Capítulo 8: Scars

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«Oye, pequeño». La voz grave del alto resonó en el silencioso lugar.

«Mi nombre es Yuta», contestó tajante.

Yuta se encontraba sentado en el borde de un precipicio, admirando el bello paisaje del bosque. Tratando de sentirse vivo.

«Está bien, Yuta. Sólo ten cuidado, ¿sí?», la preocupación del alfa no era fingida, realmente estaba preocupado por el beta. Yuta continuaba ignorandolo, apenas podía estar 5 minutos junto a el y luego huía, a Johnny le partía el corazón, aunque sabía que fue totalmente su culpa. «Lo siento».

«¿Lo sientes?». Por fin, después de mucho tiempo, el beta lo miró a los ojos. «Púdrete, bastardo».

El más bajo se levantó totalmente decidido a dejar al alfa, pero no le fue permitido. Johnny capturó entre sus brazos al beta, dejando que sus fosas nasales se llenaran del dulce aroma del pequeño, había extrañado tanto tenerlo cerca. «Sé que no debí hacerlo frente a ti, perdoname por hacerte daño».

Yuta se sintió mareado, mareado por sentirse tan bien en los brazos del bastardo que mató al amor de su vida. Culpa. Sus ojos vidriosos le impedían ver con total claridad y la bilis subió por su esófago. El realmente quería enterrar sus garras en la garganta del alfa, pero sería una estupidez, y la verdad, en esos momentos no podía. Necesitaba tanto estar así con alguien, necesitaba tanto ser consolado, habían pasado ya casi ocho meses y su dolor no podía ser acallado, aún su cuerpo pedía a gritos las manos del vampiro, sus labios anhelaban volver a tocar los labios ajenos, rompiendolo cada vez más. Pero ahí, en los brazos del fuerte alfa su corazón ya no dolía tanto.

«No vuelvas a tocarme». Su voz no sonó tan firme como deseaba, pero ya estaba harto de fingir ser fuerte. Su corazón se sintió más vacío, ahora que no estaba en sus brazos. «Jamás».

Y sin más, Johnny lo dejó ir, con el corazón malditamente ablandado. El alfa no podía seguir negandolo, estaba jodido por el menor, estaba jodidamente enamorado de Yuta, intentó olvidarlo estando con Taeil, lo intentó duramente. Y no funcionó. Estaba seguro de que el moreno lo sabía, por eso nunca quiso completar el emparejamiento. Taeil se merecía a alguien mejor.

Realmente quería que Yuta lo perdonara, pero no lograba entender por qué le había afectado de sobremanera. No debería, no debería afectarle, no después de saber lo que ese asqueroso vampiro hacía.













«¡Yuta!, por favor, dime que has visto a Renjun», soltó el lobo con un hilo de voz. Estaba tan malditamente preocupado, no lo hallaba por ningún lugar y estaba asustado, no podía ni distinguir su olor y eso era lo que más le preocupaba.

«No quiero que veas a mi hermano», murmuró tajante. Quería hacer comer tierra a Jeno. «¿Qué carajo le hiciste?, está deprimido como la mierda».

«¿De qué hablas?. No lo he visto desde ayer en la mañana y el estaba bien». Jeno tenía una gigantesca confusión en su mente.

«Está con las flores, ya sabes. Le haces algo, te saco un brazo, lobezno».

Yuta estaba de buen humor, raro, pensó Jeno. Hace mucho tiempo el mayor no lograba entablar una conversación, ni sacar de su alrededor el aura deprimente.

Cuando por fin encontró a Renjun, éste estaba hecho pedazos. Sus ojos rojos e hinchados, nariz roja y su hermoso cabello completamente desordenado. No soportaba ver a su mejor amigo así.

«¿Renjun?». No ignoró la tensión en los musculos del contrario cuando mencionó su nombre. «¿Qué sucede?».

«¿Por qué no me dijiste que te gustaba Jaemin?». Lágrimas caían por el rostro de Renjun. El corazón de Jeno no pudo evitar estremecer y su piel se puso de gallina.

Let's Hurt. «NCT/JaeDo» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora