Abrió los ojos sin ánimos de hacerlo, mirando el reloj de su mesilla de noche.
Marcaban apenas las 06:00 de la mañana, y la última vez que lo había comprobado, antes de quedarse dormida, eran las 04:00. Suspiró con cierta frustración, sabiendo que necesitaba más tiempo que dos horas para reponerse un poco y estar bien a lo largo del día, sin parecer que nunca había dormido, sin embargo, se levantó aprovechando que se había despertado media hora antes de que su despertador sonaba, se levantó descalza y caminó hasta la cocina, donde preparó un café cargado que engulló casi de un trago, al tomarlo frío.
Caminó hasta el baño para levantar su cabello en una coleta y se reclamó por las ojeras que enmarcaban sus ojos verdes.
Desde la noche, luego de llevar a Normani a su domicilio, se había acostado con la intención de dormir, pero todas las ideas en su cabeza no se lo permitían. Se sentía estúpida, egoísta y completamente indefensa ante las malas ideas que tenía acerca de ella misma. Sabía que una vez más había lastimado a Camila, que había clavado en su corazón un dolor tan grande que nada podía borrarlo. Era una idiota. Ni siquiera ahora que la vida le había dado una oportunidad para aclarar las cosas y estar en paz, lo había aprovechado. Por el contrario; había hundido más el cuchillo en su pecho.
Suspiró tristemente. Lavó sus dientes y tras terminar, volvió a la habitación, llevando consigo su laptop, que encendió para colocar en el escritorio pequeño que había en aquel sitio. Comprobó nuevamente la hora y tras bloquear nuevamente su equipo, decidió que lo mejor era cambiar su rutina de los domingos y tomar una ducha para aprovechar el resto del día en distraerse.
Regresó al baño y tras denudarse con desgano, simplemente se duchó tratando de no pensar más en algo que tuviera que ver con Camila. Estaba preocupada por su plática con Lucy, programada a las 07:00 de la mañana. Era una hora complicada para ella, pero también era parte del poco tiempo que la castaña tenía disponible, por lo cual no le causaba una gran molestia realizar aquel "sacrificio".
No quería que se notara la culpa ni la tristeza en su rostro. Lucy no necesitaba cargar con errores que no eran suyos. Sus errores sólo le pertenecían a ella.
Tras salir de la ducha, se colocó únicamente su bata de baño y desenredó su abundante melena negra. Desbloqueó nuevamente su equipo e inició sesión en el programa que utilizaban para aquellas videoconferencias.
Esperó pacientemente hasta que el sonido de llamada se hizo presente y casi corrió a responderlo, encontrándose con que en el fondo de la pantalla aparecía Lucy. Se veía un tanto acalorada y con el cabello alborotado, mientras soplaba aire con un abanico que Lauren encontró particularmente gracioso. Lucy le parecía la mujer más hermosa del mundo, aun siendo un adorable desastre que lucía su piel más bronceada que hacía un tiempo.
- Hola, guapa- saludó la castaña, sonriendo ampliamente. Lauren hubiera podido contemplar por horas esa sonrisa.
- ¡Lucy!- respondió con el mismo gusto y amor de siempre. - ¿Cómo estás?...
- Acalorada- respondió- Iba a decir que era por el clima, pero creo que es más probable que se deba a que no tienes algo puesto debajo de esa bata de baño...- respondió fingiendo que se asomaba a través de la pantalla. Lauren rio fuertemente ante la ocurrencia. La castaña era una boba. Su boba.
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Destino (Segunda Parte "Sin Barreras")
FanficHay que creer en la fuerza del destino.