—Te prohíbo que asista a Yūei, Karuta. Alguien con tu bajo nivel no hará más que hacer el ridículo —espeta Hiro con los labios apretados y haciendo temblar la mesa bajo su puño sobre exaltado. Karuta lo ve con expresión aburrida y los palillos entre sus labios—. Sigo sin comprender cómo lo has hecho para pasar el examen de ingreso ¡deben estar locos creyendo que tú estás a la altura de las expectativas! ¡Debe ser una maldita broma!
A su costado, Satoshi soltó un suspiro tras beber un sorbo de su taza de té verde, con la yakuta acomodada sobre sus hombros tensos y los ojos azules puestos en el intercambio al igual que Akihito, sólo que su hermano lucía igual de aburrido por la situación como ella. Sin embargo, todos coincidían que era algo estúpido el argumento de Hiro por el simple hecho de que estuvo de esa forma desde el instante en que Karuta, en sus últimos días como estudiante de Teiko, recibió su carta de aceptación en el curso principal de la famosa Academia Yūei.
Terminando su plato, Akihito es el primero en levantarse de la mesa.
—He terminado, Karuta, ¿estás lista? —pregunta, poniendo su atención sobre ella y Karuta asiente, limpiando la comisura de su boca antes de imitar su movimiento.
—Sí, he tenido suficiente por hoy. Estoy lista.
Hiro parpadea, y su cabello parece elevarse bajo el soplo de un viento inexistente dentro de las cuatro paredes del comedor, con venas surcando su mejilla, irritado por ser ignorando de tal forma por su hijo mayor y a quien consideraba indigna de su sangre.
En pocas palabras, para los otros tres, Hyakuya Hiro era un idiota con muchos complejos de supremacía.
—¡OIGAN! ¿¡CÓMO SE ATREVEN A DEJARME HABLANDO SOLO!? ¡NIÑOS MALCRIADOS! ¡LOS CRÍE PARA SER MEJOR QUE ESTO!
En su camino fuera del comedor, Karuta se detiene y, por consiguiente, Akihito también, quedándosele viendo con los rubíes que tiene por ojos entrecerrados en su dirección. Satoshi abre uno de los suyos hacia ella.
—¿Criar? —pregunta retóricamente, un tono agrio deslizándose fuera de sus labios. Su cuerpo gira, quedando de costado, y la oscuridad opaca el brillo en sus oculares de una forma que logra atravesar la ira de Hiro en un escalofrío que recorrió su espalda—. Debes estar bromeando, nunca habría sabido lo que era tener en un padre si no fuera por el abuelo. No te atribuyas títulos de alta importancia solo por el hecho de ser quien nos engendró, Hyakuya Hiro. De haber estado mamá aquí, las cosas hubieran sido más fácil para ti. Ahora, sin embargo, prepárate para el ataque de contingencia, porque, te juro, que te ahogaras en un mar de amargura y soledad, y cuando necesites quien te tienda una mano, no habrá nadie allí para ti. Por lo tanto, ¿qué tal si mejor, en vez de tirarme tanta basura encima, no comienzas por redimir tus pecados y empezar de cero?
Satoshi sonríe para sí mismo, orgulloso de su nieta y del caracter que había logrado adquirir con el paso de los años.
—Es cierto, Hiro-san, nunca es tarde para volver a empezar —acota sonriente y pasivo, a sabiendas de lo mucho que vislumbraba en la expresión irritada y fervientemente iracunda de su nuero.
—Karuta, ¿vamos? —inquiere Akihito y Karuta, volviendo a su semblante usual, afirma con la cabeza, ambos marchando fuera del lugar antes de oír el crujido de aleaciones rompiéndose a sus espaldas.
Tomando cada uno su mochila y calzándose los zapatos, prenden rumbo a través de su hogar para pasar la entrada y tomar el auto que los llevaría a Yūei por ser el primer día de ambos; de Karuta por entrar al primer curso, y Akihito por entrar a tercero. En realidad, fue por el capricho de Satoshi que estaban tomando el auto y no por gusto; Karuta y Akihito temían reusarse porque su abuelo era de verdadero temer a la hora de enojarse, y no deseaban revivir una experiencia en particular.
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shiro ↠ bnha
Fanfictionshiro (白) : blanco El color blanco puede tener un significado diferente para las personas, así como para Hyakuya Karuta, es la simbología de un lazo más fuerte e irrompible que el hilo rojo atado al meñique; es el significado de la espera eterna, de...