43. Un sonido

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Sofía reaccionó de pronto ante la dulce voz de Irina, se incorporó rápidamente y salió corriendo para su habitación, Irina dio la vuelta a la cama para ver a Andrea, tranquilamente dormía sin darse de cuenta de nada, admiró la puerta confusa, ¿Qué había sido aquello? ¿Qué le estaba pasando a Sofía? Entendía que sus emociones estaban a flor de piel, pero aquellas escenas rozaban ligeramente la locura...

Acarició tiernamente el rostro de Andrea, pensando que con aquel gesto lograría proteger a su cuñada del todo, ella respiró profundo a la vez que Samuel entraba por la puerta y se extrañó de ver a su hermana frente a ella.

Samuel: ¿todo bien?

Irina: si... eso creo-murmuró-solo la veía dormir-se levantó-buenas noches...

SEMANAS DESPUÉS.

Andrea salía del baño nuevamente con el rostro palidecido, se acordaba de su ginecóloga día tras día y de aquella insignificante frase de "puedes hacer vida con normalidad" Que normalidad ni que nada si prácticamente se tiraba el día en el baño vomitando todo lo que metía en su estómago.

Samuel: ¿mejor?

Andrea: ¡Hasta cuando estaré con estos vómitos!-sollozó refugiándose en el cuerpo de su marido.

Samuel: son solo los primeros meses.

Andrea: no mientras... he leído que pueden prolongarse...

Samuel: ¿estás lista? Hoy tenemos ecografía-ella suspiró.

Andrea: quisiera comer algo... la boca me sabe cómo a...-saboreo su boca con asco-...metal... pero ¿y si se lo echo todo allí como la otra vez?

Samuel:-soltó una carcajada-no seas tonta... vamos a por tu antojito-ella sonrió.

Los dos bajaron por las escaleras, allí estaba Sofía con el rostro endurecido mientras desayunaba, apenas se pararon con ella, solo cogieron algo de lo que había sobre la mesa y se fueron, Andrea la miró una vez más antes de irse, desde la noticia de su embarazo Sofía había estado muy oscura... muy gris... su mirada no era la misma, el rencor se adueñaba de su cuerpo, sentía el odio de su hermana por albergar dentro de ella una nueva vida... se sentía culpable de esos sentimientos pues ella los había desencadenado indirectamente, pero no podía hacer nada por aquello más que pedir perdón.

Hoy en su semana número 11 de embarazo por fin podrían escuchar los latidos de su pequeño retoño y verlo de nuevo, tocaba su pequeñísimo vientre con ansia, mientras Samuel conducía rumbo a la ciudad para su chequeo trimestral, los dos esperaban en la sala de espera a que fuesen llamados, sus manos permanecían entrelazadas muy cerca del vientre de Andrea.

Andrea: es increíble como en tan poco tiempo se me nota algo.

Samuel: eso es debido a tu flaqueza-le agarró la mejilla-debes comer más.

Andrea: ¿Cómo? Si todo lo que como lo vomito-hizo un gesto de asco-estoy aburrida de esos síntomas, quiero otros... quiero empezar a sentir como se mueve, parece como si no estuviera.

Samuel: a todo esto ¿Nos dirán ya que es?

Andrea: no lo creo... suelen decirlo mucho más adelante en el segundo chequeo creo-se quedó pensativa.

Samuel: me gustaría que fuese una niña... -ella sonrió-sí, una pequeña Andrea-tocó su nariz-con menos genio por supuesto.

Andrea: ¡Oye!-soltó una risa-¿Cómo te gustaría llamarla?

Samuel: Candela... me gusta-ella suspiró.

Andrea: es bonito...-le dio un beso en la mejilla-a mí me gustaría un niño, así con tus ojitos... tus labios-sonrió ampliamente-Gael... me gusta ese nombre.

ANTES DE TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora