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(Este capítulo puede contener escenas no aptas para personas sensibles y/o menores de 16 años, si es así se recomienda discreción y responsabilidad).

T/N.

Estaba sudando. Sentía como cada gota de sudor recorría mi cuello y pasaba a mi pecho, mientras me retorcía en mi cama acostada, con las luces apagadas.

Era de noche, y estaba en mi casa sola, a oscuras en mi habitación.

La ventana de mi cuarto estaba abierta. Entraban ráfagas de aire frío, pero fresco, mientras yo seguía retorciéndome en mi cama debido a las caricias que me proporcionaba un ser misterioso, que no se cómo había logrado entrar a mi habitación. Pero eso justo ahora no me importaba, sólo quería seguir siendo tocada y acariciada por aquel chico de voz grave y sensual. 

No podía ver su rostro debido a la oscuridad que inundaba la habitación, sólo pude lograr ver sus grandes manos recorriendo mis muslos y mi pecho, descarada, torturosa y lentamente. Sus brazos eran alumbrados por la ténue luz de la luna, estos estaban marcados con venas y se sentían fuertes. En todo este rato yo sólo mantenía mis ojos completamente cerrados debido a la satisfacción que estaba sintiendo. 

Sentí como sus manos pasaron de estar en mis muslos a subir un poco, hasta llegar a mi pecho, el cual acarició; justo ahí sentí algo húmedo que se pegaba, justo en el medio. Pude entender que eran sus labios, los cuales se sentían suaves y me hacían retorcerme, mientras que una de sus manos viajaba hacia mi cintura, dando leves caricias, su otra mano libre me alzó un poco hacia arriba, para así poder amasar mi trasero lentamente, de una manera satisfactoria.

Todo el ambiente en aquella habitación se había vuelto completamente caliente.

Y cuando pensaba que no podía ser mejor, aquel chico misterioso se acercó a mi oído; susurró con voz grave y ronca —Sé que las notas que te dejo no sólo causan mariposas en ti, también satisfacción.

Y justo en ese preciso momento, aquel chico se separó lentamente de mí. Dejándome encima de mi cama sudada y deseosa por más. Estaba sumida en algo extraño, en algo que no podía explicar. Un extraño había entrado en mi habitación mientras yo dormía y comenzó a acariciarme, caricias que hicieron que mi cuerpo reaccionara y yo despertara, pero que al final me terminara gustando. Y es que ese chico tenía un olor tan delicioso, su perfume olía especial, a un perfume conocido, pero no lograba descifrar a quién pertenecía. Sólo me concentraba en sus caricias y sus labios. 

Espera... Caricias, labios, extraño... Extraño... ¡EXTRAÑO!

Abrí abruptamente mis ojos, sentándome en mi cama con los ojos abiertos de par en par. Dándome cuenta de que no había ningún chico extraño, mi habitación estaba oscura y la puerta estaba cerrada. Encendí la luz de la mesita de noche, observando con la claridad toda mi habitación a detalle, pero ahí no había nadie.

¿Habrá sido un sueño? ...

Me levanté rápidamente de mi cama, y me aproximé hacia mi ventana, la cual sí estaba abierta. Pero no había señales de que hubiesen entrado, incluso me asomé hacia afuera de ésta y no pude visualizar a nadie.

Suspiré profundamente y decidí calmarme un poco. Tal vez había sido sólo un sueño. Pero... ¿Quién demonios tiene un sueño húmedo con su acosador desconocido? Claro, como soy la única depravada en este universo, no creo que sea normal. Mientras tanto haré como si nada, aquí no estuvo nadie.

Y simplemente volví a mi cama a tratar de descansar, para poder dormir y olvidarme de ese extraño sueño.

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Unknow.

Un chico escondido en los arbustos se hallaba observando la ventana de una chica, la cual estaba durmiendo plácidamente sin alguna preocupación.

Él sólo observaba, pero no se atrevía a hablarle o confesarle lo que siente. Por lo que no encuentra ota manera de demostrarle su amor que enviándole notas,  y observándola.



Fin del capítulo 3.

—Andy.

Mi guapo acosador ││ Min YoonGi y Tú. 💦 (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora