Capítulo 1 « Una familia de Arpias»

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Había una vez, en la selva del Darién, en la república de Panamá, un árbol, realmente no era cualquier árbol, era el árbol más grande y robusto de la selva y justo en la cima de este había un nido, tampoco era cualquier nido. Se trataba de un gran nido hecho con ramas y hojas secas. En ese nido vivía una familia de apellido Arpía, estaba conformada por papá Arpía, mamá Arpía y su pequeño hijo, un águila muy, pero muy travieso, a cada rato sus padres tenían que buscarlos en los otros nidos del árbol, pues al ser tan grande este árbol, el tenía a otros muchos nidos con sus familias habitando y dándole vida a la selva.
A pesar de que usualmente los Águilas se alimentan de presas como sus vecinos. En esta ocasión la familia Arpía había hecho un trato, y era que no le harían daño a nadie que fuesen amigo.
Uno de los vecinos era el tío ardilla, quien siempre estaba alegre y movía en todas las direcciones su esponjosa cola. Constantemente traía noticias de los humanos y sus supuestos avances, ya que como el tío ardilla siempre se acercaba a las casas a mordisquear los cocos de las Palmas, así como los dulces mangos.
Dentro de los vecinos estaba la tía Carpintero una hermosa ave que era el despertador del barrio, pues cada mañana con su «toc, toc, » despertaba a todos. La tía Carpintero mantenía el árbol libre de insectos, donde se asomaba una pequeña plaga ella estaba ahí para comerla.
Otro miembro muy particular era el tío oso perezoso, el bueno digamos que vivía su día a día a su ritmo, un ritmo muy, muy lento. Su día a día se basaba en dormir, cuando no dormía extendía su mano y con sus tres largas garras tomada un trozo de hojas verdes y se alimentaba, luego volvía a dormir, raras veces bajaba del árbol.
En el mismo árbol vivía también el tío mono Titi y su familia que de por sí era algo numerosa, pero en ese árbol sólo vivía una familia y el más joven de los hijos de tío mono Titi, era el mejor amigo del pequeño águila Arpía. Tío mono salía cada mañana en busca de alimentos para su familia, la tía mona también le acompañaba y los pequeños monos se cuidaban entre si mientras los padres estaban fuera del hogar.
Otro miembro del árbol y aunque sólo estaba de paso era el tío Ruiseñor, quien cada mañana después de que tía Carpintero los despertaba con su «Toc, Toc» el tío Ruiseñor les cantaba dulces melodías, después salía del árbol y viajaba por la selva cantando y jugando con los rayos de sol, hasta llegar donde vivían los humanos, pues había una señora muy bondadosa que cada mañana en la ventana de su dormitorio le dejaba toda clase de granos para alimentarlo y el para agradecer pues era una ave muy agradecida ya que sus padres le enseñaron a ser siempre muy agradecidos con todos.
Luego otro miembro de este peculiar árbol era la Tía Araña, ella era una araña enorme y muy experta a la hora de tejer sus telarañas, pues con ellas ayudaba a sus vecinos con las plagas, ella atrapaba a los mosquitos que a veces no dejaban dormir a tío Águila.
En un agujero dentro del árbol, vivía el Tío Lechuza, el era muy sabio y aunque sólo salía en las noches, los jóvenes iban a la entrada de su casa, pues el era el responsable de la educación en el árbol y los más jóvenes pasan un par de horas escuchando al tío Lechuza.
Otro de los miembros de este enorme árbol era el tío Camaleón quien muchas veces pasaba desapercibido, pues tenía la habilidad de verse del color de todo lo que le rodea, así habían veces en que el tío ardilla por ir en sus peculiares carreras no lograba ver al tío Camaleón y siempre se estallaba contra él, además el tío Camaleón es muy lento.
Estos y tantos otros animales no sólo viven en este árbol, hay muchos más en la selva del Darién, pero en este árbol en particular los animales aprendieron a vivir en armonía, como una familia.
Las aventuras cada día eran diferentes, pues en este caso ya pronto el pequeño águila Arpía iba a dar su primer intento para volar y sentir así como sus padres la libertad, pero eso es otra historia, pues fueron muchas las caídas hasta que lo logró, jamás se rindió, así como todos celebraron ese gran día.
Y esta es la historia de una familia, de un árbol y muchos amigos, si te animas te puedo seguir contando lo que ahí sucede y al final te diré que tío soy yo.
Pues bien iniciamos.

Una mañana fría como aquellas en las cuales no quieres levantarte y el roció aún está en las hojas de los árboles, el pequeño águila Arpía estiraba sus pequeñas pero fuertes alas.
-!Buenos días, papá, mamá¡ - decía a gritos el pequeño águila, mientras su padre abría el pico y dando un grito se despertaba. Su mamá se sacudía las plumas para luego con el pico arreglárselas.
-¿Y cómo sabes que hoy vas a volar ?- preguntó el papá, a lo que el pequeño águila le respondió.
-Porque e practicado mucho, me e caído del árbol tantas veces que estoy seguro que soy un ave y no me agrada mucho el duro suelo de la selva- en ese momento sus padres comenzaron a reír y colocándose a una lado del pequeño águila, lo vieron cuando extendía sus largas alas con orgullo y dando un salto desapareció se sus ojos. El tío Ardilla que se preparaba para salir y comer mangos, se llevó un gran susto, pues el pequeño águila pasó a su lado, pero no volaba sólo caía, luego cuando seguía cayendo su mejor amigo el hijo de tío mono Titi, le gritó con fuerte voz.
-! Tu puedes ! - y cuando paso justo al lado de tío osos perezoso, este sólo murmuró « Será un duro golpe» pero para sorpresa de todos en el árbol, el pequeño águila se había lanzando con los ojos cerrados y cuando estaba por tocar el duro suelo de la selva, una ráfaga de viento levantó las hojas secas que había entre las raíces del árbol, el pequeño águila había elevado su vuelo, a la distancia se le podía ver, como con sus alas acariciaba el cielo. Sus padres también elevaron el vuelo y al igual que las demás aves del árbol decidieron acompañar en su primer vuelo al pequeño águila , hasta el tío Lechuza lo intento, bueno el sólo sacó una ala y dijo « Muy bien» luego la guardo en su agujero en el árbol y siguió durmiendo hasta la hora de la clase.
Las aves y el pequeño águila volaron sobre las copas de los árboles más verdes de la selva del Darién, visitaron a sus primos Águilas.
Después de volar y ser muy felices el pequeño águila se detuvo sobre un árbol muy particular, y así todos también, luego el pequeño águila pregunto.
-¿Qué Sucede aquí, porque no hay árboles?
Sus padres así como las demás aves del árbol bajaron la cabeza, entonces tía Carpintero dijo.
-Mi pequeño, sucede que por aquí cerca viven los humanos y ellos usan nuestros árboles para hacer sus casas.
El pequeño águila que no se andaba con rodeos preguntó.
-¿Pero porque deben los humanos destruir nuestro hogar para hacer el de ellos?
- Lastimosamente así son los humanos hijo mío- le dijo su padre mientras lo abrigada con su ala.
Luego mientras observaban el caos, el ruido de máquinas cortando árboles y otras cargándolas, el pequeño águila observó que debajo de un árbol caído había un bebé Perico y un humano se acercaba para atraparlo y meterlo en una jaula, entonces sin decir nada salió disparado de debajo del ala de su padre y como si estuviera cazando a una presa, en un segundo sujeto con sus garras al bebé Perico y volando muy rápido se alejó de ahí, salvando al pequeño bebé.
Sus padres volaron junto a su hijo al igual que los miembros del árbol hasta llegar al árbol de los pericos y ahí lograron darle un hogar al pequeño bebé.
Al final regresaron todos a casa y el pequeño águila se preguntaba «¿Porque los humanos destruyen nuestro hogar, algo les hemos hecho?» pero el tío Lechuza que salió de su agujero le dijo a todos en el árbol.
«No te preocupes pequeño, así son los humanos, pero creeme que así como hay humanos que destruyen nuestros árboles, también hay otros que nos ayudan mucho»
Con estas palabras, el pequeño águila se sintió mejor, pues ahora sabía que no todos los humanos eran malos y deseaba ahora conocer a uno de esos humanos, de esos que ayudan a los animales, a los árboles. ¿Eres uno de esos humanos? !Pues hay un pequeño águila Arpía que te desea conocer...

La familia ArpíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora