COMO TE ODIO, PERCY #2
Fue un proceso muy duro, pero finalmente Annabeth Chase y Percy Jackson lograron tener su merecido final feliz después de haber pasado por tantos tropiezos.
Ahora los chicos solo deben concentrarse en las vacaciones de verano...
Estaba diluviando y la noche era demasiado oscura. La falta de luz lunar no ayudaba demasiado a que Stevan y Amelia encontrasen el camino que dirigía hacia el Orfanato Nueva Esperanza. Amelia arrullaba con suavidad a la pequeña bebé que llevaba en sus brazos, cantándole dulces canciones antes de despedirse.
Stevan no paraba de mirar detrás de sí, sintiendo que alguien o algo los asechaba a sus espaldas. Lo que estaban haciendo era demasiado arriesgado. Cualquiera podría verlos y no sería difícil descubrir sus identidades, a pesar de la oscuridad y la lluvia.
—Amelia, date prisa —le susurró Stevan a la mujer. El cabello rubio de ella se le pegaba a la cara y sus zapatos se hundían en el barro, pero ella no paró de susurrarle a su hijita hasta llegar a la puerta del orfanato—. ¿Quieres que te acompañe? —le ofreció Stevan. Él sabía que lo que estaban a punto de hacer no era sencillo, ni para ella ni para él. Estaban a punto de despedirse de la bebé que ella tanto amaba y que sin querer, él le tomó tanto cariño.
—No, iré sola —dijo la mujer antes de abrir las puertas del orfanato. Stevan se quedó bajo la lluvia, mirando la desolada noche. Una sombra se movió a su izquierda, y miró hacia allí, alerta. Alguien se acercaba.
Stevan se asomó por la ventana del orfanato, mirando cómo Amelia entregaba a la empapada niña a la encargada, escribiendo a toda prisa en una planilla de recepción para luego salir casi corriendo de allí, llenado todo de barro y agua.
Vio a Amelia salir del orfanato y, a pesar de la lluvia, supo que estaba llorando.
—Vámonos —le dijo la mujer, echando a andar adelante, casi corriendo. Stevan se apresuró a seguirla, con los sentidos a flor de piel. Antes de subirse al auto, echó un último vistazo al orfanato, dónde acababan de abandonar a la pequeña, a la cual Amelia llamó Annabeth.
Y justo mientras encendía el coche para salir de allí, lo volvió a ver. Una persona estaba mirándolos desde los arbustos del orfanato.
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¡Holaa, hermosos cocuyos! Después de una laaaarga espera, estamos resubiendo los capítulos y próximamente se vienen nuevos. Esperamos que esta nueva aventura sea de su agrado. Habrán muchos nuevos misterios y grandes secretos, pero sobretodo habrá mucho humor y romance.
¡Besos y abrazos!
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