Capitulo 5: La inclusion

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Temiendo porque supieran que tenía descendencia Alemana y pero aún que supieran que mi familia descendía de una Nazi de alto rango en las SS de Hitler, no me apetecía ir a la escuela y mucho menos salir de mi casa. En mi habitación resguardaba la cruz de hierro y todos los pines nazionalessocialistas en un pequeño compartimiento en la cabecera de mi cama, el uniforme que había mandado a arreglar con un sastre estaba bien cuidado y muy bien resguardado tras un retrato de Mahatma Gandhi.Con miedo e inseguridad porte la cruz de hierro en clase de Artes,Biología y Tutoria, el maestro Gibran no tardó en notar mi cruz de hierro y exclamó con sorpresa:
-Andrade vos posees una reliquia de la segunda guerra mundial!!
Intente ocultarla pero fue imposible el listón de donde colgaba no salía de mi cuello, Gibran pidió que se me aplaudiera y así se hizo mis compañeros aplaudían sin cesar, me sentía como Hitler en uno de sus discursos, el pueblo alemán me aplaudía y yo simplemente los miraba mientras ellos aplaudían yo exclame con ira:
-Ya basta!!!
Ellos me miraban con miedo como si le hubieran regañado, yo pedí una disculpa y me quite la cruz de hierro.El profesor pregunto:
-¿Porque te despojas de tus méritos?
-¿Mis méritos? Le pregunté.
El profesor me dijo con ira:
-Que no sabe usted los méritos que hizo su tatarabuelo para conseguir ese reconocimiento, y peor aún que usted no le de el valor que se le merece a esa cruz de hierro.
Yo con seguridad y orgullo le respondí:
-Yo bien se los méritos que mi tatarabuelo tuvo que realizar para obtener ese reconocimiento,se que tubo que demostrar su valentía,su carácter,su lealtad hacia el régimen,su gran habilidad para las matemáticas y sobretodo su disciplina,conozco el valor que se le tiene que dar a esta condecoración, se que sólo hay pocas en el mundo y es muy codiciada, también se y estoy dispuesto a dar mi vida por esa cruz, ni el Gobierno ni la sociedad podrá desaparecer todas las cruzes de hierro, entre el odio y el miedo que le tienen a estos méritos son admiradas hasta por la persona que se proclame antinazista.
El me miró y me dijo:
-Realmente tu conoces el verdadero valor que se le tiene al las condecoraciones nazis.
Terminó la clase y me quedé en silencio en mi pupitre, Estefanía se acercó y me susurró al oído.
-Te veo en la salida
Con una sonrisa desquiciada dibujada en la cara me lo dijo.
Cada minuto que pasaba en el salón fue insoportable pasaba en lo que sucedería al terminar la escuela.
-¿Que pasará? ¿Qué pasará?
Era lo único en lo que podía pensar, no podía sacar esa pregunta de mi mente, me era imposible pensar en otra cosa.
-Andrew!!!
Me gritaba la maestra de español.
-Página 156 Andrew, te toca leer.
Me había despistado no podía pensar en otra cosa que no fuera: ¿Qué sucedería al terminar la escuela?.
Fue extraño ninguna persona me había hecho hacer dudar tanto, el simple hecho de que una persona con una simple oración pudiera despistarte me parecía absurdo hasta ese momento.
Llegó el fin de la escuela salíamos a formarnos justamente me había tocado hasta el final de la fila, sin saberlo Estefanía estaba a mi lado, intente no mirarla pero me fue imposible nos miramos el uno al otro en ese momento sentía como el tiempo se detenia y sólo nosotros podíamos movernos al salir de esa especie de transe los del grupo ya iban por el salón de los del "D" caminando hacia la salida ella tomo mi mano y la apretó con fuerza.
Me había hecho sentir como la persona más especial del mundo aunque sabía que nada de eso importaba, la solté y no pude ni mirarla a los ojos salimos y no quería verla.
Al día siguiente los alumnos fueron acercándose a mi me invitaban a jugar en el receso a lo cual con gusto acepte, por fin me sentía incluido.

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