En un manantial, bajo el agua cristalina descansaba Jonghyun con sus ojos cerrados y su entrecejo relajado.
Llevaba un par de minutos sintiendo esa paz que solo el interior del agua podía brindar.
Las ondas del agua hacían que la luz se distorcionara suavemente.
Jonghyun abrió sus ojos y comenzó a sentarse, despacio, despidiéndose de la calidez del agua.
Las pequeña gotas escurrían de su ropas blancas y de las puntas de su cabello; abrió los ojos observando el sublime paisaje que le rodeaba.
Se apoyó en el suelo para levantarse y al hacerlo sintió sus alas más ligeras, contrario a lo que esperaría después de haber estado bajo el agua.
Se irguió, agitó su cabello y finalmente sus alas se extendieron mostrándose más grandes y blancas; majestuosas.
-Cien días.- susurró mirando al cielo. Tocó su pecho y sonrió mientras cerraba los ojos. -Gracias.-
