Cristal... la reina de las hadas, con su tez azulada en un tono azul muy claro como el cielo y su larga melena rosa fuerte con algunas hojas y flores entrelazadas en pequeñas trenzas distribuidas por su larga melena, ojos azules igual que su piel y esos labios rosa palido sonrientes que enseñaban aquellos afilados dientes blanquecinos, estaba de pie en la puerta de mi oficina con aquel largo vestido blanco que volaba su larga falda al andar.
-Querida -miro en mi dirección en forma de saludo y volvió su mirada a Ruggero- pero si tenemos aquí al señorito Ruggero -le miro sonriente- querido -le saludo con una reverencia
-Tome asiento y cuéntenos a que viene su grata visita -sonreí falsamente sin que se notara indicándole que tomara asiento junto a Ruggero.
-Bien -se sento cruzando sus piernas sonriente como de costumbre- no perdamos mas tiempo y vayamos al asunto que nos concierne.
-Bien,¿ lo habéis traído? al muchacho.
-Por supuesto, esta fuera
-Bien pues todo arreglado, nosotros nos encargamos -sonrei mirando a la reina.
-Por supuesto pero ya sabes que nosotras no hacemos nada por que si -sonreía de medio lado.
-Claro...claro que no -suspire resignada- ¿y bien?
Cristal se levantó de la silla sonriente- de momento no quiero nada pero tendrás noticias mías querida -se movió con rapidez y de forma silenciosa- ahora mismo hago pasar el cuerpo, hasta pronto -y sin mas desapareció.
-Pues ya esta ¿no? -mire a Ruggero negando con la cabeza.
-Se nota que no conoces a Cristial y que nunca has tenido relacion con ningún hada, suerte la tuya ellas nunca hacen nada sin obtener nada a cambio, averiguan que es lo que mas quieren y cuando lo saben ya tienen diversion -me levante del sillon arreglando mi falda- vayamos a ver al chico.
Ruggero me siguio hasta una puerta que había debajo de las escaleras- ¿y esto? nunca me había dado cuenta.
-Sonrei abriendo la puerta con la llave que llevaba colgada al cuello- espero que no tengas que verla mas.
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Entre Lobos y Vampiros [Ruggarol][Adaptada]
FantasyNo sabia lo que sucedería despues de ir a su territorio y sinceramente no me arrepiento.