Rubén sorprendido, lo miro abriendo sus ojos verdes a mas no poder y deseando que continuara.
Miguel: -Pero aquí no podemos hablar tranquilos, vamos a tu cuarto para poder explicarte sin interrupciones.- susurró Miguel solo audible para ellos dos.
Pasando unos segundo, aun Rubén estaba procesando la información recién recibida de parte del morocho a su lado asintiendo con la cabeza, para luego pararse.
Miguel viendo la acción de Rubén, al igual que el se levantó de su asiento siguiendo al rubio a su cuarto.
[...]
Ya en el cuarto de Rubén, dos veces mas grande que el cuarto de su compañero. Adornado con figuras de anime, juegos, regalos, teniendo también un televisor de pantalla grande, plana y curva, regalo de su padre en su cumpleaños. Tomaron asiento en la cama del dueño para poder seguir hablando.
Miguel: -Okey.- dijo suspirando para luego continuar. -Estas en peligro Rubén... Tu padre, como uno de los más poderosos y adinerados gracias a la venta de droga. A estado teniendo muchos problemas estos últimos meses con otro jefe de este mercado Raúl Álvarez, este quiere matarte para que no puedas continuar con el negocio de tu padre.-Habló con una la mirada seria y fría, para después quedar en silencio esperando respuesta o palabra de Rubén.
Rubén estaba en shock, no sabía ni que pensar, por que ¿Cuando había empezado todo esto?, ¿Por que su padre no le había dicho nada?, pero al menos aquella explicación le había dado una respuesta a una de las preguntas que anteriormente se había formulado. Su padre sólo se preocupaba de Rubén para que este pudiera mantener el negocios.
Rubén: -Solo por interés... -soltó para si mismo. Cosa que el morocho a su lado no notó.
Al no obtener una respuesta por parte del rubio de lo que le había confesado carraspeo su garganta para sacar a Rubén se sus pensamientos.
Rubén: -¿¡Pero que coño tengo que ver yo en los putos negocios de mi padre!?. ¿¡Por que me tienen que joder la maldita vida a mí!?, ¡Si yo no le he hecho nada!.-Exclamó muy alterado y nervioso preguntándole a su compañero.
Miguel, no sabiendo que decirle por que esa era toda la información que el padre de Rubén le había dejado darle, escondiendo algo que el debía saber pero sin poder decírselo decidió tratar de tranquilizarlo dándole un abrazo.
Rubén viendo la acción de su chófer le correspondió, sintiendo una cálida emoción que no había experimentado en mucho tiempo. No lo había podido sentir desde ese accidente que no solo lo dejó marcado a el, a su padre también, ese maldito accidente.
Miguel: -Esto es lo único que puedo hacer para ayudarte en este momento.-Menciona separándose de ese abrazo cálido.
Rubén: -Gracias Mangel.-Dijo sintiéndose reconfortado por la anterior acción el morocho.-Pero aún no entiendo por que me pasa esto a mi. Mi padre solo quiere que siga con su negoció de mierda pero yo no quiero. ¿Que hago Mangel?-Habló por primera vez con alguien de como se sentía en realidad, de como era vivir un día en sus zapatos.
En ese preciso instante, cuando se encontraron sus miradas, alguien llamó a la puerta.
Mucama: -Joven Rubén, lo solicita su padre en su oficina, junto con el joven Miguel Ángel.-Menciona con cortesía dejando silencio a la espera de una respuesta.
Rubén: -Muchas gracias, ya vamos.-
La mucama se retira dejándolos otra ves solos.
Miguel: -Será mejor que vayamos ¿No?-Dice robando la atención del rubio, el cual no le había dejado de mirar, ni siquiera cuando la mucama tocó la puerta. Para después levantarse de la cama. Rubén asintió y realizó la misma acción de Miguel.
[...]
Ya en la oficina del padre de Rubén, tomaron asiento en dos sillas ya puestas para ellos. Esperando la razón para ser llamados al lugar.
Padre (R): -Los he traído aquí para hablarles de las reglas. Reglas que deberán cumplir tanto Miguel Ángel como tú Rubén. ¿Están de acuerdo?.- Preguntó esperando respuesta de los interrogados.
Rubén: -Okey.-Exclamó algo borde y sin aliento.
Miguel: -Si señor.-Cortes responde el morocho. Pero porque de no ser así lo despide.
Padre (R): -Pues vamos a empezar. La primera...-Habla revisando unos papeles que están encima de su escritorio.-Rubén no puede ir a fiestas después de las 12:00pm y si va a una Miguel deberá traerlo a la misma hora.
Rubén: -¿¡Pero que cojones!?. ¿¡Porque!?, ¡Eso no es justo!.- Dice el rubio con impotencia y enojo.
Padre (R): -Segunda regla...-Menciona el adulto ignorando por completo la rabieta de su hijo.- Tú, Miguel...-mirándolo fijamente continua.- Le harás caso en todo lo que te diga.-Miguel mostrando más madurez que Rubén solamente asintió.
Rubén viendo a Miguel se sentó sintiéndose avergonzado por su berrinche. Pero lo que el no sabía, era que al morocho le pareció algo gracioso, pero tuvo que aguantarse, por que no se iba a reír al frente de su jefe.
Padre (R): -Y la última, pero la más importante. Nada de enamorarse, nada de relaciones entre ustedes ¡Nada de nada!.-
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Un Amor Prohibido
FanfictionRubén Doblas un chico de 17 años, hijo único de uno de los exportadores e importadores de droga más poderoso de España contrata a un chófer para su hijo que lo transporte a su universidad y lo lleve devuelta a su casa. Miguel Ángel Rogel un joven de...