A bouquet of tulips

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Hoy era miércoles y los miércoles significaba tener la posibilidad de sentarse frente a su alma gemela aunque sea para contemplar esas hermosas facciones, gestos o forma de hablar. Jihoon decía de cosas que quizás Taeil no entendía porque estaba concentrado en solo admirarlo aunque de vez en cuando daba sus puntos de vista, amaba tener ese tipo de charlas, justo ahora lo escucha tocar un tema referente a una serie que han estado viendo, algo que tiene que ver con aliens y naves espaciales. El mayor toma otra vez los palillos cuando observa que su esposo ha terminado la última pieza de pollo, solo queda algo de arroz así que corta un pedazo de su carne asada para ponerla en el plato de Jihoon.

-Gracias- menciona el menor recibiendo ese detalle, no hay una sonrisa pero el pelinegro se siente feliz de escuchar ese agradecimiento.

Han terminado sus almuerzos listos para volver a su rutina de trabajo, vuelven en auto sumidos en un silencio total hasta que llegan a ese edificio lujoso y conocido, toman el ascensor marcando el 3 y 5 en ese orden, aun cuando trabajaban en la misma empresa los separa dos pisos; Jihoon en el grupo de gerentes y Taeil en el grupo de diseño publicitario. Los oídos del mayor captan el singular sonido de la campana cuando llega al piso correcto, gira la cabeza en dirección al más alto para darle una sonrisa calidad y agitar tímidamente sus manos.

-Puntual en la salida- el menor habla antes que la puerta termine de cerrarse.

Cuando Taeil llega puede observar a unos cuantos en sus puestos, piensa que quizás siguen almorzando así que aprovecha minutos para tomar un descanso en su propio asiento. Se encuentra contemplando su hermoso anillo de casado rememorando algunos hechos de su boda, una sonrisa se asoma en su rostro para después ver esa foto que tiene al lado de su computadora. Él y Jihoon con los trajes elegantes, era una de las pocas fotos donde el menor mostraba una sonrisa, no tan perfecta pero recuerda que fue gracias a Mino que al resbalarse provoco aquel gesto.

Se estira un poco bostezando cuando de repente ve un papel naranja en su memo clip, hace memoria si vio esa nota antes de irse pero la toma en sus manos por si es algún recado importante. Tan pronto abre ese pequeño papel sus ojos visualizan unas letras escritas con una bonita caligrafía sin embargo aquello no era lo más importante, era el mensaje el cual lo hizo enderezarse.

"Contigo morirá mi corazón,

porque lo único capaz de hacerlo latir

son tus hermosos ojos"

Y nada más, no hay remitente, busca por todos lados de esa hoja algún nombre o inicial pero falla en el intento; se pone en pie para mirar a los demás y luego vuelve a sentarse. No quiere tomarse esa nota tan personal, quizás es solo una confusión de cabinas por lo que abre el cajón para dejarlo perdido entre otras cosas.

Ese mismo día en la noche regresa a casa en buena compañía, compartiendo una silenciosa cena como ya era costumbre, apenas terminan es Taeil quien recoge los platos para llevarlos al fregadero, es su día de lavar los servicios. Termina de dejar todo en orden y sabe que su esposo llegará a la cama un poco tarde debido a que hay trabajo extra para la casa pero eso no es problema, el pelinegro espera con paciencia ese cuerpo capaz de brindarle calidez en esas noches. Cuando nota a su gigante compañero apretar el colchón es que se da la vuelta encontrándose con esa figura.

-¿Por qué no te has dormido?- pregunta Jihoon.

-Tú me despertaste- miente soltando una risa en tono bajo.

-Bueno entonces ve a dormir porque es tarde-

El menor aprieta el botón de esa lámpara y suman a esa oscuridad fría, Taeil muere por abrazarlo, quiere que él lo tome en sus brazos como muy pocas veces lo hace y sin embargo no parece suceder esta vez pero se conforma. Las palabras en la nota que encontró esa mañana vuelven a su mente, lo que hubiera deseado por recibir algo así de Jihoon; suspira con tristeza quitando una almohada para abrazarla, quizás eso consolaba sus brazos vacíos.