que fuera se escuchara tanto ruido, lo más probable era que Aitana ya estuviera colocando la mesa para cuando llegara la cena; se puso el pijama y dejó al aire el pelo húmedo para que se secara, había aprendido que era mejor dejar descansar el pelo de tanto calor y tantos productos los días antes de eventos y conciertos. Salió del baño.—Aiti, ¿qué has pedido al final para cenar?
—¡¡SORPRESA!!Miriam, Roi y Ana estaban allí y se abalanzaron sobre ella para darle un abrazo, Aitana se unió, duró bastante, pues todos lo necesitaban.
—Madre mía, buah, no me lo esperaba.—dijo Amaia emocionada.
—Aitana nos llamó ayer, y como teníamos que venir igual para tu concierto, así que decidimos adelantar el viaje.
—Soy buenísima haciendo sorpresas.Todos rieron y pasaron una buena velada, esas noches de amigos que te hacen sentir como si fueras todavía un niño pequeño y todo lo malo del mundo no existiera.
Ana y Roi salieron a fumar en la pequeña terraza de la cocina.—Si algún día volvemos a saber de él, voy a matarle.
—Y después le mataré yo cuatro veces más.
—¿Y si...? ¿Y si no vuelve?—preguntó Ana realmente preocupada.
—Tiene que volver, lo que está haciendo no es normal, él no es así.
—Ella le hará entrar en razón, ya viste cómo consigue calmarle.
—Si, solo verles era catártico.Amaia dejó los vasos con disimulo en la encimera de la cocina para que sus amigos no se dieran cuenta que estaba allí y mucho menos que estaba escuchando, ¿Ella? ¿Quién era "ella"? ¿Calmarle? Amaia siempre conseguía calmarle, siempre se lo decía, se lo susurraba al oído cuando le abrazaba, y ahora al parecer ella ya no era esa "ella". Intentó no pensar mucho en ello, debía estar concentrada en sus amigos y en el concierto que daría mañana.
Todo estaba preparado, el piano en medio del escenario, los dos guitarristas, el fondo completamente negro, Amaia miró desde el backstage hacia el público, estaba completamente lleno, había hablado con la organización de la sala y todos ellos habían coincidido en que la zona reservada para la prensa no debía estar cerca del escenario, los fotógrafos contratados por ella misma para cubrir el evento si, pero los demás debían permanecer detrás. Su familia y sus amigos tenían un lugar privilegiado, quería poder verles mientras cantaba, y así fue.
—¿Nerviosa?—preguntó Manu colocándose a su lado para mirar al público también.
—Un poco...
—Hemos estado en lugares y situaciones peores, puedes con esto.
—Lo sé, pero...
—Pero nada, te vas a comer ese escenario, con tu voz y tu música vas a conseguir que se olviden de toda la mierda que ha ocurrido en los últimos meses.Manu le dio un abrazo cálido y reconfortante, un abrazo que podría darte un padre; todo estaba listo, quedaban segundos para entrar y cantar, Amaia cerró los ojos y metió la mano en el bolsillo de la chaqueta que llevaba puesta, allí estaba, su "beso", jugueteó con él entre los dedos, y aunque fuera un simple objeto, a ella le dio la fuerza necesaria para salir.
La magia que hacía con su voz y el piano fueron la clave del éxito del concierto, el público estaba muy entregado, su familia, sus amigos, incluso la prensa se volcó en aplausos y vítores.
Amaia volvía a ser Amaia, alejada de la polémica, centrada en lo importante, haciendo que todo se quedara suspendido durante minutos cuando su voz sonaba, potente o susurrada, acompañada de la dulce melodía que sus dedos marcaban con el piano.
La euforia de la actuación lo llenaba todo, cuando se encontró a todos sus seres queridos entre bambalinas, los abrazos, los enhorabuenas y el cariño le hicieron sentirse plena de nuevo, un nuevo comienzo, era lo que necesitaba.La discográfica había reservado una sala para dar una pequeña fiesta y poder celebrar el éxito que habían tenido, Amaia no se lo esperaba, pues ella hasta el segundo antes de salir aún dudaba que todo fuera a salir bien, decidieron llamar a varios coches para que les llevaran a todos a la vez a la sala, en uno de ellos estaban Aitana, Ana, Cepeda y ella.
—Ha sido impresionante.
—Yo he llorado y todo.
—Pero es que tú eres muy sensible, Aitana.
—Pues no he sido la única, aquí, Pedrito, que ha gastado medio paquete de pañuelos.Todos rieron y siguieron con las bromas, pero Amaia notó que dentro de su bolso el móvil estaba soñando, lo sacó y vio un número muy largo, no reconocía de dónde era, Aitana se dio cuenta de que algo pasaba y observó como su amiga descolgaba llevándose el teléfono a la oreja.
—¿Si?
—Hola... emm... ¿Amaia?
—Si, ¿quién es?El silencio se hizo tanto al otro lado del teléfono como en el coche.
—Soy... Soy Geo.
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Un punto sin fin.
FanfictionEl concurso terminó, cada uno de los concursantes empezaron sus respectivas nuevas vidas, cosas terminaron, cosas empezaron, cosas... ¿Venís conmigo en este nuevo viaje? Fanfic inspirado en los concursantes de Operación Triunfo 2017. (La historia pr...