Harry no tuvo que esperar mucho tiempo para llevar a cabo la dura tarea de tener una conversación con Malfoy. A la mañana siguiente, cuando salió de su cuarto para bajar a desayunar, se encontró cara a cara con el chico, que acababa de salir de la habitación de los Slytherins, situada frente a la suya. Como era sábado, Malfoy no llevaba puesto su uniforme, pero tampoco estaba vestido con las túnicas de aspecto aristocrático que había acostumbrado a ostentar durante los cursos anteriores.
En lugar de eso, iba vestido con unos pantalones vaqueros de color negro que, a pesar de ser más estrechos de lo que Harry estaba acostumbrado a ver en chicos, le sentaban extrañamente bien, y una camiseta con un logo que Harry no reconoció. Su pelo rosa, más brillante de lo normal, estaba pulcramente peinado, como si se lo hubiera acabado de lavar. Un mechón en concreto formaba una curva perfecta sobre su frente y enmarcaba su ojo gris; Harry lo reconoció como aquel que había estado sacándolo de quicio durante toda la primera semana de clase.
Ya había visto a Malfoy con ropa muggle durante los fines de semana, y, aunque la imagen todavía le chocaba, estaba empezando a acostumbrarse. Pero ese día había algo más en él. Harry no tenía ni idea de por qué podía ser, pero la cara de Malfoy no era la misma de siempre.
—Potter —saludó el Slytherin, con un tono educado que no convenció a Harry.
—Malfoy, ¿qué te has hecho en la cara? —contestó él, desconfiado, olvidando por completo lo que había planeado preguntar.
—Se llama eye-liner —contestó el Slytherin sin titubear—. Deberías probarlo, destacaría el verde de tus ojos.
¿"Eye" qué? ¿El verde de sus ojos? ¿Qué clase de respuesta era aquella, y a qué cojones estaba jugando Malfoy? ¿Dónde se había metido el Slytherin patético que habría tratado de contraatacar con un insulto o una amenaza?
Harry se dio cuenta demasiado tarde de que no había contestado.
—Ha sido una conversación agradable, Potter, pero si no tienes nada interesante que decirme voy a tener que pedirte que me dejes pasar.
Harry dio un paso a un lado, incapaz de articular palabra. Cuando recordó que su intención había sido interrogar al Slytherin acerca de su supuesto tatuaje, Malfoy ya se había marchado.
—Mierda —masculló.
—¿Qué pasa, Harry?
Neville acababa de salir de la habitación y estaba mirando a Harry con curiosidad.
—Nada. Me he olvidado mi libro de Encantamientos. — Harry rodeó a su compañero y volvió a entrar en el dormitorio, que, por suerte, estaba vacío.
— Pero si este año no tenemos libro de Encantamientos...
Cerró la puerta tras de sí, tal vez con más fuerza de la necesaria, y corrió hasta su baúl, del que sacó el mapa del merodeador. Lo abrió lo más rápido que pudo y buscó el nombre de Malfoy en el tercer piso. El chico acababa de salir de la sala común acompañado de Gregory Goyle, y estaban avanzando en dirección a las escaleras a paso normal.
Harry no apartó la mirada hasta que los dos Slytherins llegaron al Gran Comedor y se sentaron en su mesa al lado de Tracey Davis y Pansy Parkinson. Necesitaba asegurarse de que no estaban a punto de dirigirse a la Sala de los Menesteres o a algún otro lugar secreto en el que cometer algún tipo de maldad. E incluso entonces, esperó un par de minutos más, solo para cerciorarse de que los Slytherins no volvían a levantarse demasiado rápido de la mesa.
—Oh, mira, pero si es Harry "ya no odio a Malfoy y no estoy obsesionado con él" Potter. Llevamos diez minutos esperándote para ir a desayunar, ¿sabes?
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El estúpido pelo rosa de Draco Malfoy
Fanfic| Drarry, Romione, Blinny | Draco se tiñe de rosa | Draco con tatuajes | Harry es un desastre bisexual | octavo curso | Contenido sexual "Oh, mira, pero si es Harry 'ya no odio a Malfoy y no estoy obsesionado con él' Potter. Llevamos diez minutos es...