After the Heavenly Fire [ShadowHunters]

04||Stigma

STIGMA

PUBLICADO: 08/04/18

Me he estado ocultado todo este tiempo.
Tengo que decirte algo.
Ya no puedo guardar más esto dentro de mí.
¿Por qué no pude decírtelo antes?
No puedo soportarlo porque está empezando a dolerme.

Ahora lloro.
Lo siento muchísimo.

La rubia nunca albergó grandes expectativas de cómo sería su vida. Siendo una niña desechable en un país donde la gente podía exhibir a los infantes como si fueran productos, tener grandes expectativas solo sería perder el tiempo.

Ella ya había perdido mucho de su tiempo y simplemente no deseaba perderlo más. Por lo que, cuando aquella mujer llego por ella, la ojiazul no desconfió. Deseaba tanto una familia, que su mayor anhelo término por cegarla y jamás cuestiono nada.

Debió hacerlo.

El primer mes fue como vivir en un cuento de Hadas, su nueva madre era la definición de perfección. Su voz siempre tenía hermosas palabras para ella, su comida era simplemente deliciosa y siempre estaba atenta a lo que su hija tenía que decir.

— ¡MAMÁ!—

Cuando debía partir más temprano al trabajo, una pequeña nota siempre terminaba en el refrigerador. Su letra era hermosa, había pensado la joven rubia. Con trece años, muchas de las cosas que su madre hacia le parecían simplemente maravillosas.

Prueba de aquello eran esos vestidos que la mayor siempre compraba para ella. Amaba esos vestidos, de una tela demasiado suave para ser real y de un encaje tan blanco como ningún otro.

— ¡NO!—

No importa cuán tarde llegara a casa, siempre subía hasta su habitación a depositar un maternal beso en su frente. La ojiazul lo sabía porque a pesar de fingir dormir temprano, no había día que no esperara por el regreso de su madre.

Ella siempre esperaba por el regreso de su madre.

— ¡DETENTE!—

Pero todo cambio en ese diez de Diciembre, a escasos minutos de que el reloj marcara la media noche. La joven que dentro de algunos minutos cumpliría sus esperados catorce años, esperaba inquieta la llegada de quien consideraba su madre.

Todo comenzó con el sonido de la puerta principal siendo abierta y la melodiosa voz de una mujer anunciando su llegada. Una sonrisa adorno el rostro de la joven muchacha cuando unos pasos comenzaron a escucharse cerca de su cuarto.

Rápidamente se deshizo de los edredones y poder correr en dirección a la puerta. Siempre era de ese modo. Su madre llegaba y como buena hija, está siempre corría a su encuentro.