Otra Historia de April Fools - La Ruta de Elly

Prólogo

Los saludo en este hermoso día. Antes que nada, la etiqueta dice que debemos hacer las pertinentes presentaciones, además de esa manera no tendremos malas interpretaciones: Soy de una orgullosa raza iraní, mis cabellos traslucen y brillan más que la plata, mis ojos son del color azul celeste más puro que un topacio finamente cortado en diamante, soy de labios rosados y finos, mis orejas son puntiagudas pero delicadamente redondeadas, mis manos son suaves e incorruptas y a pesar de que entre mis congéneres no tengo un rostro tan hermoso ―debido a que mi cara no está achatada―, para mi dueño, soy el ser más hermoso de este planeta. "¿Dueño has dicho?", está claro que sí. ¿Te hiciste una idea equivocada? Porque no puede haber criatura más bella en el mundo, y tan bien descrita de esa manera, que un gato. ¡Así es! Soy una hermosa y orgullosa gata persa, me llamo Elizabeth the third, mi dueño piensa que es un maravilloso nombre aunque no me lo haya puesto él. Un caballero muy elegante de cabellos color menta, y su novia, me entregaron a su cuidado, al parecer es su mejor amigo, y ha sido él quién amablemente me ha nombrado en honor a parecer de la nobleza.

He pasado una semana acostumbrándome a este nuevo lugar, lo cual no es nada difícil: nunca me hace falta comida, sin mencionar que la comida que se me daba antes es una vulgaridad en comparación con mis alimentos diarios; tengo instalaciones de lujo y derecho a hacer de mi propiedad cualquier mueble de la habitación, tengo accesorios para no repetir un solo collar un día y juguetes en grandes cantidades, y aunque hay una enorme ventana por la cual puedo ver el mundo exterior, sembrando en mi interior la natural curiosidad de conocer lugares que no son míos, mi adorado dueño, Jumin Han, nunca ha dejado de procurarme y dar amor y consentimiento.

Ahora mismo él ha ofrecido una fiesta para "presentarme a la sociedad", pero la realidad es que únicamente sus conocidos han llegado, lo cual también es bueno, ya que no soportaría que cualquier clase de gente entre en nuestros aposentos ―ya tengo suficiente con estar viendo a distintos hombres vestidos con la misma ropa, son algo intimidantes, pero igual son cuidadosos y delicados―. Su amigo, quien nos ha unido, se halla presente y constantemente le agradezco haberme traído, sin embargo algo en su pareja no me agrada y debido a que no se separan ni un solo momento, me es difícil mantenerme a lado del caballero color menta y corro nuevamente al regazo de mi dueño. El resto de los invitados son algo peculiares: un muchacho castaño con olor canino, una chica que confundí con un hombre de los que cuidan la puerta, un chico de cabellos como los míos que no puede evitar ser desagradable cuando me le acerco y un chico de cabellos rojos quien no me deja en paz ni un segundo y del cual parece que mi dueño no está complacido de dejarme en sus manos. Apenas es mi primer encuentro y tengo el presentimiento de que este grupo es algo extraño y peculiar.