55. ¿No lo reconoces?

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UN MES DESPUÉS.

Andrea lo besaba con intensidad, sentía la necesidad de sentirlo, de tocarlo, de aferrarse a él, una vez más Samuel iba a verla, como muchas otras noches a escondidas de todos, solo ella e Irina eran las privilegiadas de aquel gran secreto, no dejaba de besarlo, de forma constante hasta casi desgastarle los labios.

Samuel: me alegra saber que me echas de menos.

Andrea: vuelve conmigo por favor... no quiero casarme con ese hombre.

Samuel: y no lo harás, tengo noticias-sonrió acariciando su mejilla-gracias a unos contactos he conseguido los verdaderos análisis del coche tras el accidente, no te lo vas a creer pero alguien dio la orden de que lo falsificaran.

Andrea: ¿en serio?

Samuel: en el análisis notifica que el coche tenía los frenos cortados previamente al accidente lo cual indica homicidio y quien lo falsificó está dispuesto a confesar quien le ordenó hacerlo, claro por una buenísima cantidad de dinero...

Andrea: pero amor...-ambos tocaron el vientre de Andrea mientras Samuel inclinaba su cabeza para besarlo-¿Cómo conseguiste el dinero para sobornar a quien lo falsifico? ¿Puedes sacarlo de nuestras cuentas? ¿De dónde sacaste los contactos? ¿Quién te está ayudando?-el resopló teniendo la respuesta en la punta de la lengua, pero todavía no era el momento.

Samuel: chica lista.

Andrea: deberías saberlo-soltó una pequeña risa, él la abrazó refugiándola en su pecho.

Samuel: pronto lo sabrás, ahora alégrate, pronto me tendréis de vuelta... Siento que todo esto se esté tardando y esté lejos de ti y de nuestro bebé, ¿podrás perdonarme?

Andrea: ¿perdonarte? Cielo, yo... no tengo nada que perdonar, eres el amor de mi vida, el padre de mi bebé... has estado conmigo siempre y has soportado todo lo que era antes de ti, no hay nada que perdonar, resuélvelo todo y vuelve conmigo, es lo único que quiero.

Samuel: lo arreglaré todo Andrea, mañana mismo detendremos a Arturo y seremos todo lo felices que nos merecemos...

Al día siguiente Andrea permanecía en su habitación, lista para su falsa boda con Arturo, de nuevo escuchaba los voceríos de Irina y Patricia, como siempre discutiendo y como siempre agarrándose de las greñas, ni una ni otra se daban tregua, salió con una bata de seda anudada por encima de su precioso vientre y las observó detenidamente, sonrió al ver a su cuñada como si fuese un gallo de corral para saltarle encima y espetarle en su cara lo que llevaba tiempo callándose

Irina: ¿¡Sabes!? Todavía no entiendo que haces en esta casa, maldita trepadora.

Patricia: ¡Fue hablar la más indicada! Sin Flavio aquí no tienes nada que hacer, ¿estás defendiendo a la pobrecita de la embarazada?-Andrea levantó una ceja con ironía.

Irina: mira reina del drama, claro que tengo algo que hacer aquí y es SACARTE DE AQUÍ, ¿creéis que no nos hemos dado cuenta?-Arturo salió de su habitación al escuchar el vocerío-habéis declarado a Sofía incapacitada de sus capacidades mentales para haceros con su 30%, ahora este pelagato quiere casarse con mi cuñada para haceros con el 40% ah no y que decir del 30% de Flavio... todavía no habéis encontrado la oportunidad de haceros con él

De nuevo las dos se enzarzaban en este caso vestidas de gala, el vestido azul de Irina hacia una fuerte competencia con el vestido rosa fucsia de Patricia, las dos se miraban echando chispas mientras Arturo esbozaba una temible sonrisa, acompañado de su traje de novio completamente negro.

Arturo: si estás preocupada, no lo hagas, encontraremos la manera de hacernos con él, eso es un hecho.

Irina: déjame decirte que te equivocas-de pronto alzó el dedo con una sonrisa.

ANTES DE TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora