Elliot Cooper me enseñó a leer y a escribir.
Elliot me enseñó que se puede perdonar, pero no olvidar.
Elliot me dio todo lo que quise, pero lo perdí antes de darme cuenta de que lo tenía.
Elliot volaba sin necesidad de tener un cielo, sin necesidad
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Mientras más vivía, más ganas de reír tenía. Ella me lo demostró. En cada momento que pasamos juntos, reía a pesar de los problemas que tenía en su hogar. Nunca la vi derramar una lágrima si no era de felicidad. No hasta ese día. El día en el que me odiaba por amarme.