• SICK • [Joshler]

I. El Principio del Final

—Tenemos los resultados de sus estudios, señor Joseph, pero lamento informarle que las noticias no son buenas. Pudimos identificar un tumor en su lóbulo temporal, el cual creemos por el momento que es benigno, pero no descartamos la posibilidad de que pueda ocurrir una ruptura en la "capsula" que lo contiene y que el tumor realice metástasis y llegue a órganos vitales aprovechando su flujo sanguíneo.

   Las noticias impactaron a Tyler como si le hubieran tirado un balde de agua fria, se sentía paralizado. Luego de años siendo medicado incorrectamente y cambiar constantemente de psiquiatras, por fin uno pudo decirle lo que realmente tenía, pero en este instante deseaba nunca haberse enterarse.

   La madre del chico, Kelly Joseph, tampoco lo había tomado bien. Las lagrimas se acumularon en sus ojos y con un hilo de voz, intentando vencer el nudo en su garganta, preguntó:

  — ¿H-hay algo que se pueda hacer?— Tragó con dificultad— ¿Es... operable?

  —Sería bastante complicado considerando el tamaño que logró obtener por el tiempo perdido gracias a los malos diagnosticos, pero esperamos poder reducirlo con quimioterapia y medicamentos. Una vez que se lo haya aminorado, se replanteará la cirugía. 

   La mujer intentó contener un sollozo a la vez que asentía, mientras que el chico se limitaba a mirar fijamente un punto perdido en la pared, con su labio inferior temblandole. En realidad él se encontraba ausente ante todo lo que estaba sucediendo, en algun lugar de paz que logró encontrar tiempo atrás en su retorcido cerebro.

   Durante años fue de especialista en especialista, siendo deribado al poco tiempo. Tuvo muchos diagnosticos, pero ninguno daba con la verdadera causa.

   Todo empezó cuatro años atrás, era otoño y Tyler cayó enfermo con lo que parecía ser una gripe viral bastante fuerte, llegando a tener hasta 40° de fiebre. Una de esas noches, el castaño escuchó un susurro que lo llamaba, que fue escalando hasta convertirse en gritos desgarradores que lo dejaban sordo. Hizo de todo para acallar la ensordesedora voz, pero no fue hasta que llegaron los paramédicos y le inyectaron un fuerte sedante que no logró dormir. A la mañana siguiente se despertó en un hospital, en el cual permaneció varios días. Desde aquel incidente el humor de Tyler habías sido muy cambiante, pero el sentimiento que predominaba era la tristeza, acompañada de una gran presión en el pecho. Habían veces que escuchaba susurros, apenas eran casos aislados, pero el último año fue una pesadilla. Oleadas de dolor azotaban el cerebro del joven casi todos los días, era algo más bien rutinario. Los psiquiatras a los que iba le decían que podía llegar a ser una enfermedad psicosomática, debido a su depresión severa, pero él sabía que no era así. Siguió cambiando de especialista hasta por fin dar con uno que le ordenara hacerse estudios.

  — ¿Me está diciendo que podría haber evitado todo el puto infierno que pasé si simplemente me hubieran diagnosticado bien desde un principio?—. Tyler salió de su trance y escupió las palabras con ira y desprecio.

— El vocaulario— lo regañó la señora Joseph.

—Tecnicamente si, pero no había forma de ver el tumor en el primer estudio que te hicieron—. Tyler mantenía su mirada fija en el doctor con odio, no hacia él, sino por los inútiles que lo revisaron por cuatro años.

  —Excelente, me voy a morir y encima pelado, ¿qué más querría para irme de una forma tan digna?

— Tyler, el doctor no dijo nada sobre la posibilidad de que mueras—. Kelly intentaba calmarlo, pero era imposibe.

—Entonces, dígame, doctor, ¿existe la posibilidad de que palme, o me equivoco?

   El doctor permaneció en silencio unos segundos, pero luego respondió:

—Me temo que si, ese sería en el peor de los casos, pero si seguimos con un plan regular de quimio y medicamentos las complicaciones en la cirugía se reducirían.

—En la cual también puedo morir.

—Si...—dijo el doctor bajando la mirada.

— Entonces... ¿Cuando se supone que empiezo?