Capítulo 17

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   Se despertó abrazada por la oscuridad de la noche que envolvía la habitación, todavía el aroma natural de la intimidad compartida impregnaba el ambiente a su alrededor. Se mordió el meñique para no chillar al ser consciente de todo lo transcurrido horas antes.... Había repetido, toda una para novedad que no la dejaba exactamente tranquila. En silencio lo barrió con la mirada, maldición se auto reprocho por no poder mantener sus bragas en su lugar y respetar su única regla clave en estos juegos. Esta regla estaba allí por única razón: el repetir siempre generaba más y con él sabía que llevaba todas las de perder. Sin dudarlo un minuto más supo lo que debía ser antes de que la situación cediera a más. 

    Tuvo que hacerse dueña de fuerzas mayores a sí para no recapacitar y darse una oportunidad de quedarse con él, su vista se volvió a posar sobre él antes de huir como una cobarde. Su respiración se detuvo cuando lo vio revolverse en la cama y salio de ahi sigilosa anticipando que en cualquier momento despertaría. Él, que buscaba su calor a su lado y no lo encontraba, se despertó maldiciendo a la par que escuchaba el apenas audible ruido de la puerta cerrarse con cuidado. De igual forma que ella tuvo que sacar fuerzas, que nunca pensó que necesitaría y menos frente a una mujer, para no salir tras ella como Dios lo trajo al mundo. Debía ser sincero sabía que Chiara no era cualquier mujer para él, no se estaba acercando demasiado rápido a la zona mejor protegida de su vida...

    Más tarde ese día, alrededor de media mañana, Chiara se encontraba azotando su lápiz con insistencia de forma automática mientras su pensamientos estaban enfocados en como había podido ser tan estupida y haberse dejado llevar por su fiel compañera que siempre había sido tan fácil de controlar. Ella nunca había tenido en contener una calentura, no le negaba nada, pero ella tenía el control de cuando si y cuando debía enfriarse. Estaba odiando no tener el control, no solo en ese aspecto...

-Debes ver esto, ¡My god! Mi cuerpo gay todavía no lo puede creer- arremolino en su oficina su mejor amigo, cerrando ruidosamente la puerta. Ella no emitió una sola palabra solo lo miro, él se encaminó escandalosamente hasta llegar a su lado con su celular en el pecho como si allí escondiera el mayor secreto y quizás lo hacía.

-Mira esto y flipa, como dirían en mis tan amadas series españolas- murmuró desde atrás cuando le extendió el celular y en ella brilló un nude bastante hot de una rubia. No sabía si estar asqueada o reírse hasta drenar todo lo bizarro que era que el de todo el mundo recibiera una imagen asi.

-¿Quién te mandó esto?- lo miro frunciendo el ceño expresando su desagrado.

-¡Ahhh! Esa es la fruta de la torta, te caes de la silla- dijo alejándose para tomar el lugar que se encontraba frente a ella- ¿Sabes? Nunca entendi como siento tan tú, fueras tan mojigata con esto de las fotos desnudas- continuo con el misterio dejándose caer un poco para atrás.

-Sabes que me parece que mata el misterio y que no hay necesidad de mandarlas cuando puedes mostrarlo en vivo y en directo, ahora dime quien fue- aburrida le expresó rondando sus ojos. 

-Tu secretaria, casi me infarto- le susurro cuando se acercó lo suficiente sobre la mesa para que la escuchara- hoy se escondio cuando me vio- le confesó conteniendo una risa pecaminosa.

    Chiara no pudo contener por mucho mas su buen porte y se sumió en una risa sin fin. León complacido con sí mismo por mejorarle el humor a su amiga, que cuando entró parecía más frío que Winterfell luego de la llegada del invierno, solo la miro atento esperando a que se le pasara. 

-Probecilla- comentó  sintiéndose un poco mal cuando pudo parar, si tampoco era un ser despiadado, tenía empatía - y dime, ¿qué le dijiste?- le cuestionó interesada. 

-La verdad, que me gustan los hombres-le confesó perezosamente, como si fuera una obviedad.

    En ese mismo instante cortando la conversación y un ataque de pregunta que Chiara no estaba prevenida que vendría, ni que había notado que llegaría, sonó el teléfono.

Intacto por el poderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora