Día 11: Usando kigurumis

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Y comenzaban de nuevo. Al parecer no era suficiente la foto con las orejas de cerdito, ahora Bart quería que usaran "kigurumis", que por cierto, Jaime no tenía idea de qué eran. Lo único que había dicho Bart cuando le pidió una explicación fue un vago «ya lo verás». En realidad Jaime comenzaba a acostumbrarse a las ocurrencias de su novio, que no perdía oportunidad de probar cosas nuevas y meterlos en las situaciones más extrañas. No mal entiendan, Jaime disfrutaba cada segundo que pasaba junto a Bart, sin importar que tan inverosímiles parecieran las cosas. Eso era algo que le encantaba de estar con Bart, nunca se aburría.

—¡Llegué!—gritó Bart desde la entrada. Hacía rato que Bart había obtenido como un favor especial por parte de Milagro, una copia de la llave de la casa de la familia de Jaime.

Al ver que no había nadie, Bart corrió a la habitación de Jaime, atravesando la puerta al hacer vibrar sus moléculas.

—Bart, la puerta estaba abierta—hizo notar Jaime, feliz de que al fin Bart regresara; y también algo impaciente.

—Así es más divertido—replicó el velocista con una sonrisa.

Jaime observó brevemente la bolsa que llevaba Bart consigo, era algo grande y negra, impidiendo ver su contenido. Bart fue hasta donde Jaime y se sentó junto a él en el suelo, dejando la bolsa sobre sus piernas. Lo que fuera que estuviese dentro era grande.

—¿Y bien?—preguntó Jaime.

—Oh, sí—respondió Bart como si por un momento hubiera olvidado por qué estaba allí, lo que no se alejaba mucho de la realidad.

Sacó entonces de la bolsa las cosas que había comprado. Jaime se extraño un poco, eran lo que el describiría como pijamas, pero con gorros, guantes y otros detalles de animales. Eran dos: el primero era de gato, la mayor parte de color beige y con una que otra mancha naranja y café; el segundo era verde oscuro, con el gorro en forma de lo que parecía ser la cabeza de un lagarto. No era lo que esperaba, pero, bueno, ya había usado una diadema de orejas de cerdo rosas.

—Son pijamas—obvió Jaime, sin saber qué más decir.

—Así es—contesto Bart con una sonrisa—. Este es el tuyo—dijo mientras le entregaba el Kigurumi de lagarto.

Jaime lo tomó, observándolo un momento y luego a Bart. Este se levantó y usando su super velocidad se puso la prenda, luego se quedó mirando a Jaime, como diciendo ¿qué esperas para cambiarte?

—¿Qué?—cuestionó Jaime sin entender.

—¿No te lo pondrás?

—Ah, sí. Voy al baño—respondió Jaime, haciendo ademán de pararse. Pero cuando se dio la vuelta para ir al baño de su habitación Bart se lo impidió.

—Yo me cambié aquí—objetó Bart. Él no había ido hasta Metropolis a pie para desperdiciar la oportunidad.

—¡Usaste tu velocidad!—exclamó Jaime indignado.

—Bueno, no es mi culpa que no tengas tus propios trucos—se defendió Bart.

—Olvídalo—masculló Jaime, dirigiéndose de nueva cuenta al baño.

Bart se quedó enfurruñado, viéndose, según Jaime, igual que un gato arisco. No tardó mucho en cambiarse y volver, lo que no impidió que Bart hiciera una mini rabieta.

—No te esponjes, bigotitos—bromeó Jaime.

—Ja-ja—rió falsamente Bart.

—Ah, vamos Misifu, eres demasiado lindo para tener el ceño fruncido

A aquello Bart no respondió nada, se quedó en silencio con los brazos cruzados y un notorio rubor en las mejillas.

—Ahora, tomemos una foto—sugirió Jaime.

—Creí que estabas molesto por la broma del album—comentó Bart impresionado. En verdad que había armado una buena con aquello, Jaime no le había hablado en todo el día, además dejó de tomarse fotografías con él.

—Estoy en una pijama verde de lagarto, hagamos que valga la pena—expresó Jaime divertido.

Bart, ni corto ni perezoso, sacó su celular y se apresuró a colocarse junto a Jaime para la fotografía. Tal vez había valido correr de ida y vuelta hasta Metropolis, después de todo.

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Wiiii, hola. He vuelto, después de millones de años.

Les traigo esto cortito, que espero halla quedado tan bien como a mí me parece. Porfa, comenten si les gustó, o si cambiarían algo, me ayudaría a mejorar :3

Y pues, nada, nos vemos en la siguiente actualización

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