Cruces de sangre

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Moscú, Rusia.
16 de febrero de 2025.
42 días antes de la tragedia.

—¡Por Dios, señor Rusia! ¡Letonia, pásame el botiquín, rápido!

Lituania tomó el brazo herido del ruso y lo sostuvo hasta que Letonia llegó a darle la maleta.

—No es nada, mejor trata a mi hermana.— Rusia se liberó del agarre, se levantó como pudo y fue directo a la cocina.

En cambio, Lituania se sonrojó un poco y se acercó tímido; pero decidido, hacia la ágil leona come-cualquiera que se acerque a su hermano. Y como siempre, la chica le gruñó y se aferró a su hermana que acababa de regresar del baño por más gasas.

Lituania suspiró y volvió con Estonia, tecleando más rápido que un ciclón en su computadora, algunos informes de compra-venta de armas.

—Al parecer—dijo el estoniano retirando sus lentes— algunos países están vendiendo armas a la NAE, entre ellos, Arabia Saudita y Bolivia.

Lo que habían experimentado Rusia y Bielorrusia fue el ataque más reciente del año, claro. Era un ejército muy organizado, con trucos, inteligencia y estrategias que los dejaban en lo más bajo por el momento.

—Rusia, te prepararé algo de comer, ¿si? Duerme un rato mientras recuperas fuerzas.— Ucrania entró a la cocina y al ver al ruso tomando un vaso de agua, aprovechó para preparar la cena a todos, debían estar exhaustos.

—Yo le ayudo, señorita Ucrania.—Lituania  comenzó a buscar los ingredientes para una deliciosa sopa cuando se acordó de algo— ¡Ah, casi lo olvido! Señor Rusia, tiene una llamada perdida del Señor Estados Unidos, cuando tenga oportunidad regrese la llamada, por favor.

Al ruso le dolió la cabeza al escuchar ese nombre de nuevo, si ya tenía tantos problemas ahora tenía que lidiar con la estúpida risa del americano. Así que decidió mejor ir a dormir.


•••

—"Te recuerdo quién es el que manda aquí, ni tú ni tus ideales me harán retroceder, maldito."

—"La mejor opción es que te rindas antes de que tenga la oportunidad de arrancar tu espina dorsal y cocinarla en una sopa."

—"¡NUNCA!"

Despertó de golpe, perdiendo el apetito por completo. Habían pasado solo dos minutos desde que cayó en el sueño profundo y fue despertado cruelmente por otra pesadilla que tenía que ver con el mismo de siempre.

Miró su teléfono unos segundos y bostezó lentamente.

Suspiró. — Espero que sea algo importante—El ruso devolvió la llamada perdida del americano, esperó tres tonos hasta que esa fastidiosa voz respondió.

—Hello? Russia?

—Sí, soy yo. ¿Cuál es el motivo de tu llamada?—Preguntó con toda la fríaldad del universo.

—Uhmm, es algo... serio. Pero, no podré repetirlo, ¿sí? Anota lo que diré y nos veremos la próxima semana en el café cerca de mi casa.

—Ugh, está bien.

—Hurry.*

Luego de unos minutos, Rusia fue capaz de anotar aquellas extrañas palabras, el otro colgó de inmediato y el ruso trató de adivinar su significado.

—¡Rusia, baja ya!— Gritó dulcemente su hermana desde las escaleras.

El mencionado dejó la nota en un cajón  cerrado con llave y se libró de preocupaciones por el momento. Solo quería dejar el estrés a un lado y disfrutar su amarga vida.

Los soldados no caenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora