Dulce pesadilla

Capítulo tres.

Llegué a la escuela diez minutos tarde, 8:10, lo que significaba dos cosas, el profesor Omar no me dejaría entrar a su clase de economía, lo cual me haría perder la asistencia de sus dos módulos, y ya no pude ver a mi chico, si claro "mi chico", me contradije. A pesar de qué Marco y yo estuviéramos juntos, en un semi-noviazgo, yo sabía que el era un hombre de moral distraída, es decir, se la pasaba viendo a otras "amigas", coqueteaba con otras chicas, e incluso una vez lo habría atrapado in fraganti besándose con una de ellas. ¿debería estar celosa? tal vez, pero yo nunca he sido celosa, y no creía que valiera la pena ¿debería terminarlo de una vez por todas? seguramente sería lo indicado, pero ¿qué más da? ya sólo faltaban 4 meses para la fiesta de graduación y no me arriesgaría a llegar sola, o peor aún con un chico cero popular, boba superficial, me recordé. ¿en qué momento te convertiste en aquello de lo que siempre te burlabas? me pregunté con cierta obviedad, ya que tenía muy claro el suceso que había tornado mi vida y todas mis decisiones en un desastre.

Siempre veía a Marco 7:45 a.m, atrás de la cafetería para poder hablar de nosotros, ajá, de hecho para poder escuchar sus maravillosas historias con anécdotas increíbles, una vez más ajá. Básicamente Marco todo el tiempo hablaba de él, de él y de sus entrenamientos de football americano. Las primeras veces eran buenas historias, o al menos lo parecían, pero conforme pasaba el tiempo se volvieron repetitivas y cansadas. Creo que la última conversación medianamente interesante que tuvimos fue sobre la chica con la que se besó. Patético.

¿Quién diría que mi relación con Marco se estuviera convirtiendo en una pequeña tortura? Lo único que podía disfrutar era besarlo, pero... este acto casi siempre se tornaba en una situación incómoda, ya que se volvía un acto intenso, o en sus palabras "cada que me besaba me deseaba completa". Yo no estaba lista, porque el no lo sabe, y probablemente suene muy bobo, pero yo era virgeny realmente deseaba que mi primera vez fuera especial. Pero aceptemoslo ¿qué tan probable es encontrar a alguien que este dispuesto aceptar a esperar en la actualidad?