Capítulo 2: "Aislados e Incomunicados". Parte 1

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Para Karely Trevizo.

Por ser mi pañuelo de lágrimas y una amiga verdadera.

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Algo muy extraño estaba pasando y Karely Hernández estaba consciente de eso.

En un abrir y cerrar de ojos la escuela era un caos total; tres autos habían chocado en distintas partes, y muchas personas sufrieron extraños accidentes.

Había mucho movimiento, la enfermería estaba llenándose poco a poco.

Después de escuchar el grito de Ami y ver los cuerpos sin vida de Marisol y Alexis, un temor intenso le inundó el cuerpo. No tanto por ver un cadáver; su familia era dueña de una funeraria y ella estaba muy relacionada con ese tipo de cosas. Sin embargo lamentaba muchísimo sus muertes, en especial la de Marisol ya que fueron compañeras repetidas veces en la clase de cálculo.

Lo que la ponía más nerviosa eran los rumores que corrían por todas partes; que una extraña barrera invisible era la causante de todo.

Karely era muy inteligente, el mejor promedio de su grupo. Una persona llena de curiosidad. Cuando una idea le surgió en la cabeza rápidamente se puso en marcha, se alejó de todo el ajetreo que había en la cancha de americano en la que estaba esperando a su novio Heli.

Sacó su celular e intentó llamarlo pero fue en vano ya que toda la red dejó de funcionar inexplicablemente. Decidió hacerlo sola: su plan consistía en recorrer todo el perímetro de la escuela y descubrir si la barrera estaba en todas partes, de ser así; Ese era un problema muy grande.

*

Mario Derma era uno de los pocos hombres en el 4A.

No era alguien muy notable ya que hablaba poco, no era tímido; solamente introvertido. A pesar de eso era extraordinariamente musculoso, podría tirar a cualquiera al piso en un segundo.

No era alguien violento. En casos normales no lo era, pero este no era un caso normal.

Hace apenas un momento había escuchado el grito de terror de Nayomi (su amor platónico desde primer semestre), y había corrido directamente a ella solo para ver algo terrible: Dos cuerpos decapitados y uno partido a la mitad.

Andrea y las Gaby's. No conoció mucho a las Gaby's pero si lamentaba sus muertes. Andrea por otro lado, fue una de las pocas personas en las que confiaba.

Un montón de alumnos estaban reunidos en el Jardín Principal observando la escena, unos profesores habían llevado cortinas blancas para cubrir los cuerpos.

Se sentía muy triste. Pero también enojado. Muy enojado.

Comenzó a golpear la barrera con los puños fuertemente, la ira lo estaba dominando. Por más que intentó no logró hacerle ni un solo rasguño.

Un chavo de segundo semestre tuvo la mala suerte de estar en ese lugar, torpemente se descuidó y pisó la mano de Andrea.

Mario casi reventó de ira y se lanzó contra él. Lo tiró al suelo, lo inmovilizó mientras el gritaba de miedo y comenzó a golpearle fuertemente la cara.

*

Karely había iniciado en la cancha de americano y seguido por la derecha.

Al tocar la barrera experimentó una pequeña descarga eléctrica, pero eso no la detuvo. En el camino se topó con muchos accidentes; en unos solo quedaba la mancha de sangre de alguna persona y en otros pudo ver como alumnos estaban ayudando a ensangrentados y moribundos chicos y chicas.

Apenas iba por la mitad y supo que no era necesario seguir: la barrera los rodeaba.

Todos los accidentes le sorprendieron demasiado, sin embargo fue el último (a unos metros a la derecha de la puerta principal) el que la dejó sin aire en los pulmones.

Ahí, tirado en la acera con una rosa en la mano, estaba su novio Heli.

*

Heli le regalaba todos los días una rosa blanca a su amada novia Karely, secretamente las robaba del jardín del viejo castillo que estaba enseguida. Para su mala suerte después de robar la rosa de este día, algo impidió que siguiera su camino.

El chico murió cortado diagonalmente por la barrera, de manera que la cabeza y torso quedó dentro de la escuela y de la cadera hacia abajo quedó afuera.

Karely se tiró al suelo llorando y se recargó en el cuerpo sangriento de su novio muerto. Miró la rosa y se culpó, si él no hubiera salido para conseguir la flor posiblemente no hubiera muerto.

Personas se habían reunido fuera de la barrera, su intención era o ayudar o solo por curiosear. Ahí estaba Lidia Tarango; la señora que cuidaba el jardín del castillo.

Karely le llamó para que le hablara de cualquier cosa que pudo ver sobre el accidente de Heli. Pero no respondió. Prestó atención y se dio cuenta que no escuchaba nada de afuera, ni las personas hablando, ni las ambulancias que se acercaban a los accidentes.

Fuera lo que fuera de lo que estaba hecha la barrera, ningún sonido se traspasaba. La red había caído también. Estaban incomunicados. Toda una barrera los rodeaba.

A pesar del dolor que sentía, fue a comprobar su otra teoría. Caminó un poco más al centro de la escuela, miró hacia el cielo y prestó atención, esperó unos minutos solo para ver como un pequeño pájaro café se estrellaba en algo y caía hasta el suelo.

No era una barrera; era como si estuvieran abajo de una pecera. No solo estaban rodeados: estaban atrapados.

Regresó junto a Heli y lloró con fuerza. Mientras tanto, el charco de sangre proveniente del cuerpo la rodeaba lentamente.

*

Ese no era el mejor día para la Subdirectora Marcela Corona, el Director Esparza se había ido desde las ocho de la mañana con varios equipos deportivos y varios grupos que sirvieran de porra al InterCbtis en Chihuahua. Y ella tenía que hacer todo el trabajo.

Las cosas empeoraron notablemente de manera muy rápida y extraña. Primero fue la visita inesperada del guardia anunciando un accidente en la puerta principal y después la visita del profesor Atanacio quien estaba totalmente histérico, con su trabada voz parloteaba algo sobre alumnos accidentados en el perímetro de la escuela. No fue hasta que estuvo fuera de la oficina que entendió que las cosas estaban peor de lo que imaginó.

No solo eran accidentes, eran muertes. Muchas y muy extrañas. Intentó llamar a todo tipo de autoridad; al hospital, al Director Esparza, a la policía. Nada funcionó.

Varios alumnos se acercaron a ella y le dijeron barbaridad de cosas sobre una barrera invisible. No lo creyó hasta ese momento en que la sintió con su propia mano. Mientras tocaba la barrera, una niña la llamó.

-Subdirectora, la enfermera la manda llamar, dice que urge llevar a varios alumnos al hospital ya que necesitan ser tratados inmediatamente, porque ella no puede hacer mucho por ellos.

La Subdirectora entró en pánico. Juliana, la enfermera, contaba con un pequeño salón en el que normalmente curaba cortadas leves de alumnos deportistas y daba pastillas contra los cólicos a las niñas. La escuela no contaba con ningún doctor y sus productos médicos eran pocos.

Setecientos sesenta y tres alumnos estaban encerrados en la escuela, de los cuales algunos necesitaban tratamiento médico inmediato.

A esa hora solo había diecisiete profesores, cuatro guardias, un intendente, dos cocineras y la enfermera.

Setecientos sesenta y tres alumnos.

Y ella estaba a cargo.

-Ley Donovan.

INTRAESCOLAR I (Under The Dome)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora