Sus ojitos•° v.h.

II

Siempre fui devoto

A escrutar minuciosamente

Las cosas hermosas...

Pero aquel par de ojitos grises...

Tuve la oportunidad de apreciarlos por tan solo un instante.

¿Cómo es que su recuerdo,

Sigue grabado a fuego,

En la infinita caja de mis recuerdos?

Y por ello, es que hoy,

Poseedor de ojos de nube,

Puedo corroborar con firmeza:

Eres tú,

Quien ingresa con aires de la más pura inocencia, al café,

Con una sonrisa simétrica...

Perfectamente encantadora.

Mi amigo alega al hecho de que perdí la atención en él.

¿Pero cómo podría, mi mente,

Obligarme a apartar la mirada,

A dejar el paisaje de aquel rostro,

Inmaculado, precioso,

Aniñado,

Portador de los hermosos ojitos grises...?