4. Un dia más en el instituto.

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6:30 a.m.

El instituto comenzaría enseguida así que me levanté rápidamente y me fui a dar una buena ducha.
Dejé que el agua fría recorra mi cuerpo y también mojara mi cabello rubio.
Rápidamente elegí mi ropa: remera ajustada con escote pronunciado, una falda negra no tan ajustado, medias un poco oscuras y mis borcegos negros favoritos.
Me mire al espejo y rápidamente me di cuenta.

Oh carajo, ya se porque me dicen "chica mala".
Admito que amo la ropa en negro, es lo mejor.

— Que lookaso.— exclamó Delfina al verme salir del baño. Ella estaba sentada en una silla, esperando entrar al baño seguramente mientras las demás,aún, dormían.

— Gracias.— solamente dije y fui a preparar mi mochila.

— Al parecer no eres tan cliché como en las novelas de Wattpad.— y aqui señores, otra lectora de Wattpad que me dice lo mismo.— He visto que generalmente son de vestirse con más... Colores.— exclamó mirándome de arriba a abajo ¡Por favor! Odiaba que hagan eso.— Te pareces por la parte de tener cabello rubio y ojos celestes.— hizo carita de sorpresa.

— Si, digamos que algunas son castañas y otras rubias en las historias rayita.— respondí con frustración.

— Pero las ahí las chicas son nerds y tú... Bueno, no pareces nerd.— añadió acomodándose sus anteojos de marco amarillo.

— Tengo buenas calificaciones pero no soy una nerd.— exclamé aunque prácticamente no sabía que era yo ¿Popular? Quizás, un poco tal vez ¿Nerd? No lo creo, las nerds suelen ser tímidas (como en las historias rayita lol) ¿Punk? Un poco puede ser por las ropas pero yo soy alguien amigable así que no, quizás no.— Hago lo posible para no parecerme a las chicas de las historias rayita.— resople. Era agotador.

— Oh Abi, no debes presionarte así. No tiene nada de malo que te parezcas en algo. Solo son libros estúpidos y tú, tú tienes que ser tú misma.— dijo, con total pena, mientras ponía su mano en mi hombro en símbolo de compañía.

— Gracias Delfi.— sonreí.

—¿Me esperas que me bañé así vamos juntas a desayunar?— pregunto antes de ingresar al baño, asentí sonriente.

Por fin, en este año, habría alguien que quiera estar conmigo. Desde que mis amigos del año pasado se fueron no había tenido mucho amigos este año.

— Hola.— Bárbara despertó y saludó mientras se refregaba sus ojos con sus manos.— ¿Com...— no alcance ni a saludarle ni ella de terminar su frase cuando rodó en su cama (que estaba arriba de la cama de Penélope) y si, lo que se imaginan: cayó al suelo.— Auuuuuuuch— emitió tocándose su rodilla. Hice fuerza para no reírme y me acerque a ayudarla.

— Hola Bárbara, venga, te ayudo a levantarte.— le extendí mi mano, rapidamente cedió y de un tirón la puse de pie.— Mmm ¿Estás bien?— fruncí el ceño, aún reprimiendo las ganas brutales de reírme.

— Si, solo ha sido un golpe un poco duro.— respondió y acto seguido comenzó a torcerse y su espalda emitió un sonido. Y ahora sí, comencé a reírme como foca retrasada, venga, todo eso había sido muy gracioso: la cara de Bárbara recién despierta hasta su cara de asustada mientras caía.

— ¡Agh! ¿Qué pasa aquí?— bufó Penélope levantándose rápidamente hasta quedar de pie con los brazos cruzados. Vaya, qué manera más rápida de levantarse.

— Bárbara se ha...— trate de explicar mientras me seguía riendo pero Bárbara me dió un codazo para que, seguramente, dejara de hablar. Uy.

— Maduren ya, niñas ingratas.— Penélope puso sus ojos en blanco y se puso alado de la puerta del baño.— ¡Apúrate Delfina!

Soy Rayita.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora