Cap -1-

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Volverse jefe de Vongola a temprana edad fue un verdadero desafió.

Desde el principio hice todos los esfuerzos inhumanos que pude para lograr ser el jefe que ellos necesitan, y creo que lo logre, al menos de forma mínima.

Estuve obligado desde el principio a volverme quién tenía que estar al mando.

Y la presión solo aumento al recibir la noticia de que había muerto mi querido abuelo. 

Tiempos oscuros llegaron luego de que nos enteráramos de ello.

Iemitsu sólo ignoró a su familia siempre, por lo tanto no puedo decir que toda mi vida lo he aceptado como padre, Reborn coincidía mejor con ése titulo.

Mi familia siempre fue pequeña, y en algún punto fue creciendo con gracia.

Pero ello no quiere decir que no sienta menos dolor al perder a alguno de aquellos incluidos.

Todos cayeron en una fuerte depresión luego de la ida de Nono.

Todo esto no quería decir que yo no lo halla sentido, que no me halla pesado, lastimado, pero era mi turno de empeñarme y ocupar el lugar del jefe que ahora recaía con más fuerza sobre mi.

El sufrimiento de todos ellos importaba, el mio no era realmente importante.

Y por eso cambie las rutinas y los lleve a otros lugares a distraerlos.

Como jefe que me tocaba ser de ahora en más.

Junte a los Arcobalenos, a Byakuran y Yuni junto con sus guardianes, a los Shimon, a Varia, Cavallone, e incluso a Vindice para justamente quitar la rutina.

Mi punto a favor fue que nadie se negó a mi petición.

Y gracias a ello el viaje fue de ayuda para todos.

No obligando a que olvidaran, pero si a que aceptaran y sobrellevaran.

No era justo de mi parte sacarlos y entrometerme en sus vidas, pero no quería que terminaran con la misma carga mental que teng... Bueno, eso no es importante, lo que importa es que funciono y todos volvieron más tranquilos.

Ya todo estaba en orden.

*+_+*

- ¡Tsuna!

- ¡Siguen aumentando en numero!, ¡Tengan cuidado!

- ¡Bien para mi! - Gritó Mukuro entretenido a mi parecer.

Lo que había comenzado esta situación fue un ataque sobre un rescate.

Habíamos encontrado una organización que secuestraba niños y los obligaban... a hacer cosas imperdonables en unos niños.

Mi mirada se afilo y mi rostro se frunció.

Definitivamente mi perdón ellos no lo tienen.

- ¡Boss! ¡Encontré a los niños! - En cuanto voltee Chrome se acercaba corriendo hacia mi dirección con un niño quizás de no más de cuatro años en sus brazos y unos nueve o diez niños más corriendo detrás de ella.

- Bien, ¿Estás bien? ¿Les duele alguna parte? - Acorte más la distancia por mi propia cuenta, agachándome inmediatamente y quedando de rodillas frente a los niños, preguntando por sus condiciones al verlos llegar. - Pronto podrán volver con sus familias, se los prometo. - Sonreí tranquilamente hacia ellos, los cuales se habían ocultado detrás de una de mis Nieblas temiendo de mi presencia.

Non CorrispondeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora