Capítulo 1: La misma propuesta, pero con un rubio dramático.

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𝑶𝒄𝒉𝒐 𝒎𝒆𝒔𝒆𝒔 𝒅𝒆𝒔𝒑𝒖𝒆́𝒔

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La alarma me despertó de golpe. Mis ojos se abrieron sin más y el peso de seguir con vida otro día de nuevo, era insoportable. Me acurruqué irritado entre las sabanas y colchas, tensando mi cuerpo para luego suspirar relajado. Incorporándome para apagar el molesto sonido de mi móvil, tallé mis ojos y bostecé. Woah, ya me están dando ganas de llorar.

Pasé mi mano contra mi cara, como si aquello me quitara el cansancio (el mental, específicamente) y palmeé mi mejilla izquierda, levantándome para estirar mis brazos hacia arriba. Wuu, otro día más, bravo.

¿A qué hora me había dormido anoche? Tal vez... ¿a las cuatro de la mañana? Ya quiero que sea fin de semana para dormir toda la tarde hasta que caiga la noche y luego, volver a dormir. Cada vez que intento cerrar mis ojos entre semana, mi corazón se acelera tanto que es difícil escuchar mis propios pensamientos, ¿serán taquicardias? No ha habido una sola noche en la que duerma bien desde aquel día. Incluso me he encontrado a mi mismo despertándome entre lágrimas pocos minutos después de caer rendido, como un niño envuelto en pesadillas, aunque eso no está muy alejado de la realidad.

Avancé con pesado andar hasta la puerta del baño, rascando mi cabeza aun atontado. Abrí la regadera, empecé a sacarme la pijama calientita y afelpada sin mucho en la mente.

¿Jake seguirá con esto? Hoy entramos a la preparatoria, a la misma preparatoria. No tenía opción de cambiar a otra, de todas formas, él dijo que iría conmigo incluso al borde del mundo.

Pasé ocho meses de mi nada interesante vida queriendo morirme, ¿no está aburrido? Me han golpeado, robado, ¡incluso me han dejado encerrado en mi casillero! Me gustaría decir que "pudo ser peor", pero no. Bueno, probablemente, pero esto ya es bastante malo. Aun así, en cada ocasión en la que me preguntó si quería salir con él, convencido de que mi respuesta le favorecería, me negué. Una y otra, y otra vez apreté los labios, aparté la mirada y me negué.

Es que... si así me trata queriendo que sea su novio, ¿qué más haría?

Prefiero esperar, puedo hacerlo. Todo esto no puede durar para siempre, ¿no? Quizás un día se mude del país y me deje en paz, o un auto lo atropelle y acabe en coma. Puede que simplemente un día se muera. ¿Cuándo voy a poder dejar de vivir así?

El agua fría calló con presión sobre mi cabello, aplastándolo contra mi cara. Lo peiné hacia atrás y suspiré débilmente observando como el agua escurría y daba vueltas alrededor de mis pies. A este punto, creo que sólo me levanto y me meto a bañar por instinto, más que por voluntad.

Raeven y su novio falso «BL»«Omegaverse»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora