veintiocho

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Narra Michael

Cinco horas.

¿Cómo diablos el tiempo pasó tan rápido? No fui capaz de no perder la noción del tiempo. Es por culpa de las voces y las pistas sangrientas diciéndome cuánto tiempo tengo para salvar a mi Allie.

Cuando digo pistas sangrientas, literalmente me refiero a pistas sangrientas. Hay mensajes escritos con sangre en las paredes y palabras escritas en los cuerpos de gente muerta.

Estoy seguro de que estoy en la penúltima planta. Realmente lo deseo porque no creo que sería capaz de llegar a la última si no estuviera cerca. Podría no estar en donde creo que estoy.

Mi boca está seca y mi cuerpo a dolorido. No he parado de correr y ocasionalmente peleo con algún paciente loco que salió de la oscuridad. Mi linterna no tiene batería así que la única luz viene turbiamente desde las ventanas.

Corro hasta que alcanzo una pared. Pongo mi cara tan cerca a ésta como puedo y me muevo de una puerta hasta otra. Necesito encontrar un mapa o algo parecido, si lo encuentro, podría saber en dónde estoy y en dónde están las escaleras.

Siento un plástico afilado sujeto a la pared e intento enfocarlo con mis ojos en la oscuridad. Vagamente puedo distinguir formas y palabras.

"Jesucristo, está oscuro." Murmuro para mí mismo.

Ahora mismo estoy a tres plantas de la última. Mierda. Necesito apresurarme. Las escaleras están en el otro lado de la habitación justo detrás de mí.

Suspiro y golpeo mi cabeza contra la pared. Lo suficientemente despacio para no lastimarme pero lo suficientemente fuerte para dejar salir mi frustración.

Siento calor detrás de mí y me doy la vuelta para encontrarme con fuego. Cómo comenzó el fuego, no lo sé. Todo lo que sé es que hay flamas enormes esparciéndose por el mismo suelo en el que estoy. El fuego envuelve todo lo que se interpone en su camino, quemándolo hasta convertirlo en cenizas mientras se mueve por la planta en la que estamos.

"Mierda." Gruño.

Necesito llegar al otro lado de la habitación para no quemarme con este maldito incendio.

Me sacó la camiseta y me tapó la nariz con ella para intentar prevenir ahogarme con humo. Me apego a la pared y lentamente camino por la habitación evitando el fuego de en medio.

El humo está comenzando a quemar mi garganta así que cuando llego a la mitad de la habitación, me meto en otra separada a ésta. Tosiendo. Me siento en una silla cercana e intentó reponer mi aliento.

Cuatro horas, cuarenta y cinco minutos.

Dios, ni siquiera puedo tomar un descanso. A este paso al tiempo que me levanto siento que me voy a desmayar de cansancio o deshidratación, tal vez incluso ambos. Termino de toser y me limpio el sudor de la frente con mi camiseta y dejo salir un gruñido.

Lentamente salgo de la habitación, asegurándome de mantener mi cuerpo pegado a la pared para estar tan lejos del fuego como sea posible. Contengo mi aliento y me deslizo apegado a la pared.

"Joder." Mi mano toca algo caliente y miro a mi derecha para ver una silla ardiendo en llamas. Me estoy volviendo ciego o algo porque no vi eso.

Echó un vistazo a mi ahora abrasada mano y cierro mis ojos de dolor. Lentamente camino alrededor de la silla y corro hasta las escaleras.

Mi respiración es pesada y toso como un loco, intentado sacar el humo de mis pulmones. Mis ojos arden y están llorosos.

Concentro mi vista para ver el primer peldaño, escalera compleja. Tenía que escalar hasta la siguiente planta sin ningún error si quería llegar a salvar a Allie a tiempo.

different - m.cDonde viven las historias. Descúbrelo ahora