Cap - 5 -

439 54 25
                                    

Tenía miedo.

No daba con quien fuera que estuviera buscando.

Sus puños ya se encontraban blancos de la fuerza que ejercía en ellos.

Y la impotencia recorría sus venas.

Todas las ocasiones en las que volvía a la mansión era sólo para dormir un par de horas, observar a Tsuna dormir pacíficamente e irse sin desayunar.

Esa era su rutina diaria de los últimos cinco días.

Trataba de dar con el objetivo, trataba de hallarlo.

Tan desesperadamente.

Sin permitirse un sólo día de descanso porque cualquiera de ellos.. podría ser el último de su Cielo.

Podría ser el último de su hijo

_*[-¬^¬-]*_

Estaba bien lo que estaba haciendo.. ¿Verdad?

Había salido de su habitación luego de que pasarán de las dos de la mañana.

No quería seguir en su habitación por lo que había decidido salir.

Estaba cansado pero no podía dormir.

Estaba aturdido pero todo se seguia viendo tan claramente ante sus ojos.

Estaba adolorido pero su cuerpo se había acostumbrado en esa casi completa semana a sobrellevarlo.

Las vibraciones persistentes en su cabeza le generaban dolor constantemente.

Su cuerpo temblaba a cada paso, cada centímetro de ese pasillo era una tortura y la oscuridad le generaba claustrofobia.

Las paredes parecían moverse generándo en él náuseas.

Se sentía inestable.

Se sentía abrumado.

Tenía miedo.

No sabía cuánto tiempo le quedaba.

No sabía cuánto tiempo tenía para despedirse.

¿Siquiera había hecho algo bien, para su familia?

*¥~¤~¥*

No podía dormir.

El insomnio pareció querer visitarlo de nuevo repentinamente como en el pasado.

Cómo antes de conocerlo a él.

Una pequeña y baja risa se escabullo de entre sus labios al pensarlo.

Él lo había cambiado todo.. y en un simple parpadeo.

Lo había vencido.

Lo había perdonado.

Torsio un poco sus labios.

Y lo había salvado.

Lo había salvado de las garras de Vindice valla a saber Dios con qué.

Soltó un profundo suspiro al girar el pasillo.

Últimamente las noches eran muy frías.

Te generaban un sentimiento de vacío y necesidad.

Como esa necesidad incesante que tenía de darle las gracias a ése pequeño ser que había hecho lo imposible por él que era sólo un simple insecto insignificante y sin valor alguno.

No terminaba de comprender cómo era la forma de pensar de él, pero le estaría eternamente agradecido.

Su plática mental fue interrumpida por unos suaves y casi invisibles pasos que provenían del pasillo continuo al que estaba cruzando.

Non CorrispondeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora