Capítulo I: "el matrimonio arreglado".

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Nihao. —se oyó seguido del timbre de una bicicleta, Xian-pu estaba ya estaba de regreso en el restaurant.

— Xian-pu... —susurró Musse con asombro al verla más radiante de lo usual.

— Hola Musse. —saludó distante y continuó de paso hasta la cocina donde su abuelita seguramente estaba.

De verdad hoy se vé más bella que antes. Su cabello, sus ojos... brillan como las estrellas y su sonrisa es maravillosa aún cuando no me dediqué más que puños y patadas. —pensó Musse mientras yacía perdido en su mente en tanto observaba a la niña cabellos lila con distancia.

— Querida Xian-pu. —dijo esta al verla.

— ¡Abuelita, estoy muy feliz! —exclamó de un salto— Tuve un sueño maravilloso en el que por fin me casaba.

Con que era eso. Por eso está más radiante que ayer, por el amor. —suspiró Musse.

— ¿Otra vez soñaste con Ranma? —preguntó la bisabuela.

— No lo sé abuelita. —respondió Xian-pu— No recuerdo quién era el muchacho de mi sueño pero si recuerdo que era alto y de cabello largo... —Musse prestó atención sumamente interesado— y que al despertar no podía dejar de sonreír. Por eso quise verme más linda de lo que acostumbro, por si él viene.

— ¿Pero tú no amas a Ranma? —intervino el joven al oir eso último además de tratar de pensar a quién conocía con esas características.

— Si, lo amo. —respondió— Aún así siento curiosidad por ese desconocido que espero conocer. —dijo casi como si de una película de Disney se tratara.

Finalizada la charla el trabajo continuó y una gran familia acababa de llegar, la cual debía ser atendida por la jovencita en tanto Musse se ocupaba de llevar a cabo los pedidos de dichos comensales.
Mientras ambos trabajaban la bisabuela observaba pensativa, retraída en algo que ocupaba gran parte de su mente.

— ¿Algo le preocupa? —preguntó Musse mientras picaba cebollitas.

— ¿Por qué lo dices? —preguntó la anciana disimulando.

— Por nada en especial pero es que por lo general no suele ser tan callada y pensativa. Suele decirme cosas como “olvida a mi nieta, muchacho” varias veces al día. —respondió sin desatender sus labores.

— Pues si, tienes razón muchacho.

— ¡Lo sabía! Pero dígame si puedo ayudarla en algo. Digo, es la bisabuela de mi amada y ella la quiere por lo tanto también yo.

— Lo lamento pero no creo que puedas hacer demasiado desde la posición en la que ella te ha ubicado Musse... —masculló la marchita anciana— De todos modos, mi nieta debe saber y tarde o temprano tú también te enterarás... —suspiró y se llamó al silencio.

— Si tarde o temprano lo sabré y está tan segura de que no puedo ayudar, no pierde nada con comentármelo ahora. —insistió Musse.

— Tal vez ni tú recuerdes esto pero Xian-pu está bajo un lejano y poco concreto acuerdo de matrimonio. —explicó— Cuándo ustedes eran niños que a duras penas podían llegar a pensar en el futuro, mi querida ya había sido seleccionada para ser la esposa de otro niño que siquiera hablar sabía. Aunque poco satisfechos y convencidos, se llegó al acuerdo que ambos se casarían si al cumplir los diecinueve años ninguno estaba casado con alguien más.

— Pero estamos en Japón —se apresuró Musse— ¿Cómo podrían saber el estado civil de ella si están en China?

— No obstante, alguien nos observaba, así es como ellos saben que Xian-pu y Ranma no se han casado, ya que aquello fue lo último que se supo de mi querida bisnieta cuando Rin-Rin y Ran-Ran regresaron.

De viaje a China. -Ranma ½- Xian-pu (Shampoo) y Mousse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora