seis

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  Entonces. Esta era la cosa.
  Harry estaba a unos dos meses de irse y había subido unos tres kilos en una semana. Y comenzaba a tener algunos granos, ¡granos! no estaba listo para eso. No estaba mentalmente listo para nada de eso. Así que, preparado para lo que fuese que tuviese que hacer antes que recibir una paliza de su sensei, la cosa era que ahora Harry estaba sudando mucho más de lo que esperaba en un suéter que no era suyo, recibiendo algunas lamidas en el rostro por parte de su perro, mientras hacía los últimos abdominales de la serie de... ¿cien? ¿ciento quince? No importa, dolía. Y había pasado los últimos dos días mal del estómago, por lo que no era el mejor momento para hacer ejercicio. Pero, al mismo tiempo era ahora o nunca. Lo que lo llevaba a pensar en que nunca, nunca más iría a comer a un lugar de comida rápida. Le avergonzaba aceptar que había vomitado la hamburguesa completa al lado de su cama, ese vómito quedó allí hasta la mañana siguiente. Había sido bastante desagradable, especialmente cuando Golfo intentó olfatearlo y, dios espere que no, comerlo.
  Se levantó del césped húmedo y sacudió algunas hojas que se le habían pegado, intentó secar su frente antes de prepararse para trotar otras cinco vueltas al parque (con Golfo corriéndole entre las piernas). Él iba a desmayarse, si. Sonaba probable. E iba a tener que lavar el suéter con urgencia, antes de devolvérselo a Louis. Ni siquiera estaba seguro de por qué se lo había aceptado en primer lugar, no tenía tanto frío, pero... ¿la situación lo ameritaba? él le dijo (y lo recuerda perfectamente) "te queda mejor, honestamente, puedes llevártelo a casa". No había forma de decir que no a eso.


louis

  "Mantente hermoso"

  Harry le había dicho eso, le había dado un beso en la mejilla y le había dicho eso, y Louis no pudo hacer otra cosa que sonreír como un idiota y bajar la mirada, era algo tarde y el sueño no lo había ayudado del todo. Él estaba acompañándolo a casa y, a pesar de saber que no era lo que pensaba, esa cosa que había dicho, esperaba que lo fuese. Tal vez en algún momento podría serlo. Tal vez podrían decirlo con el mismo significado.
  Porque dos días después, Louis seguía jodidamente encantado con eso. Incluso sonreía frente a su café frío, Bleta reía en voz alta de su rostro y le recomendaba libros de Bukowski que no pegaban con su estado de ánimo esos últimos dos días.

 "Bien, príncipe azul, ¿lo invitarás otra vez hoy?" pregunta ella con una sonrisa de lado, mirando a la única cliente en la tienda por el rabillo del ojo. "¿Le vas a prestar tu campera esta vez?" se burla a medias, ganándose un sonrojo del chico. Vuelve a abrir el libro donde lo había dejado, intentando no mostrarse tan encantado como parecía. Pasa todo el camino de vuelta a casa cantando baladas tan dulces que podrían darle diabetes, pero ahí iba, e incluso pisoteó unas hojas y acarició a un perro. Él debería estar tomando el subterráneo para llegar más rápido, pero era uno de los últimos días soleados del otoño y, a pesar de que la noche anterior había llovido y las aceras se veían húmedas y resbaladizas, se sentía lo suficientemente romántico como para disfrutar ese paseo.
 Pero no un romántico fatalista, él en estos momentos era más un romántico positivo y asquerosamente feliz, sonriendo por el parque mientras hacía su camino, auriculares bloqueando todos los sonidos. No era sorprendente que se hubiese chocado con algún o alguna atleta, lo que si era desconcertante era la manera en que las cosas sucedían y cómo, porque no podía ser otra cosa, el destino hacia de las suyas a veces. (Louis pensó esto en el camino de vuelta a casa, luego de que los hechos le tomaran por sorpresa)
 Porque Louis, en su caminata tranquila y abstraída, no prestaba atención a nada más que el paisaje y sus pensamientos, y unos pocos segundos fueron suficiente. Él se detuvo para tomar una flor (¿desde cuándo él agarraba flores? mejor digamos que fue una roca, si, Louis tomó una roca) y, en esos ¿cuatro segundos? un atleta chocó contra él, algo así como de sus rodillas hacia abajo, lo que significa que literalmente había rodado-volado por encima de Louis, tirándolo al suelo, y por si no era suficiente, un perro le había pisado medio cuerpo mientras perseguía a su dueño. Grandioso. Fantástico. Estaba levantando la cabeza para lanzar medio montón de insultos cuando vio un cuerpo largo y desgarbado ponerse en pie, y un montón de rizos lo miraron confundidos. Comenzó a ponerse de pie al mismo tiempo que el otro, y hasta no estar frente a él no paró de disculparse.

d o j o ; lsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora