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Unas tres semanas habían pasado, un tiempo en el que no podía faltar un pequeño mensaje colocado en ese memo clip de Taeil, el mayor estaba comenzando a acostumbrarse al punto que esperaba con ansias un día nuevo para poder deleitarse con esos hermosos mensajes que lo hacían sentir especial. Ha sentido un poco de culpa con respecto a su matrimonio, odia a veces el hecho de emocionarse por cartas de un desconocido, no quiere ni pensar el día que Jihoon se llegase a enterar de que está recibiendo esas lindas palabras.

Hoy en la mañana no había mensaje, se sentía un poco decepcionado de no encontrar un papel de color donde siempre. Salió a almorzar con Jihoon como era costumbre en ese día, conversaron de proyectos del canal donde trabajaban y de algunos rumores con respecto a los artistas que los visitaban. Como siempre era el mayor el más atento a las palabras de su marido, no es que no le gustaría contarle parte de su trabajo pero era de las personas que preferían escuchar y opinar en algunos puntos.

-Voy a salir un poco tarde hoy- menciona el menor cuando ya están regresando a la oficina.

-Está bien, te guardaré la cena- Taeil le sonríe cálidamente.

Llegan cinco minutos antes que acabe el almuerzo, el pelinegro se despide sin quitar la mirada de Jihoon hasta que esas puertas de metal se cierran. Camina con cansancio hasta su cabina y su mirada ha notado ese papel en su memo clip junto a algo más colocado en su mesa, un pequeño ramito de cinco tulipanes, el corazón de Taeil hace pequeñas explosiones mientras toma rápidamente la tarjeta.

"Quiero amanecer a tu lado hoy,

todos los meses, los años,

que pasen las horas, los días,

que el tiempo se detenga,

como yo en tu mirada"

Se muerde el labio inferior antes de soltar una amplia sonrisa que se escapa sin que se dé cuenta, esta vez parece que el papel viene perfumado, hay un tenue aroma a menta que es agradable combinado con ese aroma ligero de los tulipanes. Toma el ramo en sus brazos acariciando los pétalos con cuidado, en todo su vida solo recibió una ramo de claveles de parte de Jihoon y que fue a la fuerza de sus amigos en la universidad cuando se graduó. Ver que ese alguien se haya tomado la molestia de comprar unas flores tan caras hace estremecerlo pero antes que las deje en su lugar escucha como una puerta se abre y su mirada se encuentra con la de un rubio alto. Ambos hacen reverencia de respeto y Jiho le sonríe.

-Vienes rápido- dice un poco nervioso.

-S-si- responde Taeil -¿Recién iras a almorzar?-

-Ahh... sí, estaba haciendo algunas cosas- él camina un poco más para ver las flores -¿Te gustaron?-

-¿Eh?-

Jiho señala las flores mientras se frota la nuca con una mano –Digo... como veo que las sostienes con delicadeza-

Esta vez es el pelinegro quien mira las flores dejándolas luego en la mesa, está un poco avergonzado.

-¿De casualidad tú...?-

Una señora de edad ingresa a la oficina mientras sostiene algunas carpetas.

-¡Por fin te encuentro Jiho!, hay reunión de urgencia, vamos que llegamos tarde- la mujer lo sujeta del brazo saludando a Taeil antes de retirarse.

El mayor mira las flores junto al mensaje, piensa que son solo coincidencias así que toma asiento para admirar sus pequeños regalos esperando que sea de noche para que deje sus flores en agua antes que se marchiten.

A bouquet of tulipsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora