Hay de secretos a secretos; por un lado existen aquellos secretos compartidos, que se viven al mismo tiempo y es secreto de los involucrados. Están los secretos que uno ve y decide no contarlos ni tampoco comentar que lo sabe... Y por último están los secretos que uno se guarda, aquellas ideas, pensamientos, sentimientos, comentarios que a veces tenemos y decidimos no contarlos... Exactamente uno como esos tengo yo: hay ocasiones en las que no me acuerdo siquiera de su existencia, pero hay veces en las que lo extraño muchísimo y muero por hablarle, por saber algo de él, ¿Cómo esta? ¿Qué hay de nuevo en su vida? ¿Paso algo importante?... Pero se que simplemente no estaría bien. Acepto que aún me duele muchísimo y cuando estoy en esos momentos de tristeza me pongo a reflexionar y caigo en la cuenta de que es porque él fue durante mucho tiempo parte de mi vida, de mi corazón, de mis sentimientos que ahora que busco y ya no está es... Extraño y doloroso.
No me atrevo a decir que siempre será él el dueño de mi corazón porque creo que hay que darle tiempo al tiempo para que el corazón sane... Pero lo que si me atrevo a decir es que yo lo amé y lo amé como jamás había amado a alguien.