ARRIBA AZABACHE xdAzabache abrió sus ojos azules oscuro, solo quedaba esperar. Y eso era fácil. Se sentó bajó el tocón, no le había costado demasiado encontrarlo.
Se revolcó frotándose con fuerza contra las repugnantes marcas del Clan de la Sombra, había que disimular su olor. Después se sentó de nuevo, el tiempo pasaba lento y decidió cazar un gorrión para saciar su apetito. Apenas le había dado un bocado cuando las ramas crujieron. Azabache levanto la mirada y fulminó con ella al aprendiz blanco, que jadeaba justo frente a él.
—Hola.— Resolló Zarpa de Hielo, mirando con ansias la presa a medio comer que tenía Azabache entre sus zarpas.
—Hola.—Azabache se relamió las fauces, arrastrando los restos de sangre de sus bigotes.—¿Has estado callado?
—Como un árbol.—Maulló él alzando la barbilla.
A Azabache le hacía el gracia. El joven gato estaba demasiado dispuesto a complacer al ridiculo Clan Estelar como para darse cuenta de que lo que ocurría no era normal.
—Perfecto.—ronorneó.–Acercate.
El aprendiz dio unos pasos hacia él con las orejas bien erguidas y los ojos brillando de emoción y curiosidad. En ese momento Azabache sintió una punzada de pena, que sofoco velozmente. Una vez Manto Deslumbrante también había sido un Zarpa, inocente y amable con los extraños, pero ahora, ahora no era mejor que un trozo de carroña. Como todos los gatos salvajes, en lo que Iris se había convertido. Apretó los dientes, no había mucho tiempo, se recordó.
—Túmbate a mi lado, aprendiz.
El gato se tumbó y comenzó a juguetear con una brizna de hierba, nervioso. Azabache sonrió mientras carraspeaba, pero también tensó los músculos. Miró al aprendiz, dejando que la ira se abriera paso en su mirada, el aprendiz erizó la nuca al darse cuenta de su cambio de actitud, pero era tarde. Azabache saltó sobre él, inmovilizándolo bocarriba, mientras Zarpa de Hielo le pateaba y rasgaba la barriga, sin suficiente fuerza, para su desgracia, como para liberarse.
—No te preocupes, lo has hecho muy bien. El Clan Estelar te honrará.—siseó con burla Azabache.
Zarpa de Hielo dejo escapar un gemido, y trato de escurrirse en vano.
Azabache se gachó y lo sujeto del pescuezo, Zarpa de Hielo aprovecho que ya no estaba sobre él para levantarse, y comenzó a saltar de un lado a otro, pero era tarde, su enemigo lo había aprisionado entre sus fauces, y los intentos de alejarse de él solo sirvieron para abrirle una herida en el pellejo del cuello. Gimió de nuevo.
Azabache lo arrastró hasta el centro del sendero atronador, y lo aprisionó contra el suelo, colocando una garra en la garganta blanca del gato para silenciarlo. Dos luces aparecieron a lo lejos, y un suave rugir se fue haciéndolo cada vez más fuerte. Azabache sonrió y espero a que el monstruo estuviera cerca. Después soltó al aprendiz y se apartó. Zarpa de Hielo aulló y las ruedas lo golperon, matándolo en el acto. El felino negro como la noche lo observó con satisfacción. Cogió la presa que había cazado antes y la colocó junot a él, para que pareciera que había pasado cazando, por error.
Enroscóla cola pulcramente sobre sus patas y volvió a esperar, pronto vendría Nariz Negruzca, al menos si Zarpa de Hielo había dicho la verdad. Y así fue, pronto apareció el curandero.
Azabache observó entre las sombras como el curandero se acercaba al sendero atronador y soltaba un aullido de sorpresa. Sin esperar ni un momento atacó. Golpeó la espalda del cursndero grisáceo, haciendolo caer, y mordió ferozmente su nuca. Nariz Negruzca gruñó, indefenso, aunque logró atestar un profundo arañazo sobre los ojos de Azabache, este no lo dejó ir. Azabache disfrutó ante el sabor salado de la sangre, y lo sujetó hasta que dejó de moverse y resistirse. Luego lo dejó caer.
Nariz Negruzca se desplomó sobre el suelo, temblando. Su nuca y cuello estaban cubiertos en su propia sangre, y su respiración era forzosa. Con sus últimas fuerzas miró a su enemigo a los ojos.
—Te arrepntirás, los cachorros del gato extraño no salvarán al Clan.— Gruñó Azabache, elevando una zarpa con las garras extendidas para atestar el golpe final.
—¿Qué?— Resolló el curandero
—Iris... Sus hijos no salvarán a nadie.
—¿Por qué? Son tres, explendidos, claro que lo harán.
Azabache bufó y agitó la cola con furia.
—¿Así que ya viven?— Soltó un bufido.—Pues... Que sepas que Manto Deslumbrante, el que la encontró en el lindero, es el padre de los cacchorros.
Azabache vio como la mirada de Nariz Negruzca pasaba de confusa a incrédula.
—No... El no rompería asi el código guerrero, esos cachorros son de otro solitario.— Resolló, cada vez más débil por la perdida de sangre.
Azabache rió.
—Te aseguro que no. Ahora, creo que tus antepasados te buscan, agradecele a Zarpa de Hielo su ayuda... — Maulló con malicia.
Nariz Negruzca gruñó, sacando las uñas, y trató de levantarse, pero la muerte ya lo alcanzaba. Azabache sonrió de nuevo. Dejó allí el cadáver y se alejó.
Espero que os guste.
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la venganza de un felino
FanfictionAzabache es un solitario que vivía feliz hasta que un día desaperece su amada. El la busca, pero sabe que ella no lo abandonaría así, más que este... Y solo busca venganza, fría y dulce venganza...