Capítulo 9: "Cita" parte 2

44 4 0
                                    

Para cuando volví a la mesa los platos ya estaban servidos y yo estaba con una tremenda mancha en el medio de la camisa, la cual era una de mis favoritas y que ahora estaba arruinada.

Al llegar a la mesa, Daniel me ve y se empieza a reír al notar la gran mancha que ocupa gran parte de mi camisa.

-Oye, no te rías.- le digo riendo yo también ya que me contagió la risa.- Hey, no me hagas reír.- dije pegándole por debajo de la mesa con el pie, lo que lo hizo reír más fuerte otra vez.-Tú fuiste el que causó esto. Así que no te rías.- dije poniendo morritos, ya que me había cansado de decirle que se dejara de reír y se callara.

Mi enojo no duró mucho, ya que otra vez me contagió su risa y me hizo reír.

-Para ya!- dije todavía riéndome. Cuando me logré tranquilizar, comencé a comer.- Eres único de verdad.- dije riéndome mientras lo miraba.

-Ya lo sé. Y también sé que me amas con todo tu ser.- dijo arrogante como siempre. Yo me atraganté y me empecé a tentar.

-Siii! Te amo como sino tuviera un mañana.- dije irónica. La verdad era que me había caído muy bien, y todavía lo seguía haciendo. Era una persona diferente, no erra el típico chico arrogante que no puede dejar su ego de lado en algún momento. Él tenía sus momentos de chico tímido y también de chico gracioso que sabe como levantarte el ánimo hasta en tus peores momentos.

-Ya lo sabía.- dijo arrogante.

Pasamos toda la cena conociéndonos y aprendiendo el uno del otro. Al terminar de cenar salimos del restaurante y estaba por subir al auto, cuando siento que alguien me agarra del brazo y me tira para atrás para darme la vuelta. Cuando levanto la vista y veo esos ojos azules que tanto he intentado evitar, siento que mi paredes se están cayendo abajo. ¿Qué hace aquí?

-Brooke, ¿que haces aquí con él?- me dice Derek mirándome a los ojos con la mandíbula tensa.- Tú.- dijo girándose a Daniel.- ¿Qué le hiciste para que aceptara salir contigo?

Daniel le iba a responder pero lo interrumpí.

-Yo estoy aquí porque quiero, no porque alguien me haya obligado.- dije ofendida y con la ira a flor de piel.- No sé como te enteráste de que veníamos a comer acá, pero lo único que te voy a decir es que no te metas más en mi vida, no tienes derecho sobre mí. Y si crees que ahora nos puedes seguir estás muy equivocado.

-Pero Bro, no me puedes hacer esto.- dijo mirándome triste.

-Si puedo y lo voy a hacer.- dije dándome la vuelta para enfrentar a Daniel, quién estaba apoyado en el auto bastante incómodo con la situación.

-¿Quieres ir a caminar por la playa?- le pregunté una vez que estuve lo suficientemente cerca para que me oyera.

-Vale.- dijo Daniel mirándome ya un poco más ilusionado.- Vamos.- dijo tomandome de la mano y alejándonos del restaurante. Me di la vuelta solo un segundo para ver a Derek, el cual nos miraba melancólico, con los ojos vacíos y los puños cerrados.

Me volví a voltear, ya que no quería andar sufriendo por cosas estúpidas lo que causó que gritara.

-Daniel, te juro que si la lastimas eres hombre muerto.- dijo con los ojos entrecerrados y con el dedo acusador apuntándolo. Dicho esto, dio media vuelta y se fue.

-Qué normal que es ese chico.- Comentó Daniel.-No te quiero cerca de él, Bro. Lo conozco y solo te va a hacer daño. No quiero verte sufrir.- dijo abrazándome.

-No puedo hacer nada. Vivo en la misma casa que él y no creo que me haga daño.

-Nunca puedes confiar en ese tipo de chico.

-Osea, que tampoco puedo confiar en ti, ¿verdad?

-Vamos a meternos al mar.- dijo levantándome y colgándome cual bolso de  papas.

-¡Bájame!- dije golpeándolo en la espalda, sin lograr hacer nada. más que cansarme yo.- ¡Bájame que no tengo maya!

bueno, vamos a tener que lamentar eso pero te vas a tener que arruinar esa hermosa ropa que llevas puesta.- dijo mirándome inquisitivamente de arriba a abajo descaradamente.- La verdad no voy a lamentar mojándote.- dijo mirándome con una sonrisa de lado, mientras me tiraba al agua.

-¿Sos imbécil o te haces?- le pregunté enojada, pero la cara se me esfumó enseguida cuando se me ocurrió una idea.- Perdoname cómo te hablé.- dije poniendo cara de angelito.- Me ayudas a levantarme?- le tendió mi mano y él comenzó a dudar si me la agarraba o no. Finalmente lo hizo, y yo como toda mala persona que soy, con toda la fuerza que tenía lo hice caer conmigo al agua.

-Sos eh!- dijo mirándome.

-Soy ¿qué?-le pregunté inquisidoramente ligeramente interesada en lo que él pensaba de mí.

-Sos hermosa, terca, torpe, inútil,...

-Ya, ya, ya.- lo interrumpí.- Si te dejo seguir me enterraras viva.- le dije esto poniendo mis brazos en jarras, lo que hizo reír.

Pasamos un rato dentro del agua un rato más, mientras aprendíamos más el uno del otro, hasta que se hicieron las doce y le dije a Daniel que me tenía que ir. Me acompañó al auto y me llevó a mi casa.

Durante el viaje no pude evitar detenerme a pensar que hubiese sido si en vez de Daniel hubiese pasado con Derek todo esto. Quería creer que él me trataría así de bien, que me haría reír, que me haría sentirme viva sin fingir ser otra que no soy. Eso no significa que con Daniel no fuera yo misma, era que en realidad no me sentía bien con sonreírle y pasarla bien a alguien que recién conocía y tenía fama de mujeriego, por más que a mí me haya caído bien y me parezca simpático.

Con todos estos pensamientos rondando en mi cabeza, no me había dado cuenta de que habíamos llegado a mi casa, si no fuera porque Daniel me avisó.

-Gracias por todo.- dije mirándolo a los ojos.- La pasé muy bien hoy.

-Yo también, espero poder volver a repetirlo.- dijo mirándome a los ojos con una sonrisa de infarto, y unos ojos destellantes de esperanza.

-Yo igual. Hablamos.- dije dándome vuelta, pero sentí que me tiraban del brazo y me apoyaba en un duro torzo.

-¿No me vas a despedir?- dijo poniendo ojos de cachorro.

-Está bien.- me acerqué a su cara y le di un beso en la mejilla.- Nos vemos.- me iba a salir, pero no me dejó moverme.- Hey, suéltame.

-No. No, hasta que me despídas de verdad.

-¡Suéltame!- dije forcejeando.

-No. Da me un beso de verdad y te dejo ir.

-Está bien.- dije acercándome a su cara. Uní sus labios con los míos y empezamos a besarnos primero suavemente, para luego dar paso a una ferocidad que no sabía que contenía. Me separé y me acerqué al oído.

-¿Ahora sí te gustó, guapo?

Él asintió robóticamente  y me separé de él entrando en la casa, dejándolo ahí afuera parado como estatua.

**********************

Espero que les haya gustado. Es medio largo, pero si les gusta voten.

Graciaaaaas! <3

lo que se sabe no siempre es cierto (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora