Capítulo 4: Prediction

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La luna brillaba tan intensamente, por su columna vertebral bajó un escalofrío que activó todos sus sentidos. Una vez cada seis meses la luna tomaba ese singular brillo, causando que su especie alcanzara su mayor potencial, esa fue la principal razón por la cual eligió ese día. Ya faltaba poco, ya deberían estar cerca.

Su mente era un caos, qué se supone que debería decir. Han sido siglos y siglos de odio y muerte, desde el inicio sus especies se habían odiado a muerte, o eso era lo que su padre decía. En su interior, anhelaba porque las cosas salieran bien y esto se acabara de una vez por todas, y por un demonio, jamás había estado tan agradecido como cuando vio a Jaehyun regresar sano y salvo.

Y para empeorar su revoltijo de emociones, ya no sabía qué sentir hacía Taeil. Desde lo de la última vez algo había cambiado, su pareja ya no se le acercaba más de lo necesario y era tan frío, tan malo. Ya no estaba seguro de lo que sentía hacia el más bajo. Lo amaba, sí que lo hacía, pero de alguna forma estaba agradecido que Taeil lo detuviera y así no realizar el enlace. Tampoco estaba seguro si el mayor lo amaba, nunca lo estuvo, esa fue la principal razón de su desespero por marcarlo. Y para empeorar, su pequeño Yuta ya no le dirigía la palabra, no desde que mató a ese vampiro frente a él. Pero era necesario, claro que si lo era. Sin embargo, Yuta lo había tomado de la peor manera y eso le partía el corazón. Conocía a Yuta desde que eran unos cachorros, el beta lo seguía a todas partes y aunque al principio lo odiaba terminó por ser necesaria para él la presencia del castaño. Lo que hizo fue realmente por un motivo muy egoísta, fue la primera vez que había dudado sobre sus sentimientos.

«John», la mención de su nombre lo hizo salir de la ola de pensamientos que atormentaba su cabeza. «John, están aquí».

«Ya voy Mark», contestó inseguro. «Quiero que vayas con la manada, ¿de acuerdo?». Al menos su pequeño hermano debía estar a salvo, Jaehyun era demasiado testarudo como para obedecerle.

«Está bien, cuidaré de ellos». La sonrisa amable y alentadora de Mark le llenó el corazón, le dió la confianza suficiente como para continuar con todo.

Caminó lentamente, dirigiéndose hacía los pies de la gigantesca roca ubicada a unos veinte metros de la orilla del rio. A su derecha, muy pegado a el, se encontraba Jaehyun, podía notar lo agitado que estaba, su pecho subía y bajaba rápidamente; aún se preguntaba de cómo lo hizo para salir ileso. A su izquierda, le seguía Taeil, quién se negó rotundamente a permanecer con la manada y dejar que lo hiciera sólo. No estaba sólo. Más atrás se encontraban Jeno y Lucas, los hermanos se daban miradas de aliento.

La relación de Jeno y Lucas realmente era especial, un día se odiaban hasta el punto de querer romperle el cuello al contrario, pero al cabo de unos minutos los abordaba un amor incondicional. El lo sabía, desde que pasó una gran cantidad de horas al día entrenando al par, ellos en el fondo se adoraban. Lucas haría cualquier cosa por el bienestar de Jeno, Lucas se negó infinitas veces a dejar que Jeno viniera, y de alguna forma, Jeno era tan testarudo como Jaehyun, queriendo permanecer junto a su hermano.









Realmente estaba considerando lo dicho por Jungwoo y dar media vuelta. Volver a su seguro y reconfortante hogar con Doyoung pegado a su cuerpo, sonaba de maravilla. Pero ya no podía dar marcha atrás, Doyoung le había insistido reiteradamente que se presentaran, estaba realmente emocionado por ponerle fin a aquella sangrienta enemistad.

Si decía que confiaba plenamente en las intenciones de aquellos perros, estaría mintiendo descaradamente. Pero confiaba hasta los huesos en Doyoung. No tenía conciencia del momento exacto en que aquél pelinegro se convirtió en alguien tan especial para él, quizás fue cuándo comenzó a pasar demasiado tiempo con Ten, causando que viera demasiadas veces al de pelo negro. A pesar de ser mayor que Doyoung, el pelinegro era considerablemente alto y como lo detestaba. Ten, en cambio, era casi de su mismo tamaño, su perfecto perfil era radiante y sus malditos ojos hermosos eran de envidiar; su mejor amigo era atractivo.

Let's Hurt. «NCT/JaeDo» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora