Capítulo 13: "Lindo baile" parte 1

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Después de volver a entrar en el antro, me dispuse a buscar a Sarah o a las chicas, pero descubrí que cada una necesitaba buscar una habitación urgentemente con su pareja. Por eso me acerqué a la barra y me pedí un cosmopolitan que me lo tomé de un trago.

Sentí que unas manos me rodeaban la cintura y me di vuelta para observar quién era, y me encontré con unos ojos grises que me miraban fijamente.

-Hola Daniel.- dije para obtener una sonrisa de su parte.- ¿Qué haces por acá?

-Yo vine a bailar con los chicos.

-¿Con Roberto y Julio?

-Si. Vinimos a pasar un buen rato. Nada más.- levanté una ceja y me miró formándose le una sonrisa en la boca.- Solo vinimos a divertirnos.- Lo miré divertida.- Está bien vinimos a buscar unos buenos polvos, pero te digo que yo no quería. Ellos me obligaron.- dijo señalando ofendido hacia donde estaba Roberto con una rubia que era más alto que él y Julio con una morocha muy voluptuosa.

-Hey, yo no soy quién para juzgarte. ¿Pero porque no querías? Yo te creía de ese tipo de chico, sin ánimos de ofender.

-No, está bien.- dijo haciéndome un ademán como para que no me preocupara.- Yo no soy así, pero se que por como soy y todo eso la mayoría de la gente se lleva esa impresión de mí.- bajé la cabeza ofendida.- Hey, no pongas esa cara ¿si? ¿Quieres ir a bailar?- me dijo intententando animarme.

-Claro.- dije dando por terminado el tema, y tomando su mano la cual me había tendido.- Vamos a sacudir esos culos.- el lanzó una risotada que me la contagio a mí.

Fuimos a la pista y justo estaban pasando lentos lo que hace que yo rodee con mis brazos el cuello de Daniel y el coloque sus manos en mi cintura. Ví como se acercaba a mí y se inclinaba para hablarme al oído.

-Sabes que eres una chica hermosa ¿verdad?- yo negué, ya que no podía articular palabra. Tenía su respiración en mi cuello, lo que me hacía cosquillas en el oído. Su aliento era a menta con alcohol y su aroma era delicioso; pasto recién cortado con un suave toque de madreselva.- Bueno yo te lo confirmo. Eres hermosa y te quería preguntar si querías salir en otra cita conmigo el viernes que viene.

-Claro.- dije sin escuchar lo que dijo. Mi boca hablaba sin tener conexión con lo que mi cerebro pensaba. Me imaginaba que se sentiría tener a Derek abrazándome así y como sería su olor. Si su piel era tan suave como las nalgas de un bebé recién nacido; si al meter mis dedos en su pelo y tirar con fuerza le gustaría, mientras beso esos carnosos y deseables labios. Como sería sentir ese cuerpo tan tonificado arriba mío gritando mi nombre mientras llegaba al mejor orgasmo de toda su vida. O si el podría susurrarme delicadas palabras al oído mientras me envía corrientes de energía eléctrica por todo el cuerpo; si podría llegar a ser dulce, tierno y comprensivo conmigo; si me regalaría flores y bombones y sería de lo más cursi que te puedas imaginar. Que pasaría si le entregase mi virginidad y luego el me pidiese ser su novia para pasar a ser lo mejor del mundo juntos. Pero yo sé que todo eso no iba a pasar. Primero, porque si yo le daba mi virginidad, luego me tiraría cual trapo sucio y le dejaría de importar. <Como si le importases> me susurró una voz en mi cabeza.

<Cállate>

<No quiero. A parte porqué me tendría que callar si sabes que todo lo que digo es verdad. para él, no significas nada más que un buen polvo que va a tener. Una chica más de su lista.>

<No. Él no piensa eso de mí.>

<Dejate de engañar, que luego vas a salir más dañada de lo que ya estás ahora.>

<Déjame en paz.>

<Sabes que tengo razón. Para que quieres seguir diciendote mentiras a ti misma, mientras sabes que tu corazón sufre por él. A ver niegame que cada vez que lo ves con una chica no te dan ganas de romperle la cara (a la chica) a golpes.>

<Yo... eh... Cállate y vete a molestar a otra parte.> dije enojada esa vocesita ya me estaba hartando, pero tenía que reconocer que tenía razón por más que no lo quera reconocer.

<Vale. Vale. Yo me voy, pero luego no mw digas que no te avisé.>

<Está bien quedo advertida, pero vos sos mi conciencia así que ¿no me tendrías que apoyar en vez de reprocharme todo?>

<Vos dijiste muy bien 'tendría' que apoyarte, pero como soy buena te voy a aconsejar y eso es lo que estoy haciendo. Aléjate de él si quieres salir con el corazón sano, sino ya verás como vas a sufrir por un corazón roto.> Y se fue dejandome con la cabeza hecha un lío por todos los pensamientos y sentimientos abrumadores que estaba sintiendo al mismo tiempo.

Me alejé de Daniel con la escusa de que me dolía la cabeza y me fui para afuera del antro. Allí me puse a pensar y acepté que lo que me dijo mi conciencia era verdad.

Poco a poco estaba cayendo por el estúpido mujeriego con el que vivo, y eso no me gustaba nada.

lo que se sabe no siempre es cierto (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora