Jimin entro animadamente al bar, eran las 7pm, estaba muy tenso, había pasado la mitad de la tarde tratando de dialogar con Seokjin quien estaba pasando por un mal momento debido a la repentina aparición del padre de sus hijos.
Al entrar no pudo encontrar a nadie, quiso ir directo a la oficina de Yoongi pero un estruendoso ruido lo detuvo, se acercó a la barra, una menuda chica con hermoso cabello pelirrojo estaba intentando arreglar el desastre que había ocasionado.
-¿Te encuentras bien?
La chica levantó su mirada y observó al rubio
-Jimin ¿Qué haces aquí?
-¿Cómo sabes mi nombre?
-Soy Lisa, acabo de llegar a la compañía de baile de Seúl, ensayamos juntos
-Oh cielos es verdad lo siento, soy malo reconociendo rostros
Ella sólo sonrió amablemente, estaba muy acostumbrada a pasar desapercibida, la gente pocas veces la notaba, ese día se suponía que iba a ser inolvidable ya que saldría con un chico guapo, pero oh sorpresa, este le había cancelado alegando que tenía un asunto importante que atender, después de eso no tuvo de otra más que asistir al trabajo.
-Dedos de mantequilla
Ambos jóvenes se percataron de la presencia de Jenny quien no lucía para nada contenta con el desastre que su compañera había hecho, se acercó a ella, inspeccionó los daños, sólo había algunos vasos rotos, después tomó con delicadeza la mano de la pelirroja y examinó las pequeñas heridas sangrantes que tenía en sus dedos, chasqueo la lengua y se la llevó rumbo al baño.
-Oh Jimin, Suga te espera en su oficina
Este sólo asintió, miro por última vez a las chicas, Jenny parecía fría pero la manera en que veía y se ocupaba de Lisa decía que era más cálida de lo que aparentaba.
Decidido reanudo su camino hacía la oficina, suspiro antes de entrar, un fuerte olor a canela lo inundó provocando que su estómago gruñera, realmente tenía hambre, lamentablemente aún estaba en su lucha contra aquellos mínimos kilos que "tenía de más", sólo podía tener una comida al día y aquel delicioso olor le ponía ansioso.
Dentro se encontraba Yoongi concentrado revisando algunos papeles.
-Hola, ¿Puedo pasar?
-Jimin, llegas temprano, claro pasa- dijo sonriendo, su rostro limpio y apuesto reflejaba cansancio, el rubio entro, camino hasta el escritorio y se sentó
-¿Te encuentras bien?
-No, realmente necesito dormir- suspiro, dejó los papeles de lado y se concentró en el recién llegado.
Jimin por su parte trataba de manejar la ansiedad, miraba por todos lados buscando la fuente de ese aroma delicioso, pero no había nada, ningún pastelillo, té o dulce que desprendiera aquel aroma.
-¿Comiste pastelillos?
Yoongi frunció el ceño
-No que recuerde ¿Por qué?
Pero aquel olor persistía, lo dejaba muy ansioso, al no encontrar ningún alimento en esa habitación fue que se dio cuenta que era Yoongi quien desprendía ese dulce aroma a canela. Sin pensar racionalmente se levantó de su asiento y se acercó a él, quedó a escasos centímetros de su rostro, tenía los ojos cerrados así que no se dio cuenta de la sorpresiva mirada que le sabe el pelinegro, sólo aspiro aquel dulce aroma, este venía del cuerpo de su contrario, ¿Se han percatado de cómo sus papilas gustativas saborean incluso antes de probar alimento? ¿Están realmente concientes de lo que ocurre en su cuerpo cada vez que están frente a algo que desean? Porque en ese momento Jimin estaba extasiado con aquel aroma, su boca estaba húmeda por la rápida salvación, quería probarlo, estaba hipnotizado.
-Jim...Jimin ¿Qué ocurre?
-Hueles a canela
Yoongi miro extrañado al pequeño rubio, estaba tan cerca de él, mantenía sus ojitos cerrados haciendo que sus largas y negras pestañas se postraran elegantemente sobre sus mejillas, mantenía un ligero rubor en estas y sus suaves labios estaban húmedos. Tuvo un fuerte impulso de tomarlo y plantarle un beso, pero la poca cordura que había en él lo detuvo.
-¿Te gusta la canela? -sin querer su voz había sonado más grave de lo normal
-A.....s....si
Sonrió provocativamente, él huía de los olores o sabores dulces, Pero precisamente aquella mañana había optado por usar aquella crema corporal de canela al haber terminado su crema de diario, aquella neutra, aburrida y sin olor. Jimin embriagado por el olor se acercó mucho más, dirigió la cabeza a su cuello, sintió el aliento del rubio golpear debajo de su oído izquierdo, sus labios rozaban accidentalmente la piel expuesta, él también se percató de que el menor olía a fresa y lavanda, él ama la fresa, él ama la lavanda.
Fue un extraño momento para ambos pero no les importó, porque de alguna manera disfrutaban del olor ajeno ¿Raro?
-Yoongi necesito ayuda
Aquella voz hizo que ambos despertarán de su experiencia hipnótica, Jimin se endereso mientras que Yoongi carraspeaba un poco. En la puerta se encontraba Jenny quien los miraba con una ceja alzada
-¿Tócaste?
-Seis veces
-¿Qué necesitas?
-Firma esto- la castaña le tendió unos papeles, tomó su bolígrafo y firmó
La chica se encamino hasta la puerta no sin antes darle una sonrisa pícara que paso desapercibida por Jimin quien estaba tan avergonzado que mantenía su vista baja. Se alejó de él y camino de nuevo a su asiento
-Yo....Yo....Lo Lamento
-Esta bien, no te preocupe ¿Haces esto seguido?
El rubio levantó su mirada, su carita reflejaba que estaba realmente avergonzado de haberse dejado guiar por su instinto primario
- No
-Que bien, no quisiera que fueras a parar en alguna delegación por acoso
Eso alijero el ambiente, Jimin río con ganas, escuchar aquel sonido hizo que el corazón de Yoongi aumentará el ritmo cardíaco.
Fue en ese momento que supo lo que tenía que hacer, necesitaba alejar al pequeño rubio antes de que fuera demasiado tarde. En aquel instante sólo pudo pensar en una opción que a la larga beneficiaria mucho al chico, aunque él tuviera que sufrir las consecuencias. Estaba decidido, porque Min Yoongi no tenía permitido amar.
-Un amigo quiere salir contigo -dijo inseguro.
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Preceptos Básicos Sobre El Amor (Bts Mpreg)
FanfictionJimin era un completo desastre en cuanto a relaciones, después de que su ex' lo dejara a la deriva, va a parar a un bar en donde encontrará la solución a todos sus problemas. Min Yoongi era dueño del bar más famoso de la ciudad, su inteligencia y e...