Capítulo 2

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Estoy pasando unos días fantásticos aquí. La gente cada vez es más cariñosa conmigo y los niños son maravillosos. Tienen una inocencia y una ilusión que te hace querer vivir. Son mágicos los niños. Aprenden muy rápido y le ponen muchas ganas, me los como. Después del problemilla que tuve con aquella chica no ha habido más desafortunados encuentros ni nada por el estilo. Bueno, chica. Me he enterado de que es la hija del dueño del hotel nuevo que han abierto. Ya me vale. No podría haberme topado con otra persona. No. Con ella. Una chica que puede hacer que me despidan en dos minutos, vaya ojo tengo. A decir verdad si que tengo bueno ojo, la chica era preciosa, las cosas como son. Tenía una melena rubia que brillaba con la luz del sol y tenía el mar en sus ojos, eran de un color azul intenso, te hipnotizaba con la mirada. No puedo decir lo mismo de su sonrisa, porque no la he visto. Pero seguro que la tiene muy bonita.

《 Anna 》

Menudo tostón. Llevo una semana aquí y no me estoy divirtiendo tanto como esperaba. Apenas hacen fiestas por aquí y mis amigas están todo el día de compras. Yo estoy cansada de comprar ya. Quiero hacer cosas diferentes y pasármelo bien. Estoy tan aburrida que he ido dos días seguidas a pasear a la playa entre la gente, yo, entre la gente, esto no es normal. De todo el ambiente y las actividades que se hacen en la playa hay una que me ha llamado la atención. A mí me encanta el mar, a veces no lo parece pero siempre me ha gustado. Y siempre me ha llamado la atención todos los deportes acuáticos pero nunca he podido practicar ninguno. El otro día una chica casi me da con una tabla de surf y hace unos días me he enterado de que es la monitora de surf, enseña a los niños principalmente. Me extrañó un poco cuando lo supe, se ve que es joven, más que yo. Si yo tengo veintitres años ella debe tener unos diecinueve o veinte como mucho. Es guapa. Lo reconozco. No suelo ver a gente pobre que sea guapa. Es morenita y tiene el pelo largo y de un color marrón intenso. Y sus ojos.. Grandes y expresivos, mágicos. Sinceramente, lo tengo que decir, me encanta su sonrisa. No he parado de verla sonreír, cada vez que la veo está sonriendo. En mi entorno no suelo tener a personas sonrientes, mis amigas solo sonríen cuando se ríen de los demás o cuando coquetean con chicos. Aunque en verdad no sé qué motivos tendrá esa chica para sonreír siempre. Encima trabaja con niños, ¿y está feliz? No entiendo. Se supone que los niños son irritantes y desagradables, ¿por qué sonríe entonces? En fin... A saber, a lo mejor va drogada o fumada. Aunque siendo pobre no creo, es un vicio muy caro y no se lo puede pagar, seguro. Pero tampoco la veo como una drogadicta. No sé. Me confunde. Y no sé por qué pero siento la necesidad de conocerla. Por favor Anna, que es una pobre surfista que se busca la vida dando clases a niños pequeños, deja de pensar en ella. Y deja de mirarla. Porque esa es otra. Cada vez que paseo por la playa no puedo evitar observarla durante un rato. Creo que es una chica simpática, trata muy bien a los niños.

Ya se había hecho de noche y yo seguía caminando por la playa, me he quitado los zapatos y todo. No es que me de asco la arena pero tampoco es que me encante, no me gusta mancharme y tardo siglos en que mi piel se quede impoluta cuando toco la arena. A esta hora están todos en sus habitaciones o comiendo en restaurantes, tengo la playa para mí sola. Bueno, casi. La chica surfista vivie en esa cabaña que vi el primer día y por lo que veo no termina hasta por la noche. Justo ahora está recogiendo todo el material que usa para sus clases.

- Hola - me sonríe. Casi ni me había dado cuenta de que había llegado hasta ella, simplemente caminaba sin rumbo - tus amigas no están.

- Ya. - contesté borde. Pero no quería contestarle así. Creo que por primera vez quería entablar una conversación agradable. Pero mi carácter me ha traicionado y ha actuado como siempre. Si lo pienso bien, soy un poco antipática, ¿no? O no. No sé. Yo creo que soy perfecta tal y como soy. Mis amigas siempre me lo dicen. -

- ¿Te gusta el surf? - vale. Es simpática, mucho. No suelo tratar con personas así. El otro día casi me la como y todavía quiere hablar conmigo. ¿Por qué existen personas así? A veces me dan rabia. Porque yo no tengo la capacidad de hablar con cualquiera como si lo conociera de toda la vida. -

- Bueno.. - venga Anna, tú puedes, dile algo más - Sí.. Me gusta... - genial. Ya tengo para escribir un libro. ¿Pues sr más tonta? ¿Pero qué digo? ¿Qué me pasa? ¿Por qué me llamo tonta? Si soy genial. Y me estoy insultando por su culpa, ella me hace sentirme rara. No sé qué está pasando... -

- Te he visto un par de veces mirando a los niños. ¿Te gustaría aprender? - empieza a desprenderse de su traje de neopreno. Buen cuerpo. -

- ¿Yo? ¿Surfear? - me río irónica - No, nunca. Estropea el pelo.

- Ya... El pelo. Yo prefiero disfrutar, el pelo crece pero el tiempo no vuelve. - se quita el neopreno del todo. Qué arte. Me ham dicho que no es nada fácil quitarse un traje de esos - ¿No crees que es divertido? Yo creo que lo pasarías bien.

- ¿Y tú qué sabes? No me conoces, no sabes quien soy. - ya me ha salido la vena chunga. Aunque en verdad no tengo por qué cambiar, creo que soy perfecta tal y como soy. Y ella se estaba haciendo la lista, era un poco entrometida. Me daba esa sensación - ¿Acaso yo me meto en tu vida? - la miro seria y me doy la vuelta. Será creída la surfista, ¿quién se cree que es para opinar sobre mi vida?

No sé si lo estoy haciendo bien. Es la primera novela que escribo de esta manera y a lo mejor no me está quedando lo bien que esperaba. Si veis que no os gusta me lo decís sin ningún problema. Besoss 😙😙

Un verano perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora