Unos la aman, otro la odian. Todos tienen sus razones, pero ella puede conquistar el corazón de todos. El personaje más singular y sin protagonismo del videojuego original de Cheritz, Mystic Messenger; Elizabeth the Third tendrá una oportunidad. ¿Qu...
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Día 5
Jumin recibe una llamada en la noche. La voz de V sonaba tremendamente exaltado. Jumin, sin dudar, más con un aire de preocupación en su ceño fruncido, cuelga y comienza a llamar frenéticamente a otra persona, quien no contesta las llamadas. Cuando por fin parece haber respondido, Elizabeth se sienta en la cama para mirar desde lejos la ansiedad que Jumin desbordaba. Despidiéndose a lo lejos, cierra la puerta detrás de él. Elizabeth apenas había contado la mitad de las estrellas que contó la noche anterior cuando entraron Jumin y un chico rubio, a quien Elizabeth no parece reconocer, por la puerta. Este parece haber llorado bastante pero no sabría decir si de enojo o de tristeza. Jumin sienta al chico en la mesa, quien parece estar algo mareado, y luego se dirige a la cocina. Elizabeth se acerca a los pies del chico, huele tremendamente a alcohol. Con su cara roja entre lo "happy" y el llanto, comienza a decir:
― Las extraño tanto. ¿Por qué me dejaron solo?
Elizabeth se acerca un poco y en lo que iba a posicionarse para observarlo mejor, el chico la percibe bajo sus pies, la toma rápidamente por el lomo y la abraza fuertemente:
― ¡Sally! ¿¡Dónde te habías metido?!
"Demasiado amor de un desconocido apestoso", pensó. Acto seguido comienza a darle una serie de arañazos para que la libere, sin embargo parece ser que no es suficiente y comienza a maullar enojada y hasta le muerde el pelo, sin éxito alguno. Hasta que Jumin regresa con un vaso de agua fría, suelta a Elizabeth, la cual parece estar muy agitada. Jumin, perdiendo un poco de su usual autocontrol, la retira rápida y cuidadosamente.
―JU-MIN, devuélveme a SA-LLY... JU-MIN...JU-MIN-HA-AN ―lloriqueaba el chico.
―Yoosung, solo tómate el agua, recuéstate en el sofá y hablamos mañana.
"¿Qué no tenía el cabello café entonces?", se preguntó Elizabeth cuando Jumin la retiró y colocó en la cama. Todos se acomodaron para dormir, más entrada la madrugada, poco antes del amanecer, Elizabeth se levanta de la cama y lo mira atenta.
"Él no era así cuando lo conocí. ¿Qué pudo pasarle a ese chico sonriente con olor a perro?", meditó y luego se durmió en la alfombra, a un lado suyo.
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