One-Shot

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Yagi Toshinori, mejor conocido como All Might, después de tantos años trabajando como héroe tenia en claro varias cosas, tales como que era imposible salvar a todo el mundo o que aunque pusiese su máximo esfuerzo podía equivocarse, pero más que nada tenia en claro una cosa:

No a todo el mundo le agradaba.

Esta revelación se fue dando a larga de unir fuerzas con otros héroes, así aprendió que no todo el mundo apreciaba su forma de ser, eso no significaba que esos héroes lo odiasen o no apreciasen lo que hacia, a veces era la forma en la que actuaba o como hablaba lo que hacia que esas personas no se llevasen bien con él y quizás actuasen de mala manera.

Toshinori no los culpaba, después de todo era algo puramente personal, no podía juzgarlos.

Aprendió a vivir con eso, identificando a aquellas personas, alejándose rápidamente cuando la situación no requiriese de rescatar u ayudar a alguien, no queriendo crear una situación incomoda y forzada como varias veces había hecho a través de su carrera.

Y ahora, en su situación actual como profesor en la U.A, no había cambiado su manera de pensar. Ahora era fácil saber que personas podían llegar a ser potenciales amigos y de quienes debía dar unos 5 pasos atrás cada vez que hablasen.

De hecho no era un "quienes" sino un "quien".

Aizawa Shouta, él era un excelente héroe en opinión de Toshinori, se preocupaba mucho por sus alumnos y aunque sus maneras de expresarse no fuesen las más amables, hablaba con lógica y verdad ante cualquier situación. A Yagi le hubiese gustado ser su amigo, lastima que el sentimiento no fuese reciproco.

En los primeros días enseñando ya podía saber que a Aizawa no le agradaba, se sentía claramente en la forma en que lo miraba, y no hay nada peor que alguien que tiene una particularidad que implica la vista, tenga sus ojos clavados en tu espalda cada vez que entras a la sala de profesores.

Por suerte las cosas no eran tan malas, no es que pudiesen ser amigos pero, al menos, Aizawa lo trataba de una manera profesional. En los primeros meses enseñando aun podía sentir esa tensión entre los dos que, poco a poco, fue disminuyendo. No había charlas realmente entre ellos, pero más de una vez estaban obligados a estar juntos por un tiempo, así que Yagi solía hablar por lo dos, contando una que otra historia o hablando de los alumnos, de vez en cuando ofreciendo té o algo para comer, recibiendo un "hm" como respuesta ante todo su palabrerío. No es que quisiese hacer una situación incomoda pero, había descubierto que era aun más incomodo, estar en total silencio por todas esas horas juntos.

No es como si Aizawa hubiese rechazado su unilateral conversación, por lo que su balbuceo no debía ser tan molesto.

En fin, mientras pudiese mantener las cosas de esa manera todo estaría bien entre ellos, Aizawa no estaría incomodo con su presencia y solo lo ignoraría, y Yagi no tendría que gritar internamente cada vez que tuviese que hablar.

Hubo una sola cosa que en esos meses no había cambiado, bueno si había cambiado, pero no totalmente. Había veces en las que caminando o entrando a la sala de profesores, aun podía sentir la mirada de Aizawa como si fuese el primer día, la única diferencia, era que ya no le daba esa sensación de desagrado que transmitía antes.

Solo era una mirada muy intensa en su espalda.

Como la que estaba experimentando en ese momento. Decir que había aprendido a ignorarla seria una mentira, pero no era tan incomoda como para no poder corregir los exámenes de sus alumnos, y tampoco es como si tuviese la confianza para preguntar el por qué de esa mirada, quizás era solo uno de los muchos misterios que rodeaban al pelinegro.

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