Me quede completamente sorprendido al escuchar la palabra <<niñera<<, sin expresión alguna sintiendo aquella sensación en mi pecho que siempre pasa o cuando la veo, escucho su nombre o escucho algo referente a ella.
Mayormente eso significaba que mi hermano convivía mucho con Mackenzie Bradley, ella es quien cuida de él en casa de los Mason mientras nosotros no estamos.
Tengo dos ideas:
Primera:O decirle a mamá que, la casa de los Mason tiene a una excelente niñera que es amiga de instituto y que deberíamos dejar a Ced todas las tardes, y que yo me comprometía hasta irlo a buscar siempre. O hasta podría decirle que la contratáramos, pero mamá es de esas mujeres inseguras que cuando llevo a una chica a la casa, es un nido de jodidos interrogatorios y siempre está al pendiente de que no se roben algo. Y si le doy esa idea a mi madre, la negaría rotundamente. Aparte, ya tenemos a Celia.
Segunda: decirle a mamá que, la casa de los Mason no es segura y que Cedric debería estar más en casa, para ya no toparme más con ella. Creo que después de mi mala actitud y la mala impresión que di, Mackenzie no va a querer volver a hablar conmigo.
-Vaya, enano. -solté aún perplejo aún conduciendo y no dejar que Mackenzie me distrajera más de lo que ya lo hace.
-Si, deberíamos contratarla, es muy cool.-dijo, como no un niño de ocho años hablaría. Mi hermano ya usaba el vocabulario de los jóvenes. Hasta la semana pasada en un examen con pregunta abierta no supo que contestarle y escribió <<verga>>.
-Ya tenemos a Celia. -le dije, sabiendo que muy en el fondo quería hacer que mis padres la contrataran. Para que así, haría todo lo que pudiera para hablar con ella, que ella se de cuenta que soy mejor sujeto que el pendejo de Kleiton. Me perdería hasta los entrenamientos de la semana, solo por estar con ella, o por lo menos, verla.
-Es cierto... y bueno, Celia hace comida genial. -dijo positivamente-A Mackenzie no se le da muy bien.
Me reí al imaginarme a Mackenzie cocinando. Probablemente haría la misma cara que cuando uno de sus dibujos o pinturas no le salen. La creatividad no se le da muy bien, es divertido ver siempre su ceño fruncido o su cara de desesperación al no salirle algo.
-Entonces nos quedamos con Celia.-le dije, a lo que él asintió.
Nos quedamos callados después de eso, mientras yo tarareaba una canción del estéreo. Llegamos a casa minutos después, entramos a casa y no había rastro de mamá en ninguna parte todavía.
Ced dejó su mochila en el suelo y se sentó él el mueble, agarrando el control remoto de la televisión y encendiéndolo, buscando un canal el cual ver.
Me senté junto a él, recargando mis piernas en la mesa. Mi hermano estaba tan concentrando buscando un canal.
Ced se parecía un poco a mi, la verdad es que en poca edad mi pequeño hermano menor su cara está desarrollando bien. Tiene los mismos ojos que yo, color miel, como los ojos de mi padre, Steven. Ninguno de los dos sacó los ojos verdes de mi madre, Renatta. Lo que tiene Ced, es que tiene muchos lunares regados por toda la cara.
-¿Que quieres cenar, enano? -le pregunte.
El se encogió de hombros.-Lo que sea.
Tenía hueva de cocinarle algo, no es que sea malo, Celia mayormente me obligo a aprender a cocinar porque me decía "algún día tendrás que independizarte y no puedes pedir comida siempre". Así que, no se me da mal, al principio era un pendejo, y ahora, ya no tanto.
-¿Pedimos pizza?
Ced asintió animadamente.
Tome el teléfono de casa y pedí la pizza, después de que la pedí, saque mi móvil, quería preguntarle a Espinilla cómo le había ido con su madre, me explico después que iban a ir a cenar con su madre y su novio.
YOU ARE READING
Sentimientos ocultos.
Roman pour Adolescents¿Les cuento algo ilógico? Bien, te voy a contar lo más ilógico y estupido que un chico como yo, puede pensar. Ser un chico popular, iman para las chicas teniéndolas todas en la punta de mis talones, ser el mejor en el equipo de basquetbol de westers...