—¡Rayita!— entró mi mamá a mi pieza, abriendo la puerta de un portazo—¡La re mil chota!— grito enojada al verme aún acostada en la cama— ¡Que te levantes pendeja!— comenzó a quitarme la frazada.
—Buen día mamá— dije sonriéndole.— Vaya, qué manera de saludar.— me senté en mi cama.
—Buen día hija, perdón pero no soporto verte aún durmiendo. Es tarde y aún sigues acostada— comento abriendo con bronca las persianas . La luz llegó rápidamente a la habitación, mis ojos se fruncieron.
—¡Ah!— grite horrorizada, cubriendo con mis manos mis ojos— ¡Cierra eso! ¡Cierra eso!— escondí mi rostro en una almohada.
—¡Que te levantes! Es tarde ya.— comenzó a caminar hacia la puerta.
—Pero si recién son las diez de la mañana.— saqué mi rostro del escondite y tiré con bronca la almohada a un rincón de la habitación.
—¡Que me importa!— me volvió a gritar. Vaya, que histérica.— Si no te levantes te tiró un vaso con agua ¿Okey?— me miró con su mirada asesina.
—Esta bien, está bien— me puse de pie con mis manos en señal de inocente.
Si chicos, mi mamá siempre me despierta y raras veces me despierto sola.
Así con el pijama—sin cambiarme— me fui hacia la cocina.
—¿Que hay para desayunar?— pregunté entrando a la cocina.
—Hola cariño.— me saludó papá con una sonrisa. Este estaba sentado en una silla frente a la mesa leyendo el periódico.
—Hola ojicielo— le saludé riendo y me senté junto a él. Le decía ojicielo por sus hermosos ojos de cielo—o sea celestes—.
—No prepare nada. Prepárate algo querida.— respondió mamá mientras tecleaba con su celular.
—Okey— me puse de pie y abrí la nevera— Aquí no hay nada— susurré, pensé que no me escucharon. En la nevera mayormente nunca había nada interesante para comer.
—¡Que si hay niña! Fíjate bien— me grito mi mamá indignada. Mire hacia el fondo de la nevera y encontré un yogurt de frutilla.
—Tranqui— dije mientras agarraba el yogurt de mala gana, cerré la nevera y me senté junto a mis padres.
—¿No trabajas hoy?— le pregunté a papá. Ya que solía irse antes que me levanté.
—Feriado— me miró con una sonrisa. Golpeé la palma de mi mano contra mi frente. Claro, Lo había olvidado.
—Niña tonta— dijo Brighton entrando a la cocina. También con su pijama.
Brighton era mi querido hermano mayor. No nos teníamos ese cariño mutuo como otros hermanos pero bueno, algo nos queríamos.
— Y tú eres un idiota.— sonreí con picardía.
—¿Mañana hay clases?— preguntó el apestoso de mi hermano, se sentó junto a mi.
—Claro que sí. No pienses que todos los días son feriados imbécil.— respondí mientras ponía yogurt en un vaso.
—¡No hables así!— me regaño mi mamá y me tiró una de sus tantas miradas asesinas.
—Fuh, mañana hay que volver al instituto de porquería.— comentó Brighton rodando sus ojos— Y hay que volver a casa recién el viernes— soltó un suspiro. Y era verdad, entrabamos un lunes y volvíamos a casa los viernes. Dormíamos en las habitaciones que nos brindaba el instituto.
—Tranquilo hermanito, este es nuestro último año.— hablé con ternura. Brighton era más grande que yo solamente por un año, ambos íbamos al mismo año del instituto. El había ingresado bien al instituto y yo entré adelantada, cuando en realidad debería estar en un año menos en el instituto— además falta poco para terminar— añadí. Ya que estábamos en mitad de año.
—Hola familia— saludó Andy, mi hermano menor, entrando a la cocina. Este era menor que yo por un año.
Brighton 17 años a poco de cumplir sus 18, Yo con 17 años hace pocos días que los había cumplido, Andy con 15 años por cumplir sus 16 entre unos meses. Si, todos éramos seguidos.
—Hola inmundo.— le saludamos Brighton y yo al unisono. Le decíamos así ya que Andy era de cabello morocho ya que Brighton y yo éramos de cabello rubio.
—Brighton la ciudad de Inglaterra y Rayita la cliché de Wattpad.— contestó Andy riendo. Le molestaba que le llamaramos "inmundo" y a mí me molestaba también el apodo que me tenía, aunque todos me decían así.
—Al menos hay una ciudad con mi nombre, eh.— respondió Brighton con orgullo— Que grande yo, eh.— sonrió con orgullo.
—¡No me digas así!— rodé los ojos.
—Rayita, ¿Tu vida es igual a las historias "rayita" ?— me siguió molestando Andy con sus preguntas.
—Ni te la imaginas, aunque algunas cosas coinciden la mayoría no.— respondí frunciendo mis labios. Tratando de no explotar en rabia.
—No la molestes Andy. ¿Quieres que te castigue?— ahora habló mamá en mi defensa.
—Ella empezó.— rodó los ojos y se sentó a la par de Brighton.
—Andy el de Toy Story.— habló riendo Brighton después de unos minutos. No era gracioso pero Andy odiaba la película de Toy Story ¿Y que mejor que molestarle con eso?
Brighton y yo no pensábamos igual y tampoco nos poníamos fácil de acuerdo pero si coincidiamos en molestarlo a Andy.
—¡Deja de molestarme idiota!— gritó Andy furioso empujando a Brighton. Este cayó rápidamente al suelo, pegando su rostro contra el suelo.
—¡Pedazos de inmaduros!— gritó mamá poniéndose de pie para ayudar a Brighton a levantarse. Papá se levantó furioso y le estampó un sopapo en la cabeza a Andy, y yo estaba ahí sentada tratando de no explotar en risa.
—¡Alto sopapo te dio!— carcajee cuando papá y mamá salieron de la cocina luego de unos cortos minutos.
— Cállate Rayita— contestó Andy mientras comía su cereal, un poco de leche cayó de su boca a la mesa.
—No niño— contesté y mandé más yogurt a mi boca.
—Rayita, Raya, cliché, cliché de Wattpad— tarareó Brighton. A veces molestaba a Andy y luego a mi.
Rayita... ¿Es posible un nombre más feo? ¡Odio mi nombre! A parte de patético es feo.
—¿Quieres que te estampé contra el suelo así como lo hizo Andy?— le fulmine con la mirada.
Y así chicos eran los días en mi casa con mi familia. Las peleas y las risas nunca faltaban.
😘
¿Quieren capítulos cortos o largos?
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Soy Rayita.
Teen FictionElla es Rayita. -¿Rayita? ¡Que nombre extraño! Si, Rayita. Su madre era lectora en Wattpad, amaba las historias rayita y ¿por qué no nombrar a su hija así? el padre estuvo de acuerdo, tampoco era un nombre taaan feo. -¿Su vida es perfecta como en...