Y de pronto llegas. Vuelves a aparecer sin que yo me lo espere. De pronto llegas y yo tan feliz y desprevenida. Te acercas, y me saludas, el latido de mi corazón comienza a retumbar en mis orejas; estoy muy nerviosa. ¿Qué es lo que estas haciendo aquí? Se supone que te habías ido, y que no ibas a volver. Y de pronto llegas, y mi cabeza no deja de pensarte y de imaginarte; y mi corazón se llena de melancolía. ¿Cómo es posible que yo te quiera tanto?... Llegas y no sé que esperar; no se sí quieres otra oportunidad o sólo vuelves para ser mi amigo. No sé si debo hablarte o dejarlo así como así. Siendo honesta, me encantaría hablar todo el día, todos los días contigo pero eso no estaría bien. Se supone que ya habíamos puesto un punto final a esta historia, pero ahora que llegaste parece que nada pasó, que nuestra historia aún continúa. Y es que es innegable que entré nosotros existe algo. Dime, ¿Por qué es tan difícil?... Supongo que sólo debo relajarme, esperar a que el tiempo pase y ver que sucede y entonces veré como actuar. Quizá sólo exagero y estoy mal interpretando ese "hola", esa mirada y esa sonrisa...
