DÍA 7 - Monstruo

2.2K 223 68
                                    



Kaminari había crecido con una seria obsesión.

Si le preguntaras a cualquier alumno de la academia UA, sobre algún comportamiento extraño visto en algún compañero, todos concordarían con que un alumno, del nuevo grupo de ingreso en partículas, se podía llevar con creses el título de "FRIKI".

Desde que Kaminari Denki entró a la prestigiosa academia, no había día en el que no acorralara a algún estudiante, con el único fin de hacerle una serie de absurdas preguntas. Cosas como "¿alguna vez algún mostró entro por tu closet?", o "¿Cuándo eras niño viste luz proviniendo de tu armario?", y cosas relacionadas.

Ya a medio año, después de haber interrogado a todos los estudiantes e incluso a gran parte de la plana de docentes, el joven de cabellos rubios era rara vez visto deambulando por los corredores, o en algún lugar que no sea su salón de clase.

Por su lado, todos los miembros de la clase 1A se habían encariñado mucho con Denki, pues pese a los extraños hábitos que tenía con relación a las puertas, siempre solía mostrarse como un joven jovial y participativo que gustaba de ayudar a sus compañeros.

Más temprano que tarde, Kaminari había logrado acercarse a uno de los chicos más problemáticos y temidos de toda la academia, y pese a que superficialmente pareciese como si Bakugou no soportase al otro, en realidad el acercamiento que habían tenido se debía a las extrañas preguntas que el rubio siempre hacia, y al gran interés que mostraba el cenizo con respecto a estas.

Fue más adelante que conocieron a Mei, una chica pelirrosa, perteneciente a otra academia, que tenía una extraña fascinación con las máquinas y los "monstruos", esta chica con tan solo escuchar las preguntas que hacia Kaminari a un joven "x" que estaba cerca de donde ella comía, dejo todo lo que hacía para llevarse a su casa a rastras tanto a Denki como a un Katsuki que maldecía durante el camino.

Hatsume tenía todo una base de datos en las que había buscado información relacionada a este mismo fenómeno, que si bien muchos niños a lo largo del mundo sufrían, gran parte de ellos lo olvidaba por completo al cumplir una edad de "mayor razonamiento".

Lo que convenció a los dos chicos de unírsele en la investigación/obsesión de este fenómeno, fue que Mei tenía un hermano de 4 años, que según ella, siempre reía por las madrugadas (hora de trabajo de ambos padres).

Cargados de bates y complementos varios, los tres chicos prepararon el cuarto del hermano menor para crear una trampa. Las descripciones del niño eran exactamente iguales a las del "monstruo" de la infancia de Denki y ese hecho hacia que el rubio estuviera nervioso toda la tarde, con una extraña calidez en su pecho, calidez que no sentía desde que era un niño.

Al llegar la noche, los tres se escondieron en sus lugares designados, el hermano menor de Mei fue obligado por esta noche a dormir en la habitación de invitados (lugar que no tenía ninguna puerta más que la de entrada y salida), y en su lugar pusieron almohadas que tuvieran la forma del niño.

Las horas pasaron lentas, los tres jóvenes iban sintiendo el cansancio cada vez más. Más o menos a las dos de la mañana, Mei ya había caído domina apoyada en la pared, Katsuki estaba dormitando sobre su bate y Kaminari había dejado de moverse tan nerviosamente como al inicio y solo se dedicaba a balancearse de adelante hacia atrás en su mismo lugar muy levemente.

Media hora más tarde, el rubio vio como suaves luces traspasaban la pequeña rendija inferior de la puerta, y aunque quería despertar a Katsuki, que ya yacía dormido junto a Mei, tuvo que guardar silencio pues la puerta se fue abriendo muy lentamente.

Una habitación en silencio con ventanas abiertas recibieron a un ser de gran tamaño muy parecido a un humano pero hecho de formas angulares. Avanzó lentamente, primero hacia la ventana, para poder cerrarla, y después hacia la cama del niño.

-Hey bro, no se supone que me esperarías despierto? Un macho de verdad nunca es vencido por nada – Cuando el ser rojizo descubrió la sabana que cubría al "niño" también escucho un sonido seco a sus espaldas, volteo rápidamente y pudo ver a tres jóvenes que lo hicieron palidecer, uno en particular.

Denki era quien había dejado caer su bate, sentía las piernas temblarle y los ojos llorosos. Recordaba claramente como cuando era pequeño, ese ser venía a levantarle los ánimos después de haber sido golpeado por su padre, recordaba las veces en las que le había curado las heridas y le había dejado dormir sobre sus piernas, tantos recuerdos que por años habían sido fuente de muchas dudas de su propio estado mental, ahora solo querían escapar como lágrimas.

Y salieron, gruesas gotas de lágrimas acompañadas de muchos hipidos hacían que Denki no dejara de temblar, tanto Katsuki como Mei se había quedado estáticos en sus lugares, no sabían la historia de Denki con su "monstruo", pero las relaciones que cada uno tubo con los suyos les hiso saber que no debían de intervenir.

Kaminari se acercó aun con el cuerpo tembloroso hacia el ser que estaba frente suyo, las lágrimas no paraban y su vista ahora era medio borrosa – Te atrape – al piso comenzaron a caer más gotas de llanto – a-atrapé a Ei-Eijiro - ya no eran solo del rubio, ahora el ser también dejaba caer gruesas lágrimas.

Como no recordarlo, la primera vez que Kirishima entró a trabajar en esa empresa, le asignaron un niño con el cual estaría por 4 años, un niño al cual encontró tan lastimado y se encariño tanto que al momento de dejarlo crecer él mismo cayó en una recaída por separarse del niño.

Verlo ahí, como un joven sano y sin ese miedo permanente que tenía en los ojos cuando era niño, se sentía raro, era cálido, pero raro.

-B-Bien hecho... pequeño-

Katsuki y Mei salieron de la habitación dejando dentro a la pareja en un abrazo que no parecía querer terminar – Ve a dormir con tu hermano, yo me iré a casa.

-Sabes lo que significa.... Que Kaminari haya encontrado a su monstruo de la infancia... Lo sabes... verdad? – las palabras eran simples murmullos.

-Por la mañana veremos que hacer – Sin decir más, el cenizo se fue a su casa y Meí se dirigió a dormir con su pequeño hermano, tal vez algún día ella también se encuentre al "monstruo" de su infancia, el que le enseño a armar maquinas.

One-shot – 1109 palabras

.

.

.

.

.

Aclaraciones y curiosidades:

-Monster Inc :v

KiriKami Week 2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora