Unhappy •Stiles Stilinski•

|[03]|

<<•Unhappy•>>

//Canción:
Screen
—
Twenty One Pilots

——•Capítulo 03•——

—•WE'RE NOT FRIENDS... YET•—

—Bueno, ¿cuándo fuiste mordido? —pregunto, incorporándome

—Hace un par de días —responde —He estado oyendo cosas de más... Y oliendo... Todo...—

—Normal. Tus sentidos se están sobre-desarrollando, en especial esos dos —digo con naturalidad, y tal vez un dejo de indiferencia —Hay algo muy importante que debes saber... —un sonido fuerte de aluminio me hizo callar, volteé la vista hacia Stiles, seria. Estaba abriendo su emparedado. Traté de no prestar atención y continué hablando —En las lunas llenas... —el aluminio volvió a sonar —Tu cuerpo e instintos... —

—Oh, man, esto está delicioso —comenta Stiles con placer... Y la boca llena, luego, hace más ruido con el aluminio para quitarlo

—Como decía —dije después de suspirar pesadamente —En la luna llena, probablemente... —fui interrumpida, OTRA VEZ, por Stilinski, que hizo una clase de gemido causado por otra mordida de su sándwich

—Mejor. Sándwich. De la. Vida.

—Stiles, ¿podrías dejar de adular tu sándwich? Trato de escuchar. La mermelada y el maní no te oyen, ¿sí? —dice Scott un poco irritado

—Por favor —remarqué —Parece que estás teniendo se... —me interrumpo por las palabras extrañas que Scott pronunció
—¿Mermelada? ¿Maní? ¿Qué es eso? Pensé que los emparedados eran sólo de jamón y a veces queso —

Ambos chicos me miraron anonadados

—¿Es en serio? Dime que bromeas... —pregunta el de ojos miel

—¿No sabes qué es la mermelada... Ni el maní? —pregunta el moreno

Niego con la cabeza, un poco confundida

—Jamás los había oído.

Stiles abre la boca y Scott los ojos

—Ten —dijo Stiles cuando salió de su trance, entregándome amablemente un pedazo

—¿En serio? Pero es tu comida —digo extrañada. Si ése hubiera sido mi sándwich y hubiera otra persona que quisiera probar, no le daría ni una pizca, yo conseguí el sándwich, que él consiga el suyo. O al menos así funciona en mi vida.

—Es sólo un pedazo... Ten —repite. —No puedes vivir sin probar la mermelada de fresa ni el maní.

—Gracias —murmuré, extrañamente feliz. Es la primera vez que me siento feliz en mucho tiempo

Tomé el pedazo, lo observé un poco y lo llevé a mi boca.
Sabe... Wow. Dulce, con dulce, y un poco salado, con... Wow.

—Esto está... Delicioso —digo con los ojos abiertos

—¿Te gustó? —asentí y una apenas perceptible sonrisa se asomó por mis labios —¿Sabes qué? Tómalo —me entregó el sándwich

—¿Q-qué?... Pero... —eso si me impactó. Nadie nunca me había dado nada... Bueno, sólo una persona, pero fue hace muchos años cuando vivía en las calles y no encontraba un lugar abandonado
—N-no, es tu comida. Yo... —

—Tómalo, Dan —dijo con un asentimiento de cabeza, yo parpadeé un par de veces y lo tomé.

—Gra-gracias —demonios, odio tartamudear, pero es lo más lindo que una persona ha hecho por mí en años —Espera... ¿Dan? —dije con extrañeza, ¿eso era un... Apodo?

—Dan —contesta encogiéndose de hombros y asintiendo —A veces los amigos se ponen apodos, ¿sabes?— me explica como si fuera niña pequeña

—No somos amigos —murmuro con un pequeño grado de tristeza, disimulado, claro.

—Aún...—completa él en un murmuro mientras que mi cabeza dijo la misma frase, que me hace sentir feliz en el interior, y creo que por primera vez en mi vida, dudo de mi dramático pensamiento "Jamás conoceré la amistad"

Unos segundos después, continué explicándole a Scott las transformaciones, la luna llena, y lo que implica ser un hombre lobo.

(...)

Llegué al anterior "Sirius Constelation: Panna Cotta", el restaurante abandonado donde vivo. Pertenecía a la cadena "Sirius Constelation", una gran compañía de comida del país, y "Panna Cotta" vendía sus más especiales postres. Cerró temporalmente gracias a un incendio, pero el "temporalmente" se convirtió en "para siempre", cuando encontraron un buen territorio en el centro comercial.

Y entonces llegué yo, a los 10 años. Éste ha sido mi "hogar" desde esa edad.
Antes aún pensaba que alguien me recogería, después perdí las esperanzas, y me metalicé, me enfoqué en el pensamiento que hablaba acerca de cómo yo podría lastimar o asustar a mis "padres". Entonces cambié mi rumbo, encontré un lugar para ocultarme a la vez que me refugiaba.

Veo el puf que yo misma hice con un conjunto de relleno de almohadas, forrado con una tela delgada café. Aquí duermo, y aunque no suene así, es muy cómodo.
Exhalo pesadamente y me tiro a él. Fue un largo y exhaustivo día. Estuvo lleno de sorpresas, desagradables y agradables.

Mis párpados pronto se vuelven pesados, y la brisa ligera que entra por la ventana rota, pero cubierta por cortinas color vino, me arrulla.

Cada vez veo más lejanos los pensamientos, y son reemplazados por unos menos cuerdos y más absurdos.

Aparece una imagen no muy clara en mi mente. Estoy en el bosque. Comiendo uno de esos deliciosos emparedados de mermelada y maní.

Empiezo a oír voces, muy lejanas y suaves, pero a la vez, inundan mis oídos.

—...Plata... —repiten —...Plata...Plata—
Trato de identificar de dónde proviene, pero parece que el aire lo canta.
—Plata...Plata —un escalofrío me recorre de pies a cabeza

Por acto reflejo inicio a correr en un intento desesperado de callar a las voces.
Cuando ya no puedo más, mis oídos parecen querer explotar, y los sonidos me taladran, me tumbo al suelo de rodillas por la debilidad y suelto un grito desesperado, muy fuerte y estridente; pero no tanto como el de una banshee, claro.

—¡Tranquila, estás bien, estás bien! Te prometo que así es —una voz exclama

—Relájate, ven con nosotros —continúa otra

—Pero es hora de ir a la escuela —se me ocurre decir; absurdo, lo sé, ¿qué querían? Es un sueño

Un timbre igual al de la escuela resuena en mis oídos, sólo que sigo en mi "casa" y estaba en mi cabeza.

—¿Qué carajos? —me murmuro cuando despierto —Debería comprobar que la mermelada no tenga marihuana—